Capitulo 20

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Milo y yo estábamos medio estirados en el sofá de Tris, mirando la televisión. Mi mano estaba acariciando su pelo, suave y oscuro como el cabrón. Milo me cogía por la zona de las costillas para atraerme a él, para asegurarse de que nunca me separaría de su compañía. No me estaba fijando en el programa, mis ojos solamente servían para admirar sus rasgos, cada peca, cada reflejo en su pelo, la luz reflejada de la televisión en sus ojos...

Milo me besó en la mejilla y me sacó de mis descripciones. Seguimos un rato así, hasta que llegó Tris con una sonrisa en los labios. Todas las luces estaban apagadas, tan solo la distinguí por su forma de caminar y su altura. Se sentó a mi lado y me abrazó, separándome de los brazos de Milo. Este se sobresaltó e hizo una mueca de enfado.

- ¿Qué quieres ahora, Tris? Estábamos en NUESTRO momento... -dijo Milo, destacando la palabra "nuestro" para que le quedara claro que ella no estaba incluida.

- Solo quería estar con mis chicos antes de irme a dormir -Tris parecía decepcionada, seguramente se esperaba una bienvenida más animada-. ¿Sabéis la hora que es? Las dos y media de la madrugada. Ya empezaba a creer que estábais haciendo cosas en MI sofá.

- Ya has comprobado que no, Tris -dije, esta vez, yo-. Si quieres hacer de aguantavelas quédate, pero no te lo recomiendo, te aburrirás.

- Bueno... -pasó la mirada de mi a Milo- me gustaría hablar contigo un segundo.

Milo me miró y asintió para que fuera subiendo a la habitación.

- Y bien, ¿qué te trae por aquí, forastera?

- En primer lugar, es mi casa, el forastero eres tú -Milo se había reído, pero ella no, y eso hizo que al chico se le cortara el rollo-. Y ahora vayamos a lo que te quería decir: el otro día dijiste que te podías quedar a Diego en tu casa y pagarle los estudios. No es que no me lo quiera quedar aquí, pero me encantaría que os fuerais a vivir juntos -Milo sonrió-. Me encanta la pareja que hacéis y allí podréis hacer lo que queráis.

- Entonces, si él está de acuerdo... -dudaba Milo- ¿me lo llevo mañana?

Tris asintió sonriendo.

- ¡Que bien!

Milo botó un poco en el sofá y se levantó. Tris se quedó quieta, mirando hacia la ventana, pensativa.

《Espero haber hecho lo correcto -pensó ella-. A mamá ya no le gusta tanto Diego... en especial, desde que salió del armario.》

Cuando volvió a la Tierra, Milo ya no estaba. Se levantó y subió las escaleras, se sentó en su cama. Si se ponía a escuchar, oía a Milo, muy entusiasmado, explicándole cosas a su amigo. Se estiró y se quedó dormida.

A mitad de la noche, se despertó y fue a la habitación de los chicos. Milo tenía el brazo encima de Diego, puede que se hubieran dormido abrazándose, pero ahora Milo estaba boca arriba, con un brazo apoyado en la cara de Diego, y este último hecho una bola. La sábana tan solo les tapaba los pies, y se fijó en los abdominales que tenía Diego, en ese momento entendió porqué era tan necesario enseñarlos a su novio. Vió que Diego se movía un poco, como si se hubiera despertado, y la chica volvió casi corriendo a su habitación.

Allí se quedó pensando en la de veces que había hecho ese tipo de cosas cuando era pequeña, hasta algunas veces fingía que no podía dormir para que Diego le ofreciera estirarse en su cama y que lo intentara de nuevo. Ahora ya no podía hacerlo, su amigo estaba saliendo con Milo y ella estaba con Aiden.

Entonces, vió a Diego en la puerta de su habitación con camiseta, como le había prometido que haría. Se le acercó caminando lentamente y se sentó a su lado.

- ¿No puedes dormir? -dije en un susurro-. He visto como entrabas y salías de mi habitación, es difícil dormir con el codo de Milo en mi ojo izquierdo.

Tris me sonrió.

- Me he despertado hace diez minutos, si me estiro me dormiré en seguida.

- Está bien, si quieres me quedo hasta que lo hagas, como cuando éramos pequeños.

Ella asintió con una sonrisita en los labios y cerró los ojos.

No tardó mucho en dormirse, yo volví a mi habitación y me puse en la cama con cuidado de no despertar a Milo.

A la mañana siguiente, Tris me despertó solo a mi y de nuevo tuve que salir de la cama silenciosamente.

- ¿Qué quieres?

- ¿Te acuerdas de ayer por la noche, cuando te dijimos que subieras a tu habitación? -yo asentí-. Milo y yo estuvimos hablando de que te podrías ir a su casa y que te pagara él los estudios, estarías más cómodo.

- ¿Y por eso no podía estar yo delante? No quiero que nadie me pague nada.

- Como quieras, ¿te ayudo a hacer la maleta?

Yo asentí y subimos a mi habitación. Abrí un poco la puerta para ver si Milo estaba presentable y, al ver que sí, entramos. Saqué la maleta y empecé a meterlo todo dentro, lo más ordenado que pude. Milo estaba haciendo lo mismo con la pequeña maleta que había llevado el día anterior. Cuando terminamos, nos despedimos de Tris y nos fuimos a su casa.

Ya había estado allí antes, pero aún no la había visto con tanta luz. Los ventanales permitían que la luz del sol llenara la sala. A diferencia de la casa de Tris y su madre, Milo tenía un piso. Este se basaba en una sala gigantesca, donde estaban el sofá, dos sillones, la televisión, la mesa y las sillas para comer. En una esquina de la sala había la cocina, como si fuera americana. Al lado de la televisión había un pasillo, en el cual habían cuatro puertas: a mano derecha estaban las habitaciones; en frente había el baño y el patio de luces. Y finalmente, llegaba un espacio que era una mezcla de trastero y librería: en vez de paredes habían libros, y en medio de la habitación estaba la cinta para correr.

- Tu casa es preciosa, Milo.

- Quédate a vivir, en ella, para siempre -dijo él, dándome las llaves-, por favor.

N/A: ¡Ya hemos llegado al 1K! Este capítulo va por eso;3 Os quiero😘

¿Gay? Yo noWhere stories live. Discover now