72. "Miedo"

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—Lo sé, lo sé... —le corté fastidiada—. Es sólo que... De todas las cosas que tenía encargadas, sólo me resta una, y ya siento que es la peor de todas.

—...Tag—ella no tardó en adivinar, ladeando la cabeza con empatía.

—No lo he invitado a la boda siquiera—confesé, con voz queda. Y llevé ambas manos a mi rostro para masajear un poco mi frente, mis mejillas entumecidas.

Aunque jamás habíamos sacado el tema, pensaba que ellos ya lo sabían. Si justo la noche anterior Monica preguntaba si necesitaríamos un pase más a la fiesta para invitar a una pareja y a mí ni me miró. Sólo esperó a que Phoebe confirmara, a que Joey y Ross le dieran un rotundo No por conocer a las invitadas que ahí habría, y con ello el tema terminó.

Sabía que a Monica no le agradaba del todo Tag, e intenté pensar que de eso se trataría. Pero igual no dejó de aterrarme que, si Tag asistía, no sabría cómo reaccionar con Michael también ahí. Eso y, que ella pensara que, esencialmente, la pareja que yo llevaría sería ni más ni menos que nuestro querido Michael. Lo cual es peor. Sus intentos por querer juntarnos de nuevo se tornaban incómodos a veces.

—Un momento—Ross se removió abrupto, y me señaló—, él no te ha enviado ningún regalo hoy, ni una tarjeta, ni una llamada siquiera. ¿Por qué...?

—...Hemos tenido un poco de problemas últimamente—decidí no dejarle terminar, sólo encogerme de hombros, anudar mis manos sobre mi regazo, concentrarme en algo más que en la manera en que aquella pregunta me entumecía—. A veces... ya no sé cómo ocultarle que Michael y yo seguimos siendo amigos.

Asintió comprensivo y traté de recuperar el aire, la voluntad de volverles a mirar. No era noticia nueva, aunque aún me debilitara.

—¿Crees que él venga?—Phoebe se irguió entonces sobre su asiento, tanto hasta alcanzar a sostener mi mano helada, facilitándome el reaccionar con ese dulce mirar que me aseguró; la pregunta ya no se trataba de Tag.

La estudié, y agradecí que esa sonrisa que se postró en mi rostro de pronto me hubiese durado por más de dos segundos, al menos, hasta que tuvo que haber cabida en mi mente de la turbia realidad. De que ahora, Tag y Michael, no se diferenciaban del todo, especialmente en el día de mi cumpleaños.

A pesar del imperioso arreglo floral de lirios y girasoles, nuestras dos flores favoritas, reposando ahí en la estancia de mi departamento, y por la lágrima que me robó, por los latidos frenéticos que me arrancó, Michael tampoco había llamado. No había recibido ni una sola noticia de él, salvo por su nombre escrito en la pequeña tarjeta que venía incrustada en el obsequio.

—É-él no...—susurré apenas, recuperando mi mano de entre el tacto de Phoebe con cuidado—. Él tampoco me ha llamado...

—Puede que esté ocupado con el nuevo álbum, Rach—Ross musitó, sosteniendo con fuerza ese rostro preocupado que a veces le caracterizaba—. Sabes cómo han estado las cosas con su trabajo, con el problema de la disquera, de los contratos... Ha tenido algo así como un caos últimamente, y se le han dificultado un poco las cosas.

—Sí, quizá...—admití—. Sólo me gustaría saber un poco mejor cómo están las cosas, ¿Saben? Desde que tuvo problemas, él me ha tratado de mantener alejada de todo eso.

Y negué, ante las caras de angustia que ellos me ponían, aferrando de la mesita de centro mi taza de té. ¿Por qué de pronto era tan buena para tocar temas que no me encantaban? ¿Sólo conversaciones en las que de cualquier forma yo salía perdiendo, y sólo derrochaba inseguridad?

—...Pero es mejor así—me traté de reponer, sintiendo cómo mi garganta se estremecía ante la calidez del sorbo que había tomado—. Saldré con Tag esta noche. No quiero tener que mentirle de nuevo por lo mismo.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant