Estirpe Oprobiosa

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La luz blanca de la luna, caía sobre el brillo rubí de sus labios entre abiertos, susurrando el aire que, afortunado salía del interior de sus pulmones para llegar a la libertad del frío nocturno, congelándose en nubes de vapor

-Debe usted ser Lord Kim –susurraron los labios apetecibles, y los ojos brillosos los secundaron, bañados en carmesí, feroces como las llamas en una hoguera, el príncipe sintió un ansia interna hasta ahora desconocida para él, y fascinado en el color que aquellos ojos habían tomado, preparó su garganta para pronunciar lo que quisiese salir de ella

-¡He encontrado a mamá! –gritó la voz de Jeno a su espalda, trabando de nueva cuenta las palabras en el interior de su boca

Las pisadas presurosas sobre las rocas, se hicieron cada vez más cercanas, pasando de ser un eco en la distancia, a estar ahí mismo, a lado suyo, Jeno tomó aire por la carrera que había tenido, y con la curiosidad de un niño, miró sin pudor al nuevo visitante, dejando salir unas palabras de admiración al notar que, el color carmesí en sus ojos, había disminuido poco a poco, cual niebla en los campos al amanecer

-tus ojos –exclamó, con la boca entre abierta, acercándose un paso o dos, hasta donde estaba el objeto de su curiosidad, acercando su cara tanto, que el pelirojo hasta ahora callado, sonrió

-¿Le gustan príncipe? –dijo, y como si aquella pregunta no hubiese sido para el menor, sus ojos se enfocaron claros hacia quien lo había recibido primeramente

Su león interno, ronroneó con cada palabra dicha en el elegante tono burgués del pelirojo, y le sintió bajarle por la espalda e instalarse sobre el eje de su placer

El menor compartió la sonrisa del pelirojo, y alejándose un poco, asintió –¡Son increíbles! –aseguró emocionado, ahora dedicándose a estudiar el carruaje y, por supuesto, al par de pura sangre completamente negros, que reflejaban la luz del candil sobre sus pelajes

La Reina se acercó con elegancia, hasta que estuvo orgullosa a lado del hombro de su hijo –Príncipe Hyukjae –habló ella a modo de saludo, e hizo una inclinación respetuosa, marcando la pauta para que ambos leones hiciesen lo suyo, saludando como era correspondiente al invitado real –le agradecemos enteramente a su padre, el Rey Lee, y a usted, por haber aceptado la invitación con tanta celeridad –dijo ella, ahora levantándose de su inclinación, y sonriendo grácil –aunque, le ruego nos disculpe, debido a la premura de su contestación, no hemos tenido el tiempo necesario para prepararle una bienvenida acorde a su título, un error terrible –se disculpó apenada, pero Hyukjae, negando, no aceptó sus disculpas, objetando que, el honor era de él por permitirle pisar la Tierra del Sol

La Reina se sintió complacida al ver el buen corazón del joven, habiendo temido que, se tratase de un arrogante y, para su dicha y suerte, había resultado un joven encantador -¡Por la Luna! –exclamó –está usted siendo atestado de preguntas, y ni ha salido de su carruaje, debe estar incómodo, tanto tiempo de viaje, y no le hemos permitido estirar las piernas –rió entonces, compartiendo la emoción con el príncipe que, la seguía viendo desde el interior

Entonces, Hye le dedicó una mirada contundente al castaño, informándole de que, debía ser educado con la visita de alcurnia, el príncipe saliendo de ensoñaciones, ofreció su mano al pelirrojo, invitándolo a tomarla y apoyarse en él para así, bajar cómodamente del carruaje –permítame ayudarle –habló, viendo los ojos vino mirar la palma de su mano y estirar la propia para tomarla

La pálida mano cayó sobre la suya, fundiéndose ambas en la polaridad de sus tactos, el áspero y el terso, el cálido, y el glacial, el sólido, y el frágil, entonces, esa mano se sostuvo de él, permitiéndole cargar su peso tan sólo por un momento, hasta que los pies del contrario, llegaron al suelo y, la mano que le había pertenecido se deslizó de la suya –Gracias príncipe... -esperó entonces por la respuesta, buscando un nombre

The King [Haehyuk +18] -PAUSADA HASTA NUEVO AVISO-Where stories live. Discover now