Carmen ©

Capítulo 3: Ansiedad

[•••]

—Es una tentación muy poderosa, ¿no te parece? —dijo la pelirroja. Deslizó sus dedos por el filo del cuchillo de plata y luego lo señaló hacia su anfitriona.

—¿Q-qué planeas hacer con eso? —el temor en la voz de la joven señalada era predecible. No podía ocultarlo, estaba aterrada.

—No lo sé, ¿Qué crees que deberíamos hacer? —sonrió ligeramente de manera siniestra— Tengo muchas ideas en mente —apoyó su dedo índice en su barbilla mientras pensaba.

—Y-yo no... —Skyler no sabía qué decir ni qué hacer. Estaba paralizada, el terror fluía rápidamente por sus venas. Apenas podía respirar, se sentía atrapada en un laberinto de locura del que no creía poder escapar.

—Oh, ya sé —interrumpió la chica frente a ella antes de que pudiera terminar su frase. En un abrir y cerrar de ojos, Carmen lanzó el cuchillo en su dirección.

[•••]

Las pesadillas eran tan presentes en la vida de la joven Woods. Que sin importar el día o la hora, siempre que ella lograba cerrar los ojos para conciliar el sueño, estas siempre ocurrían.

—Señorita Woods —escuchó a lo lejos—. Señorita Woods, ¿Se encuentra bien? —la voz sonó más cerca esta vez. Sintió un ligero movimiento en su hombro y se despertó de inmediato.

El movimiento brusco de su cabeza hizo que su maestra diera un paso atrás asustada. Skyler no pudo evitar sentir ira al ver la mirada y el miedo evidente en el rostro de su maestra.

Pero no solo su maestra la miraba de esa manera. Para su desgracia, todas y cada una de las miradas en el aula estaban fijas en ella. Cada uno de sus compañeros la observaba, y aunque predominaba el miedo en sus rostros, también se percibían otros sentimientos.

Los odiaba a todos, odiaba tanto... Si tan solo pudieran entender.

Skyler no dijo nada. Así que antes de que la adulta pudiera decir algo más, tomó todas sus pertenencias de su asiento y se levantó para salir de aquel lugar.

Su largo cabello ondeaba en el aire mientras caminaba rápidamente. Solo quería salir de allí lo más pronto posible. La Ansiedad la consumía. Estaba de más decir cuánto le importaba marcharse sin más; solo necesitaba escapar.

Varias hojas se escaparon de su cuaderno cuando lo cerró de golpe, y en ellas estaban la mayoría de sus dibujos, ahora esparcidos en el suelo. Pero ella no se dio cuenta, nadie en el salón lo notó, excepto una persona.

Luke estaba en la fila a su lado, a solo un asiento detrás de Skyler. La había estado observando durante toda la clase, procurando no ser descubierto, especialmente por ella. Sin pensarlo dos veces, se agachó para recoger las hojas con los dibujos y se puso de pie para seguir a Skyler.

La excusa perfecta, pensó para sí mismo.

—Palmer —para su desgracia, no pasó desapercibido, siendo llamado de inmediato por su maestra—. ¿A dónde cree que va? —detuvo su caminar al instante, pero no se dio la vuelta. Maldijo internamente y luego hizo lo que nunca hubiera imaginado hacer.

La ignoró.

Rodó los ojos y no respondió a la simple pregunta que le hizo su maestra, quien aún esperaba respuesta detrás de él. El castaño simplemente continuó su camino hacia la puerta que daba al pasillo.

Logró divisar a Skyler a lo lejos, a punto de abrir la puerta para irse... Pero antes de que eso sucediera, logró gritar en su dirección: —¡Oye!

Skyler, de inmediato, giró la cabeza hacia la voz y sus ojos se encontraron con los de Luke. Aunque definitivamente no lo conocía, no descartaba la idea de haberlo visto antes por los pasillos del instituto o en alguna otra clase.

Luke, por su parte, estaba... Feliz. Llevaba semanas tratando de lograr un simple e insignificante contacto visual con la chica que no podía sacar de su cabeza desde hacía tiempo.

—C-creo que esto es tuyo —extendió el brazo, mostrando las hojas entre sus manos.

Skyler las reconoció al instante y abrió los ojos como platos, sintiendo más miedo que sorpresa. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia Luke tan rápido como pudo, arrebatando las hojas de sus manos.

Las observó una por una para asegurarse de que eran sus dibujos y, al comprobarlo, miró aterrada al joven frente a ella— T-tú... ¿los viste? —preguntó al instante, con el miedo aún evidente en su tono de voz. Pudo respirar tranquila al ver que él negó rápidamente con la cabeza, pero al mismo tiempo no se sintió completamente aliviada.

La idea de que alguien más la considerara loca al ver sus dibujos la aterraba. El pánico la invadía. Ya no podía soportarlo.

—N-no, claro que no. Solo sé que son dibujos por los trazos... —dijo, tratando de tranquilizarla. Aunque en gran medida era cierto, Luke sí había prestado atención al primer dibujo de la pila, demasiado, para ser honestos.

Skyler, sin nada más que decir, se volteó rápidamente, murmurando un "gracias" muy bajo y apresurando su paso... Alejándose rápidamente de él para poder marcharse de una vez por todas.

—Soy Lucas... Lucas Palmer —habló en cuanto notó los movimientos e intenciones de la chica para irse— pero me puedes decir Luke —La pelirroja detuvo su caminar abruptamente, pero no miró hacia atrás ni dijo una palabra—. ¿Cuál es tu nombre? —eso, obviamente, ya lo sabía, pero no pudo evitar preguntar.

Por alguna razón, necesitaba escucharlo de ella. Necesitaba confirmar si los rumores eran ciertos, necesitaba...

—Ambos sabemos que estás al tanto de ello —dijo, dirigiéndose a Luke sin girarse, pero mostrando su perfil derecho.

Luke no supo qué decir, se quedó sin palabras. Estaba de más decir cuán confundido y estúpido se sentía.

Sin decir nada más y con determinación, Skyler volvió a caminar hacia la puerta, esta vez con éxito, dejando atrás ese lugar que tanto la abrumaba.