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Cubriéndome el brazo con la mano, jadeando por el ardor que sentía al seguir fluyendo la sangre,  entré a la patrulla y gemí de dolor al dejarme caer en el asiento. Minhyuk me miró asustado y preocupado al verme con la ropa llena de aquel líquido rojo. La herida era demasiado profunda y dolía como los mil demonios. Era totalmente insoportable. De seguro mis ojos estaban casi cristalinos debido a las lágrimas que amenazaban con salir de ellos.

—Kihyun, ¿qué te...?—preguntó mi compañero casi susurrando. Abrió mucho, interrumpiéndose a sí mismo cuando vio que hacía muecas de dolor intentando levantar el brazo para comenzar a conducir.— ¡Quédate quieto, idiota!

—No es para tanto...—contesté tratando de sonar firme cuando en realidad hablé con un hilo en la voz. Minhyuk miró mi brazo ensangrentado con demasiada preocupación y enojo.

— ¿No es para tanto?—dijo.— Tenemos que ir a un hospital.

—No, estaré bien.—negué poniendo el auto en marcha.

—¡¿Viste la herida que tienes?!—preguntó casi gritando.— ¡Kihyun, es muy grave!

—No exageres.—bufé irritado.— Me desinfecto el corte y vendo y listo.

Dolía mucho, sí. Pero era una pérdida de dinero y tiempo ir a un hospital. La herida era profunda, pero dudo que sea lo suficiente como para cocerla. ¿O sí? Además, hacerlo significaba un pequeño descanso por unos días, y eso me alejaba un poco de mi pequeña hermana.

—Vamos a un hospital y punto.—ordenó. Llevó una mano a la manija de la puerta para abrirla, luego volteó a verme.— Yo conduzco. —quise abrir la boca para protestar, pero me interrumpió elevando su dedo índice.— Sin quejas. 

Puse los ojos en blanco y bajé del auto para pasarme al asiento del copiloto muy a regañadientes, pero al sentir otro puntazo de dolor en el brazo, decidí cerrar la boca, pues solo hacían que quedara más en ridículo. Minhyuk arrancó a mucha velocidad y me puse el cinturón de seguridad creyendo que aquello me salvaría la vida.

—¡Vas a matarnos a ambos!—grité por el exceso de velocidad a la que iba. Luego vi que él encendió la sirena, causando un gran estruendo y que me aturda por el repentino sonido.— ¡¿Y por qué mierda prender la sirena?!

—¡Cállate!—me ordenó enojado. Supe que si decía algo más, discutiríamos por esa estupidez. Ya tuve un día muy largo como para pelear con este idiota. Así que guardar silencio poniendo los ojos en blanco y bufando, fue la mejor opción durante el viaje.

Cuando al fin llegamos al hospital, estuvimos cerca de una hora esperando a que nos atendieran, se hacía demasiada larga la espera, y mucho más cuando la gente de allí parecía moverse como tortugas, tardando diez años luz en tan solo llegar al final del pasillo. El aburrimiento por la espera hacía que todo avance más lento.

—Yoo Kihyun.—casi salto de la alegría cuando oí grave voz al doctor llamarme.

No hicieron nada de otro mundo, prácticamente lo que yo hubiera hecho. Agregando, claro, que debieron ponerme anestesia para coserme el brazo. No creí que Yongguk haya enterrado ta profundo la hoja de su arma. 

Cuando por fin salí, casi gritando victoria, pagué por el tratamiento la cantidad que me correspondía y me fui con Minhyuk. Estaba de mal humor y quería volver a casa, pero primero tendría que ir a hablar con el oficial Lee y explicarle sobre la herida. Probablemente me den unos días libres debido a los puntos, para que no se abran. Y la verdad esto tenía sus ventajas, aunque también resultaba ser una desventaja.

Minhyuk me miró de reojo mientras conducía y pareció que se acordó de algo porque miró hacia atrás.

—¿Qué pasó con Yongguk?—preguntó mi compañero.

Fighter [KiMin] [Monsta X] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora