Retorno

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La última persona en la fila se había marchado, todos habían llegado con flores en mano y después, habían desaparecido, dejando sus palabras de aliento y expresando su beata pena

Donghae miró el ataúd vacío, era de madera, pintado de blanco pulcro y con detalles en color oro, >el color en el pelaje de un León, su padre<, un gran hombre, un gran Rey, un gran líder, apretó sus labios y respiró profundamente, viendo lo único que llenaba el interior de aquél objeto y, así mismo, lo último que tendría como recuerdo, esa caja de vidrio con el anillo

Las puertas del castillo, y todo el camino de tierra blanca que subía por la pequeña colina hasta ahí, se encontraba recubierto por flores, todas blancas y hermosas, ahora agonizando después de haber sido arrancadas, para tener la labor de morir junto a un muerto

El día de la muerte de su padre, todo Ghrian había acudido y mostrado sus respetos a la familia real, incluso ahora, unos días después, los campesinos seguían llegando desde partes más lejanas, todos con regalos en mano, y lágrimas en los ojos, no había persona que no le conociese, había sido realmente un rayo de luz para todos, ayudando sin pedir, y dando sin dudar

Con pequeños pasos, pasó de largo por el ataúd, acariciándolo ligeramente con sus dedos por sobre la rugosidad de la madera, estába agotado, las noches parecían todas su tormenta personal, pero ahora, no había nadie ahí para leerle, no cómo él hacía con Jeno, siguió caminando, por el patio del castillo, mirando la tierra en detenimiento, lucía seca y pálida, pateó una pequeña piedra y con los ojos siguió su camino veloz alzada en el aire

Sentía un hueco inmenso en su interior, nada podía llenarlo, pero incluso siendo así, las lágrimas ya no salían >¿era posible quedar sin ellas en los ojos?< sintiendo una pequeña ráfaga de viento despeinarle, continuó su camino, salió por las grandes puertas y entonces, el campo verde de pasto, se abrió paso ante él

Hubiese deseado sentir la necesidad de correr, y de sentir la tierra fresca acariciarlo, pero, incluso su león se encontraba con la orejas gachas y renuente, cada mañana era igual, las risas que alguna vez los acompañaron, se habían ido, su madre, se levantaba todas las mañanas, se arreglaba y se vestía del negro que debía llevar como signo de su dolor, pero cuando nadie la veía >al menos cuando ella pensaba eso< la había descubierto destrozada, llorando con las ropas de su padre en mano, anhelando tanto su compañía, y sintiéndose desgraciada por el cruel destino que había azotado la puerta sin anunciarse

Con un suspiro, el castaño llegó hasta donde había una colina y estando a sus pies, justo por donde se alzaba con orgullo firme, llamó a su león

Cayó al suelo, ahora en cuatro patas fuertes, y sin más, corrió por aquel pasto, sintió el aire golpear su melena y el resto de su pelaje, tomó varias respiraciones y continuó con su carrera, tenía un apremiante deseo por llegar hasta aquél lugar, donde él sabía, podía llorar y gritar cuanto quisiese, incluso, morir ahí si así le apetecía

La tierra, lo recibió como una vieja amiga, se metió bajo sus garras, dándole la sensación de libertad que, si darse cuenta, había extrañado más que nada durante éste tiempo, con sus grandes zancadas, aceleró hasta visualizar en el horizonte el árbol que había encontrado hacía años, que era el único sobre aquella colina, autoproclamándolo soberano de las alturas pues, se encontraba al borde del acantilado

Corrió jadeante unos metros más, hasta tenerle de frente, y entonces paró, ahora con pequeños pasos se sentó bajo su sombra, contemplando la vista que ofrecía el conjunto de montañas lejanas, el río que corría libre atravesándolas y por sobre todo, el cielo claro con blancas nubes, poco a poco bajó la cabeza y las lágrimas le abrumaron, tornando el paisaje borroso

The King [Haehyuk +18] -PAUSADA HASTA NUEVO AVISO-Where stories live. Discover now