A Pesar de los Años (NALU Fanfic)

Alma Destrozada

Esa noche, esa maldita noche alguien que no conoce la tomaría y le arruinaría la vida para siempre.

Esperaba abatida en aquella muy elegante habitación, no había visto a su amiga y su corazón latía frenéticamente.

En tanto Natsu al teléfono recibía el regaño de su vida por parte de la oficial Scarlet.

Erza: ¿$100,000? ¿estás demente?
Natsu: ¿Qué querías que hiciera? Dejarla con uno de esos pervertidos que en este momento la estaría desvirgando de la peor manera.

Erza: ¡Entiendo tu nobleza! Pero Natsu eso es mucho dinero.

Natsu: Lo sé, maldita sea, usé el dinero para la casa que quería.

Erza: No te preocupes, convenceré al consejo para que te lo reembolsen pero de verdad eso fue extremo por una chica.

Natsu: ¡Lo sé! Mejor preparense, entraré al cuarto ya, en 5 mínutos doy la señal.

Erza: ¡Entendido!

El pelirosa entró al cuarto, encontrando a Lucy acurrucada en la cama, muerta de miedo. Otra vez sintió pena por ella, no podía creer que alguien tan jóven e inocente terminará en ese lugar y no es que él fuera muy mayor pero 5 años de diferencia si influía para que la pequeña rubia lo viera como un mounstro.

Natsu: ¿Ángel?

Ella miró como él se sentaba frente a ella. En ese momento sintió su corazón al borde del colapso.

Lucy: Mi... nombre... es... Lucy.

Temblaba del miedo pero recordó las palabras de su amiga Brandish, "No lo hagas enojar" así que trago fuerte.

Lucy: Ellos me pusierón Ángel.

Ella empezó a llorar de nuevo al recordar lo que ha vivido en 4 días y los horrores que ha tenido que presenciar.

Natsu: Bueno Lucy escu...

No pudo terminar, ella con toda su inexperiencia, lo besó torpemente. Él solo abrió sus ojos como platos, sintiendose avergonzado y culpable al mismo tiempo. Fue un beso torpe, sin sentimiento y doloroso.

Lucy: ¡Por favor, tenga piedad conmigo!

Natsu: Creo que debe escu...

La rubia se escondió en el pecho de él, haciendo que sus látidos se acelerarán mientrás miraba a la pobre chica derrumbarse.

Lucy: ¡Es mi primera vez, sea amable aunque sea solo la primera vez!

Él no podía creer lo que escuchaba y creía que ni los compañeros de la misión creen lo que esta pasando pero era bueno que hablará por que servía como evidencia.

Lucy: ¡Ellos violarón a mi amiga frente a mis ojos! ¡La ví llorar mientrás ellos abusaban por defenderme y me dijerón que era la siguiente despues de esta noche!

La rubia levantó su vista y con ojos llorosos le rogó.

Lucy: Dejé que aunque sea la primera vez sea algo no tan traumante.

Las palabras que la rubia le había dicho aún las procesaba en la mente el pelirosa. De pronto una voz lo hizo reaccionar.

Erza: ¡Llego el momento!

Lucy: ¿Qué fue eso?

Natsu: No hay tiempo para explicarte.

Él le tomó la mano y la hizo mirarlo a los ojos.

Natsu: ¡Soy un agente del FBI, esta noche haremos una redada y te liberaremos, por favor confía en nosotros, te sacaremos de aquí!

Ella no lo podía creer, de pronto la ventana fue quebrada y solo vió una fila de agentes entrar liderados por una peliroja.

Todo fue rápido, se dejó llevar por el pelirosa, ella estaba semidesnuda corriendo por aquellos oscuros pasillos y mientras era llevada escucho esa voz, la voz de su ángel.

Natsu: ¡Vamos rubia, debemos salir de aquí!

Ella quería moverse pero la voz se transformaba en gritos, soltando a Natsu, siguió al agente que iba hacia esa habitación.

Natsu: ¡Hey rubia!

Eso fue lo último que escuchó, por que al abrirse la puerta solo pudo ver rojo, rojo brillante que corría por la cama. El agente tiró al suelo a aquel hombre que torturaba a su amiga.

Lucy: ¡Brandish! ¡No! ¡Brandish!

La peliverde tenía cortes en todo su cuerpo, el hombre estaba tan drogado que el hecho de verla cubierta de sangre lo hacía excitarse.

"Me han hecho cosas peores" recordaba la rubia mientras estaba sobre el cuerpo de su amiga.

Lucy: ¡No, no, no! ¡Brandish ¿porqué?! ¡Quédate conmigo! ¡Vinierón a liberarnos!

La peliverde con las últimas fuerzas que tenía le dijo sus últimas palabras.

Brandish: No llores bonita...

Lucy: ¿Cómo no... Brandish?

Brandish: Bonita... Me dio mucho gusto conocerte... Mi pequeño ángel...

Lucy ya estaba cubierta de sangre, se sentía caliente, en tanto Natsu trataba de sacarla de ahí.

Brandish: Me recuerdas a mi hija... Bonita...

Esas fuerón las últimas palabras de la peliverde, se había desangrado rápidamente. Como pudo Natsu tomó a Lucy por la cíntura cargandola como un saco de papas.

Natsu: ¡Debemos irnos, Lucy!

Sus ojos chocolates estaban fijos en el cuerpo inherte de la peliverde, algo dentro de ella se quebrantó en ese momento, de ahí todo se tornó oscuro y lo único que escuchaba eran gritos de terror más el sonido de los disparos.

Dos horas más tarde, sentada en una sala de hospital, la rubia solo miraba un punto en el infinito.

Natsu: ¿Lucy?

Ella dio un respingo y lo miró, estaban aún cubiertos de sangre, él se acerco.

Natsu: Lo siento mucho por tu pérdida.

Solo fuerón 4 malditos días, para su suerte, 4 días que convivió con esa desconocida que se convirtió en su todo.

Lucy: Gracias... Y gracias por salvarme.

Natsu: No fue nada. Deberías ir a asearte ¿no? Mi compañera Juvia te llevará a un lugar para...

Lucy: ¿¡Porqué no morí!?

Esa pregunta tomó por sorpresa al pelirosa, ella ahora se mira muerta en vida, asi que pensó muy bien su respuesta.

Natsu: Por que ella fue un ángel que te pusierón en tu camino para protegerte...

Él se acercó pero no la tocaba, sabía que ella no confía en nadie, esa clase de trauma son díficiles de superar más si alguien que ella quiso murio.

Natsu: ... Ahora debes hacer valer tu vida por el sacrificio que ella hizo por la tuya.

Esas palabras resonarón en la cabeza de la rubia pero en ese momento lo único que buscaba era encontrarse con su amiga una vez más y solo había una forma de hacerlo, muriendo.