1. Prólogo - Yellowstone, Montana. 1923.

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Eran tiempos difíciles. La madre había salido a comprar víveres, como siempre. Ella se había quedado sola en su casa junto a sus dos hermanas mayores. La del medio tenía trece, y la mayor, dieciséis. Como siempre, el padre le había dicho que la escopeta, por si acaso, estaba en el sótano, y la madre le había enseñado unos cuantos trucos para deshacerse de las personas no deseadas.

Ella tan solo tenía 5 años, pero recuerda ese día como si hubiese sido ayer.

De pronto, un portazo increíblemente fuerte sobresaltó a las tres hermanas Pabbleton. Un lobo de un tamaño descomunal se les hizo frente. La del medio corrió a esconderse debajo de la cama, mientras que la mayor atinó en sacar una escopeta de debajo de su cama. La menor se paralizó un momento mientras el lobo de casi tres metros entró por la ventana de su dormitorio. Las tres corrieron hacia el sótano, y lo cerraron de un portazo, y la del medio colocó una barra de metal para que la puerta no se abriera. Todo parecía estar bien, de no ser porque otro colega del lobo anterior las estaba observando por la ventana del sótano. La menor soltó un grito agudo y señaló la ventana.

De repente, la puerta explota en mil pedazos, y la madre saca a las niñas del sótano. El lobo estaba hecho un ovillo en el piso, jadeando. El padre, al notar la tensión y el silencio reinante en la casa, se acercó lentamente al lobo. De pronto, el lobo salta sobre el padre y lo mata casi al instante rasgándole con el hocico la piel justo enfrente de las niñas y la madre.

Ésta, horrorizada, consigue taparse la boca con una mano, se le resbalan unas cuantas lágrimas por sus mejillas y sale a la parte delantera con sus hijas, tratando de escapar... en vano.

El lobo que lo acompañaba, que había estado escondido entre unos arbustos, sale de un solo salto sobre la madre, y repite la misma secuencia. Las niñas, pavorosas, observan al lobo. El lobo, cuando terminó de asesinar a su madre, observó a la menor con dos ojos bien grandes y verdes. Solo esto bastó para que las niñas huyeran de aquel lugar tan espantoso.

Los vecinos, que se quejaron por ruidos molestos, llamaron a la policía. Ésta observó el lugar, y vio que sendos cuerpos tenían rasgaduras de pezuñas lo suficientemente profundas en el pecho, cerca del corazón. Además, presenciaron varias mordidas en torno al cuello de las víctimas. No había duda: habían sido mordidos por animales salvajes. Pronto, descubrieron que las tres niñas habían desaparecido.

Algunos dicen que las tres huyeron al bosque aquel mediodía. Otros, que zarparon en barco hacia un lugar muy lejano. Otros, que murieron por una enfermedad horrible y que fueron enterradas cerca del mar.

Sea como fuere, desde ese dos de noviembre de 1923 no se sabe qué fue de las tres niñas, y si las tres siguen vivas.


III. Moonlight Shadow: Survive the DarknessWhere stories live. Discover now