14. 2! 3!

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— Por favor, Hailey.

— No me dijiste nada. Me has mentido en mi cara durante todo este tiempo —sentencié, con la voz tomada por el llanto y sintiendo que no podía seguir guardando aquella rabia en mi interior—. Fui yo la única incrédula que creyó que por fin había encontrado un lugar al que llamar hogar. ¿Hay algo más que tenga que saber, aparte del acoso, los robos y las mentiras?

— Te prometo que no sabía nada acerca del robo, Hailey —se puso de cuclillas frente a mí. No me alejé porque realmente quería escuchar su versión. No solo me dolía que V hubiera estado mintiéndome. Jungkook era también muy importante para mí—. Lo único que he sabido siempre es que V... te quiere. Por eso le puso furioso saber que yo... bueno —agachó la cabeza y llevó la mano a su nuca, esbozando una avergonzada sonrisa—, que yo comenzara a... tener sentimientos por ti, ya sabes —habló como si quisiera quitarle hierro al asunto. Le miré para después imitarle, agachando la cabeza y escondiendo el rubor de mis mejillas.

— ¿Por qué no me dijiste que me espiaba? Es ridículo... —dije sosteniendo aún la fotografía de mi moratón con la mano derecha. Una de mis lágrimas cayó sobre ella.

— Sabía que hacía fotos a una chica, pero nunca nos dejó verlas, ni nos dijo por qué. Supusimos que se había encaprichado de ti —se encogió de hombros—. Pero cuando te vi... cuando te vi supe a lo que se refería.

— ¿Qué quieres decir? —pregunté, limpiando la lágrima de la foto con la manga de mi fino jersey.

— Él siempre decía que eras... una obra de arte —levanté la mirada para mirar a Jungkook, que me observaba con lágrimas en los ojos. Al ver que por fin dirigía mi atención hacia él, prosiguió—. No entendí aquella frase hasta que te vi aquel día, en casa.

— ¿Y que yo le guste justifica que haya estado violando mi intimidad? —aún seguía furiosa. Mi corazón no se iba a ablandar en aquella situación solo por un par de palabras bonitas. Todo aquel tema de las fotografías me seguía inquietando hasta el punto de darme algo de miedo.

— Claro que no —negó con la cabeza—. Nunca... nunca pensé que lo que V hacía contigo fuera lo correcto. Él simplemente decía que tenía sus propias razones.

Tragué saliva, escudriñando la cara de mi acompañante. A pesar de que en mi interior la ira aún fluía, él parecía sincero. Me giré al recordar que no estábamos solos y miré al coche de Jimin, que estaba estacionado justo detrás de nosotros. El chico me sonrió desde la ventanilla. También le acompañaba J-Hope, que bajó de su asiento al ver que me percataba de su presencia. Se acercó a mí y me abrazó, gesto que no rechacé.

— Vuelve con nosotros, Hailey —me dijo él con voz triste—. Nunca quisimos que esto pasara. Te robamos, lo admito, y lo siento... pero no te conocíamos cuando lo hicimos. El día que V te trajo a casa acordamos esconder tu maleta para que no nos juzgaras mal por ello... —chasqueó la lengua.

— Pero Hea lo utilizó para que me pusiera en vuestra contra —completé. El chico asintió y se sentó a mi lado, quedando ambos frente a Jungkook. Me quedé unos momentos pensativa y guardé la fotografía de V en el bolsillo de mi pantalón.

— Entonces, ¿volverás? Eres mi primer beso en el juego de la botella, no puedo perderte —gritó Jimin desde el coche. Inmediatamente, me reí, sintiendo que hacía siglos que no lo hacía. Sin embargo, negué con la cabeza.

— No puedo volver allí estando V y Hea —me dolió tanto pronunciar la letra que el rubio llevaba por mote que tuve que rodear mi estómago con los brazos—. Buscaré un apartamento barato y reharé mi vida —J-Hope me agarró de la manga como si quisiera retenerme allí e hizo un puchero.

Boy meets evil  » TaehyungWhere stories live. Discover now