invasión ( kookv. )

epilogue.

El sonido del metal era lo único que se escuchaba además de los suspiros del joven.
Detrás de él, un hombre alto y fortachón lo llevaba por aquellos extensos pasillos mientras que mantenía su cabeza baja.

"¿Joven Jeon?" el aludido levantó finalmente su cabeza para observar al hombre frente a él, unos papeles se posaban en sus manos. "Está aquí por el delito de homicidio con premio remuneratorio, ensañamiento y premeditación conocida. La pena que recibirá equivale a unos 20 años de cárcel dependiendo de lo que la corte decida." explicó el hombre, Jungkook tragó duro.

Luego de haberle disparado al chico, él mismo decidió llamar a la policía. No supo por qué, pudo haber escapado como siempre lo hacía, pero algo lo detuvo, algo que aún no sabe qué es.
Una parte de él deseaba que el chico se hubiera salvado, que le hubiera apuñalado más fuerte, un poco más arriba, para que fuera más efectivo. Pero no pasó, cuando la policía llegó junto a las ambulancias, era demasiado tarde.

Taehyung ya había muerto.

No se arrepentía de nada. Jamás lo hizo, él siempre fue consciente de lo que hacía, simplemente le hubiera gustado que terminara de otra manera.
Le interrogaron, incluso lo golpearon, pero nunca mencionó a Namjoon, ni a sus colegas, eso no.
Jungkook era de todo menos un traidor.

El fortachón lo empujó fuera de la sala, no sin antes detenerse ante el sonido de la voz del hombre en la silla.
"¿Jungkook?" el pelinegro cansado miró hacia atrás. "Soy tu abogado, pero no puedo cambiar los hechos, lo siento."

El pelinegro sonrió amargamente, lo sabía. La había cagado y nadie podía cambiar eso, ni siquiera su abogado.
"Está bien." susurró y salió de la sala acompañado del gran hombre que lo llevaba esposado.

"Prepárate para la corte, niño." dijo éste, una carcajada dejó los labios de Jungkook.

"Siempre lo estuve."

Al entrar al lugar, todas las miradas se posaron en el pelinegro, incluyendo la de los tíos de Taehyung, quienes lloraban desconsoladamente.
Al ver al pelinegro, la mujer se levantó y quiso correr a golpear a Jungkook, pero su esposo la detuvo.

Jungkook sonrió y se dirigió ante el juez, escuchando cosas como "maldito enfermo", "asesino", "basura", y cosas así.

🍃🍃

"El joven Jeon, mejor conocido como "el invasor", está condenado a 20 años de cárcel por homicidio determinado del joven Kim Taehyung, hijo de los fallecidos señor y señora Kim.
El homicidio fue ejercido junto a la tortura de la violación, golpes y más. El comportamiento podrá darle un año menos de cárcel pero no más, lamentamos la perdida de los tíos del joven que se encuentran aquí.
Jeon Jungkook, por favor proceda a su celda."

Y sin más, terminó la sesión.

Los mismos brazos fuertes llevaron a Jungkook hacia el interior de las celdas, el pelinegro se encontraba sonriendo mientras caminaba y unas lágrimas caían por sus mejillas. No sabía si eran de tristeza o felicidad.

Comenzó a recordar todo. Los rasgos del rubio, su voz, sus gestos, la forma en la que le rogaba que parara, todo.
Los flashbacks del rubio eran lo único que ocupaba su mente en esos momentos.

Sintió un empujón que lo dejo dentro de lo que sería su celda. Miró a su alrededor inspeccionándola y se sentó en la cama, la cual era compartida.
Suspiró, tendría un compañero.

El hombre fortachón lo miró con una cara de lástima y negó con la cabeza, para luego desaparecer de la vista de Jungkook.
El pelinegro se mantuvo mirando el piso mientras su mente lo torturaba.
Estaba tan sumergido en los recuerdos que no se percató cuando un chico había entrado a la celda.

Su pelirroja cabellera resaltaba entre el frío y el polvo de la jaula en la que se encontraba.

"Qué tal, tu debes ser Jungkook." sonrió, el pelinegro asintió.
"Mi nombre es Jimin, un gusto conocerte. Desde ahora seremos compañeros de celda."

Y Jungkook por primera vez sonrió con honestidad ese día.
Quizás se divertiría ahí.