Capítulo 1

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-Vamos, Nena. Ven conmigo a casa- Me pide Zac con necedad, arrugando con las manos la parte tirante a la delantera de sus pantalones para que su indiscreta erección no se le pegue al ombligo.

-Lo lamento Zac, pero esta "nena" mañana tiene una prueba semestral de Biologia muy importante para la cual debe prepararse - Le digo de corta-mambo mientras lo aparto de un solo pero fuerte empujón.

-Yo podría enseñarte la biologia de una manera más interesante que un libro-

Oh vamos! solo quiero irme a casa de Gina, estudiar y dormir como la buena estudiante universitaria aplicada y aburrida que soy. Todavía no entiendo como Gina logró despegarme de mi libro de Biología para venir a un club nocturno lleno de hombres necesitados, bebidos y demasiado insistentes un día de semana. Oh!, ya se, fué cuando me dijo aburrida, que mi vida sexual era más aburrida un karaoke de música clásica y menos estimulante que un streep dance del hombre invisible. Yo queria demostrarle que eso no es cierto y que aún tengo lo mío mostrando el escote y delineandome los ojos de negro pero ahora heme aquí con el sobre-excitado Zac y su miembro lujurioso chocando contra mi ombligo.

- No lo necesito, gracias, tengo planes de estudiar esta noche con Gina- Le miento, y lo hago mal. Vemos al mismo tiempo a Gina chocha de la vida mientras se friega contra un hombre de mediana edad y dudoso estado de conciencia. Siempre me pasa igual, llego a este punto donde los hombres despues de bailes intimos (demasiado intimos), bebidas y música, están excitados y me miran hambrientos el escote y más abajo y yo los dejo duros y calientes mientras me retiro sin la minima intención de algo más.

Pero yo no pienso volver a pasar por ello, parece frase de una adolescente virgen y asustada pero yo no quiero que me hagan daño, no de nuevo. Desde que perdí la virginidad siendo abusada por ese hombre, quien me dejó tirada hace cuatro meses, con ello también perdí el encanto y él placer por el sexo. Y por resultado quedó una joven de 24 años, con miedo a que los hombres la dañen y se aprovechen de ella, que le tiene pavor al sexo y todo lo relaciónado, se formó una cobarde con miedo de volver a fiarse de otro hombre en su vida.

-Si, claro. Al fin que todos tienen razón, eres una calienta pollas, que te gusta calentar a los hombres vistiendote prietita, fregandote en bailes y al final te terminas llendo y dejas a los hombres desesos- Me ofendió y me tocó tanto que me llamase así que no me contuve al darle un bofetón a Zac y salir corriendo del bar.

Está muy fresco y yo tengo más piel al aire que cubierta, pero la casa de Gina no está lejos y no tardaré en llegar.

Mientras voy medio trotando por una de las calles vacias y oscuras, cosa que no me sorprende dado a que son como las 4:00 a.m, me cruzo con dos hombres bebiendo en la esquina.

-¡Hey, hermosa! ¿no vienes?- Grita uno con una prominente barriga, que supongo es por las bebidas.

-Ven, no te vallas- Dice el otro que es algo más joven y presentable que el otro. Lo siento trotando tras mio, eso me desespera y comienzo a correr.

-¿No quieres pasar un buen rato con nosotros, perrita?- Me pregunta el barrigon cuando alfin me atrapan.

-No, no quiero, ¡sueltenme!- Grito desesperadamente mientras el más joven me arrincona contra la pared de la esquina chupandome el cuello.

-Prometemos no ser tan rudos contigo, pequeña- Dice el barrigón, cuyas manos las siento en todos los lados mientras que su rodilla se friega en mi entrepierna.

No me puede estar pasando esto, ¡No otra vez! porfavor, quiero morirme, todavia no supero la ultima vez y la história esta a punto de repetirse, no podre soportarlo.

Siéntete MiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora