69. "Cambio de Planes"

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Resoplando, gruñendo, negando, cruzándome de brazos por la impotencia me paré como un torbellino del sofá, mientras miraba una, y otra, y otra vez el bendito reloj de nuestra cocina. Ya era media noche, maldición. Vamos, ¿Cuánto se tardará Chandler en proponérselo? Ya la quería ver, ya los quería abrazar a ambos, ¡Ya quería ver su mano con ese precioso anillo puesto!

Y las miradas con las que Ross y Michael me fulminaban por aumentar sus nervios no me interrumpían, ya no me pesaban siquiera.

—¿Michael?—Ross le llamó.

Viré instintivamente hacia él también, al tiempo en el que se le escapaba una risa por mi reacción descolocada. En cambio Michael, sentado en nuestro sofá, y con ambas manos anudadas sobre su regazo, apenas lo volteó a ver.

—¿Está todo bien?—le preguntó, frunciendo el ceño como si le extrañara. Y me dejé caer sobre el sofá próximo de nuevo; yo ya estaba acostumbrada a los cambios de humor que a Michael le daban—. Parece que estás más nervioso que Chandler cuando salió de aquí con Monica.

—Estoy bien—Michael replicó, evidentemente, fingiendo una sonrisa—. Tan sólo estoy... tan ansioso como ustedes, eso es todo.

Ross asintió, y al instante en que supe ya no le observaba me perdí en los ojos de Michael por una vez. Esos ojos tímidos, serios, cansados luego del vuelo que había tomado hasta acá, esos que ya ni siquiera me dejan descifrar lo que su gesto petrificado quería esconder. Había sido tan difícil últimamente, y juzgando en especial por el gesto que hoy he recibido de él en cuanto yo tenía que ir a trabajar.

Michael negó, y al instante meneé la cabeza para evitar que notara mi mirada. Se despejó y su atención volvió hacia Ross.

—¿En dónde están Phoebe y Joey a todo esto?—preguntó solícito, frunciendo levemente su ceño.

Ross miró el reloj de su muñeca con desgane, quejándose en el acto.

—Deberían estar aquí en cualquier segundo—musitó—. Sólo espero que aparezcan antes de que Mon o Chandler vuelvan. Arruinarán la sorpresa.

—Sí...—Michael con él, asintió, acomodándose el sombrero de fieltro negro que usaba.

Sonreí al mirarle de nuevo, era curioso cómo se le amoldaba su cabello ahora, en especial bajo ese sombrero que aunque simple, le sentaba odiosamente a la perfección. Sus rizos ya eran hondas perfectas que terminaban a la altura de sus hombros y a duras penas había un par de mechones que caían sobre su frente. Era un estilo más maduro, más elegante, incluso... más él. Desde hacía un tiempo que la coleta improvisada que solía tener había perdido protagonismo y, ahora, dejaba su cabello a riendas sueltas con más regularidad.

Me encantaba, mierda. Cada faceta de él se volvía más perfecta que la anterior y ya ni podía engañarme a mí misma siquiera. O quizá él quería hacérmelo más fácil inconscientemente, con esa falta de sonrisas que me dio desde que llegó.

—Descuida—susurré con el suficiente volumen para que se percatara de cómo le miraba, para que pusiera su atención en mí mientras le dedicaba una de mis más radiantes sonrisas—. Sólo de verte, a ella se le va a poner la más inmensa de las sonrisas.

Pero apenas un leve gesto de dulzura de su parte fue lo que recibí, y tan pronto como lo supe, un retortijón de incomodidad en el estómago fue lo siguiente. Se escuchó entonces cómo una llave amenazaba con introducirse contra el cerrojo de la puerta, e inmediatamente, cómo se nos detenía la respiración a los tres.

Una sonrisa congelada en mi rostro fue lo que me ayudó a olvidar lo último que había ocurrido. Mi aliento entrecortado, mis brazos temblando, mis esperanzas esparciéndose por los cielos fue lo que me asesinó.

Just Good Friends (Michael Jackson Fanfic)Where stories live. Discover now