005. (1/2)

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Suspiros, pequeños y casi nulos suspiros se podían oir en el piso de arriba. Jungkook estaba seguro que él o la propietaria debía de estar en una de las habitaciones.

Siniestramente sonriendo, el pelinegro comenzó a subír las escaleras. Paso por paso, haciendo el mayor ruido posible para que quien sea que esté allá arriba, tuviera una idea de lo que le deparaba.
Rió ligeramente, imaginándose lo que seguía; sangre en sus manos, y un cuerpo tirado. La escena perfecta.

Se golpeó mentalmente recordando a Namjoon. Debía concentrarse y no dejarse llevar, de otro modo, sería él quien terminaría muerto.

"you say i'm not alone, but i am petrified." Comenzó a cantar el pelinegro, ya estando en el último escalón.

Se detuvo en una de las habitaciones y entró sin previo aviso, sin rodeos.
Desafortunadamente el propietario no estaba ahí.

Bufó sonoramente, a punto de entrar a otra habitación, pero pasos acelerados en la escalera lo hicieron voltear y sonreír.

"Te tengo."

Rápidamente, corrió a las escaleras y comenzó a bajarlas, observando una figura delante suyo, corriendo como nunca. Un chico. Susurró, al fin dando con el género del propietario.

Su mente no dejaba de imaginarse escenas de él maltratando al chico, colgándolo, destripándolo, torturándolo. Necesitaba hacerlo sufrir, sea como sea.

Finalmente, luego de correr, perdió el rastro del chico. Maldiciendo en voz alta e intentando encontrarlo. Se dirigió hasta la planta de atrás, la cual constaba de un estacionamiento al lado de tres habitaciones, por las cuales pasó hasta escuchar un ruido proveniente de ellas. Sonrió y llevó una mano hasta su nuca, recorriendo con ella su oscuro cabello, desordenándolo para luego hablar.

"Escucha, te daré 10 segundos para que salgas, de otro modo esto terminará aún más feo." Hizo rechinar sus dedos, caminando de un lugar a otro.

"Uno..." comenzó a contar, haciendo sus pasos cada vez más sonoro al estar seguro de que el chico estaba en una de las habitaciones. "Dos..." continuó. Esta vez pisando mucho más fuerte, agregándole el sonar de sus nudillos contra la pared. "Tres... sál de ahí." Susurró, con tono divertido y burlesco. "Cuatro... te encontraré de todos modos." Advirtió, aún sin obtener respuesta alguna. "Cinco, ya estamos a la mitad." Recordó, endureciendo sus pasos y nudillos, los cuales ya se encontraban rojos de tanto golpearlos contra la dura pared.
" seis... ¿No vas a salir?" Carcajeó, cada vez más insistente. "Siete... ya casi estamos." Murmuró, recorriendo la pared con sus uñas, haciendo el momento más imponente. "Ocho... no servirá de nada que te rehuses." Advirtió, mordiendo su labo inferior con tal fuerza que llegó a sangrar. "Nueve..., ¿No vas a salir?" Su corazón palpitaba de la emoción, de la ansia previa al asesinato.

"Diez... te lo advertí."

Abrió repentinamente la puerta de golpe, recorriendo con la mirada aquella oscura habitación, en la cual, pequeños suspiros y sollozos eran escuchados. El interno de Jungkook le exigía sangre entre sus manos, y el pelinegro no estaba dispuesto a desobedecerlo.

"Veamos, ¿Dónde estás?" Rió juguetonamente, caminando de un lugar a otro, 'buscando' al joven.

Pero,

Jungkook lo había visto desde el primer momento en el que entró a la habitación.

Y no estaba planeando dejarlo ír.

no con vida.

invasión  ( kookv. )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora