Capítulo 2: Silueta

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El grito eufórico de Chase resonó inmediatamente al ingresar al vestuario de hombres. Acababan de regresar del entrenamiento y el castaño estaba rebosante de felicidad. Era comprensible, después de todo, su mejor amigo finalmente formaba parte del equipo. Tras meses de intentarlo, Chase finalmente había conseguido convencerlo, y se sentía profundamente orgulloso.

—¡Vamos, Walker, cierra la boca! —Luke respondió con una mezcla de vergüenza y humor al ver que todos en el vestuario lo miraban como si le hubiera salido una segunda cabeza.

—Tú también cierra la boca, pedazo de idiota —Chase trató de sonar intimidante, pero su enorme sonrisa lo delató— ¡Has ingresado al equipo! Estoy tan emocionado como un niño.

—No es para tanto —Luke rascó la parte trasera de su cabeza y miró de reojo a su mejor amigo.— Y si eres un niño.

Chase rodo los ojos, ignorando aquel comentario y tomo a su mejor amigo de los hombros, girándolo en dirección hacia donde los demás integrantes del equipo se encontraban. 

—¿Ves a esos tipos allá? —Chase señaló hacia un grupo de adolescentes en una esquina del vestuario. Luke los observó, notando lo desconectados que parecían estar— Son un grupo de imbéciles que arruinan al equipo en cada juego. Pero tú, maldita sea, juegas increíblemente bien. Incluso mejor que yo, y estoy seguro de que te convertirás en el mariscal de campo.

Luke no tuvo mas opción que ceder ante la insistencia de su mejor amigo, Chase lograba ser demasiado terco para su propio bien. Aunque no estuviera de acuerdo con ser considerado el "mejor jugador", no tenía sentido discutir con su amigo obstinado.

—Entonces, si vuelves a decir una estupidez como esa, te meto la cabeza en el inodoro. No bromeo, Palmer —esta vez Chase logró intimidar a Luke, quien rodó los ojos y trató de ignorarlo.

Chase lanzó el balón que tenía en las manos hacia Luke y se dirigió a una de las duchas. Luke atrapó el balón al vuelo y lo dejó en su casillero antes de tomar ropa limpia y dirigirse también a las duchas.

Justo cuando terminaron, sonó la campana que anunciaba el siguiente período de clases. Luke tomó su mochila y se dirigió a la salida, con Chase siguiéndole los pasos.

Las renovaciones en su escuela secundaria lo tenían algo abrumado. Apenas reconocía los nuevos lugares y las aulas; se sentía como un estudiante nuevo. No podía creerlo y, para ser sincero, le molestaba bastante que las remodelaciones se hubieran llevado a cabo de la noche a la mañana debido a las elecciones presidenciales.

No recordaba en qué aula tenía la clase con el Sr. Báez ni en qué sección estaba. Mientras caminaba, acomodaba libros en su mochila y buscaba su horario. Sin embargo, su distracción lo llevó a chocar bruscamente con alguien más.

—Oh, disculpa, yo... —antes de que pudiera terminar su disculpa, la chica recogió sus libros del suelo y se marchó sin decir nada. Luke quedó confundido, con las palabras en la boca.

Chase, aún a su lado, estalló en carcajadas. Luke le lanzó una mirada fulminante y le dio un golpe en el hombro.

—¿Quién es ella? —preguntó Luke, mirando hacia donde la chica había desaparecido. Apenas podía ver su Silueta y su largo cabello rojizo.

—¿La loca Woods? —respondió Chase entre risas, al mismo tiempo que se frotaba el lugar donde Luke lo había golpeado.

—¿La qué? —Luke volvió a preguntar, ahora más confundido.

—No me sorprende que no la hayas visto antes —Chase encogió los hombros y ajustó su mochila— Apenas se unió a nuestra sección este semestre en algunas materias. La cambiaron de grupo. De nuevo.

Luke frunció el ceño, aún más intrigado, y volvió a mirar hacia donde la chica había desaparecido. Aunque ya no quedaba rastro de ella, no pudo apartar la mirada de ese lugar.

—Pero, ¿Cómo se llama?

—Creo que eso es algo que ni ella sabe.

—¿Qué?

—Cierra la boca y sigue caminando, llegaremos tarde —Chase rodó los ojos y empujó ligeramente a Luke, pero este no se movió.

—Dime, Chase, ¿Cuál es su nombre? —Luke insistió y su mejor amigo suspiró, visiblemente molesto.

Skyler —respondió Chase, resignado, mientras empujaba nuevamente a Luke— Al menos, legalmente.

Aunque Chase estaba algo molesto por la insistencia de Luke, tomó la delantera. Después de unos segundos, todavía aturdido, Luke se dirigió hacia la puerta por donde había entrado, y una vez dentro del aula, se acercó a su asiento al lado de Chase.

Sin embargo, Luke no perdió tiempo y volvió a preguntar una vez estuvieron sentados: —Chase, ¿Cómo es que al menos legalmente se llama Skyler?

—No lo sé, amigo, esa chica es extraña —Chase comenzó a sacar sus útiles escolares de la mochila y echó un vistazo alrededor para asegurarse de que nadie los escuchara— He escuchado que tiene la costumbre de gritarles a todos que su nombre es Carmen en algunas ocasiones, y en otras, les pide ayuda —susurró a su mejor amigo y frunció el ceño— Un día aparece vestida como una diva y al siguiente parece haber salido de un manicomio. Habla sola y dibuja cosas rarísimas. 

Luke asimiló lentamente la información que Chase le acababa de dar mientras se acomodaba en su asiento al ver que su maestro entraba al aula.

Decir que estaba sorprendido era quedarse corto. Esa chica era definitivamente extraña, pero Luke se resistía a llamarla por el apodo despectivo que le habían dado o a hacer suposiciones infundadas sobre su reputación. En cambio, sentía una curiosidad creciente hacia ella.

Carmen ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora