capítulo seis| algo inesperado

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A veces notas que hace falta pasar por malos momentos para vivir los buenos momentos, que hace falta soportar todo lo malo para llegar a alcanzar lo bueno, aunque resulte ser algo inexplicable ¿verdad? ¿por qué pasar primero por lo malo para después llegar a lo bueno o viceversa?. Son cosas que existen, o es que le hallas explicación a todo...

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Ámbar y Simón se detuvieron frente a la puerta del cierto de Ámbar. La rubia de ojos azules se frotó el brazo nerviosa. El moreno de profundos ojos marrones metió las manos en los bolsillos delanteros de sus pantalones con el corazón encendido, pues la rubia que tenía en frente le dejaba sin aliento y hacía que su vida tomara un camino distinto cada día.

—Creo, bueno...—empezó a decir Ámbar nerviosa, no quería alejarse de Simón, pero estaba claro de parte de la madre de Simón que jamás la aceptaría en la familia, y además, Simón tampoco la había dado razones para pensar que podían hacerla entender que podía existir algo entre los dos, que él la haya defendido no significaba que a él la gustara—. Es tarde.

—¿Te apetece salir mañana?. —dijo Simón —. Tengo una reunión con algunos alemanes, vamos a dar una vuelta por el barco y..—Simón se encogió de hombros, nunca se había puesto tan nervioso ante una mujer, aunque en realidad, tampoco había pensado en mujeres, con Daniela no tuvo que intentar impresionarla, sólo bastó con una cena familiar para hablar de gustos y se confesaran lo que sentían—. A veces es aburrido.

—¿Y por lo visto queres compañía para esta tarea aburrida?

—Bueno, dudo que contigo de compañía resulte aburrido.—dijo Simón sonriendo al mismo tiempo que veía a Ámbar fijo a los ojos.

Ámbar no encontró razón para rechazar la petición, en todo caso, era demasiado aburrido quedarse sola en el hotel cuando podía salir  y disfrutar con Simón o viendo a Simón trabajar con los alemanes. Ella nunca había imaginado su vida así, siempre pensó desde muy chica que se enamoraría de un cantante o actor de película, por los tantos clips que tenía con gente diferente y en alguna ocasión estuvo saliendo con un tipo, pero no tenia que ver para nada con un oficio como el que tenía Simón.

Antes de que Ámbar pudiera responder, añadió Simón:

—Nos vemos mañana.

Volvió a presionar la mirada sobre la hermosa rubia y dio media vuelta para alejarse.

Dulce ErrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora