Capitulo 26

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《Narra Diego》

Iban pasando los días y Milo cada vez se veía menos triste, con más ganas de salir de casa, de comer. Nos habían invitado a una comida familiar y, de nuevo, Milo me estaba planchando el pelo. Ambos nos habíamos vestido elegantes, pero nos reservábamos nuestros mejores trajes para el cumpleaños de Livia.

- Ya casi está, Pastelito -me dijo Milo mientras me cogía un mechón de pelo. Yo solamente asentí.

Cuando terminó, nos fuimos a casa de su padre. Ya había empezado a adornar el árbol de navidad y habían luces por toda la casa. Una gran mesa rectangular ocupaba el espacio del comedor. Encima de cada plato, había el nombre de alguien de la familia, yo busqué el mío y Milo el suyo; se suponía que teníamos que estar juntos, pero no fue así, Milo estaba casi a la otra punta de la mesa, en aquel momento no me importó mucho porque miré los platos que tenia a ambos lados y eran de la pequeña Livvy y de la hermana de Milo, Evie.

En seguida se sentaron a mi lado las dos chicas mientras yo seguía con la mirada fija en mi chico. Livvy me tiró de la oreja y Milo se rió fuertemente, era la primera vez que lo veía reír desde lo de su madre, y sonreí yo también.

《Narra Tris》

Acababan de llevar los muebles y los estaban colocando como les decíamos; daba una sensación de poder muy agradable.

- Pon el armario ahí -le dije yo a uno de los hombres que habían venido-, y gíralo. Esto va allí, en esa pared. Muchas gracias.

Aiden estaba sentado en la silla, mirándome mientras terminaba de decorar nuestra casa.

Cuando los hombres se fueron, pusimos la estufa por primera vez en esa casa.

- ¿Llamamos a Diego y a Milo para invitarlos a cenar algun día? -me preguntó risueño Aiden-. Se lo prometimos.

- ¡Claro, ahora ya tenemos cuatro sillas! -le contesté riendo-. Pero mejor los llamamos mañana porque me dijo que hoy estaría en una cena familiar de Milo.

Aiden asintió y se fue a la cocina a por un vaso de agua para mí y una CocaCola.

Me gustó mucho que se acordara de que me encantaba el agua. El dia en que nos conocimos, él me invitó a una. Yo estaba con una amiga en el bar, él acababa de entrar y, sin casi analizar el lugar, me vió con una botella de agua en la mano y decidió irme a comprar otra en la barra. Yo ni lo había visto entrar pero, cuando se me acercó para darme la botella, sentí esas mariposas que se tienen presas en el estómago cuando estás con esa persona especial, y supe que ese chico pelirrojo, sería especial.

《Narra Diego》

Durante la cena me hicieron varias preguntas, en especial Evie, quien tenía mucha curiosidad en saber qué se sentía al vivir en pareja.

Evie era tan morena como su hermano, con su nariz y la misma forma de la cara. Llevaba una trenza a un lado e iba ligeramente maquillada. Siempre me estaba observando, puede que se pensara que no la veía.

- Diego -me dijo Livvy casi susurrando-, ¿soy muy pequeña para que me guste un chico?

- Claro que no, bicho -le dije yo acariciándole el pelo-. Nunca es demasiado pronto para querer a alguien. A ver, ¿quién es ese chico?

- No lo sé muy bien, me lo encuentro casi cada día en el autobus. No sé como se llama, ni cuántos años tiene, ni siquiera a que escuela va. Lo único que sé es que me gusta mucho -afirmó Livvy. En esa última frase, me acordé de Milo, de las palabras que me había dicho en nuestro primer día, al salir corriendo de la biblioteca. Milo y ella compartían la grandeza del corazón, y el chico del bus sería tan afortunado de tenerla a su lado como yo lo soy de tener a Milo.

- Pues entonces es cuestión de preguntarle todas esas cosas -le acosejé a la pequeña.

- ¿Me acerco en el bus y le pregunto cosas de la nada? ¿No se va a pensar que estoy loca?

- ¿Y a caso no lo estás? -dije yo sonriendo.

La pequeña asintió y siguió comiendo feliz. Giré la cabeza para ver si Evie me seguía mirando, pero ya no lo hacía. Seguimos comiendo, varios temas iban saliendo poco a poco entre todos.

《Narra Tris》

Cogí el vaso de agua y fui caminando por la casa, sin dar un trago. Vi como había quedado cada mueble hasta llegar a la cama nueva, allí me estiré y me quedé dormida.

《Narra Diego》

- Diego -dijo Evie-, ¿podemos hablar en mi habitación?

Yo me lo pensé un poco antes de responder ya que el postre me apetecía bastante, pero asentí porque seguramente era más importante lo que me fuera a contar ella.

- ¿Me reserváis un trozo de este delicioso pastel? -pregunté a todos, en general.

- ¡Claro, Pastelito! -dijo Milo sonriendo, yo le devolví la sonrisa y me fui con ella.

Una vez que llegamos a su habitación, la sonrisa radiante de Evie se esfumó y se puso a llorar, en seguida estabamos los dos abrazados, sentados en la cama. Yo la separé y le sequé las lágrimas con el pulgar.

- ¿Qué te pasa Evie? -le pregunté preocupado- ¿Es por tu madre?

- ¿A ti te hacían bullying, verdad? -me preguntó Evie. Al ver mi cara de sorpresa, continuó-. Ya sabes, por ser gay... a Milo se lo hacían.

- Sí, pero no entiendo qué tiene que ver eso...

- Unos chicos me vieron besar a una chica y ahora me hacen bullying, me insultan, me dicen lesbiana por los pasillos...

- Pero Milo me contó que te gustaba un chico de bachillerato.

- Ya, y me sigue gustando. Lo del beso fue por probar: mi amiga tenía dudas, y yo la besé para que las solucionara.

- Pues id las dos a hablar con esos chicos y explicadles.

Evie se puso a llorar de nuevo mientras decía cosas inentendibles, yo la abracé para que se calmara, y lo conseguí.

¿Gay? Yo noWhere stories live. Discover now