Capítulo 2: El misterioso Salvador

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Con la falda levantada, la camisa a medio desabotonar  y el aliento entre cortado de pegar bufidos de desespero, largo un grito cuando uno de los hombres, el barrigon con aliento a alcohol, cae hacia un lado dando una sonora caida debido a un golpe seco que recibió en la mandibula.
No  alcanzo a mirar bien lo que está pasando porque tengo la vista nublada por el pánico que me consume el pecho, pero sé que el borracho más jóven está forcejeando con otro sujeto mientras que el gordo sigue en el suelo tendido, cosa que no me sorprende porque dado el espantoso ruido que se escuchó cuando este calló al suelo, me imagino que como mínimo estará inconsciente.

-Sientete feliz de que hoy no te mate, hijo de puta-  Dice este nuevo sujeto, quien empuja al borracho mas jóven junto al lacra humana de su compañero, el barrigón.

Yo caigo de rodillas al piso y largo un profundo y largo sollozo desde lo más profundo de mis pulmones. ¡Dios! ¿es que algo más puede pasarme?

Siento una mano grande y caliente que sostiene uno de mis delgados brazos y tira de él. Yo forcejeo e intento salir corriendo pero mis piernas fallan debido al frio y caigo al suelo.

-Tranquila, preciosa. No te haré daño- Dice el sujeto con una voz masculina y fuerte.

Levanto la mirada y me encuentro con un hombre de ojos verdes oscuros y pelo corto rubio ceniza. Su piel es olivacea, simplemente hermosa y una cicatriz recorre ligeramente su cuello  -Ven conmigo, yo veré que estés bien.

Y debo estar loca o extremadamente asustada (y de hecho lo estoy) porque asiento. Él sujeto pasa un brazo por debajo de mis rodillas y con el otro sostiene mi espalda, quedando él cargándome en brazos.

-¡¿Que haces?! ¿a dónde me llevas?-  pregunto asustada.

-Te cargo, ya veo que no puedes andar porque tienes frío y no quiero que te rompas intentándolo, tengo planes para tí-  Me dice mirándome a los ojos y yo me quedo desconcertada y muy nerviosa.

-¿Que tienes planes para mí? ¿a que te refieres?-  Tengo miedo de que halla logrado librarme de un problema para meterme en otro mayor.  -¿Quién eres?.

El extraño me sube a un coche sin responder a alguna de mis preguntas y luego se sube él.

-¿A dónde me llevas?-  Pregunto con un hilo de voz.

-A mi casa. Tengo una propuesta que hacerte allí-  Dirige su vista hacia mí y al ver que empalidecí por su comentario, larga una melodiosa carcajada.  -No te preocupes, cariño. No es relacionado al sexo ni nada parecido. Ya te dije que estás a salvo conmigo.

Pero yo no quiero ir con él a ningun lado y menos a su casa, solo quiero ir a casa de Gina, tomar mi maldito libro de Biologia y estudiar tranquila, yo no quiero esto.

-¿Y si te dijera que no quiero ir contigo a tu casa y que quiero ir a mi casa?-  Pregunto nerviosa.

-Te diría que no tienes opción, tú te vienes conmigo. Es lo menos que me debes después de haber protegido la virtud de tu precioso culito imponente-  Con eso arranca el coche y comienza a manejar velozmente.  -tengo un trato para tí, y no pienso dejarte hasta que lo aceptes.

Estoy llendo a casa de un completo extraño quien tiene un "trato" para mi, ¿Debería huir? ¿Huir de qué exactamente? hasta ahora él no me ha hecho nada malo, dehecho me salvó de un abuso pero algo en sus hermosos ojos sínicos promete problemas.

¿Yo dije hermosos?.

Siéntete MiaWhere stories live. Discover now