Óbito

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El sol, con los brillantes rayos que solían recorrer las colinas, había desaparecido en el horizonte, mientras del lado opuesto en el cielo, aparecía la Luna, brillante, blanca, reflejando un poco de la majestuosidad de su oponente, pero aún mostrando sólo una sonrisa en mitad de las estrellas, miraba altiva y con porte hacia abajo, la tierra humedecida de los campos

Las gotas de lluvia descendían constantes, creando golpeteos en los lugares que caían, salpicando a diestra y siniestra, mojando todo a su paso, en el castillo, donde todos dormían y la lobreguez de la noche reinaba, en una de las torres levantadas con piedras grises, se encendió una luz, tan solo un punto cálido que, alumbraba en mitad de la noche tormentosa

Los pies pálidos, descalzos y delicados bajaban cada escalón, con premura y nerviosismo, con la muñeca temblándole, amenazando con fallar y dejar resbalar la vela, sus dedos fríos tomaban por un lado la falda de su camisón crema, alzándolo para no caer, ella sollozó, rogando por llegar al consuelo de los brazos de sus hijos, >aquella carta, aquella noticia<, las lágrimas amargas recorrían sus mejillas, llegándo a su barbilla y despidiéndose en el aire con un adiós, siguiendo el mismo camino trágico que sus compañeras de lluvia, las que caían y se sembraban en el lodo

Su liso cabello suelto, castaño, se había quedado quieto una vez ella paró, frente al dormitorio de su hijo mayor, y respirando con dificultad entre hipidos, llamó a la puerta de madera, sintiendo el frío de la noche recorrerla por largos minutos, hasta que ésta, finalmente se abrió, cediéndole el paso al interior

El príncipe heredero, revestido en su albornoz le miró por unos instantes, repasándola en tan mal aspecto no digno de ella, la Reina, su madre -¿Qué ha sucedido?- preguntó, tomando la vela titiritante de las manos y haciéndola a un lado, poniendo su mirar en los de su madre

La Reina sollozó, y se lanzó a los brazos de su primogénito, ocultando el rostro en su cuello, negando una y otra vez, no pudiendo con aquella noticia leída –la expedición de tu padre...- formuló –¡las criaturas los han matado! ¡Tu padre ha muerto! –lloró entonces, más aún, habiendo dicho aquello, aferrándose a la ropa cálida, Donghwa guardó silencio, calló un instante y se abrazó a la mujer que le había dado la vida

Su corazón dolía terriblemente, el pecho le oprimía, aquello no podía ser cierto! No era verdad! Las criaturas no eran más que seres viles sin pensar propio, sin raciocinio ni cordura –no puede ser cierto –habló contra su cabeza, tratando de entender -¿cómo lo has sabido? –le preguntó, alejándola tan solo un instante de su cuerpo

Hye se lamentó terriblemente –una carta me ha llegado, la lechuza mensajera portaba en el pico el anillo de tu padre –entonces abrió la palma, y en ella, en el justo medio se encontraba la pieza de oro, brillante ante la luz de candela, el dolor incrementó en el pecho del príncipe, quien tomó el anillo con cuidado y lo miró con la boca seca

-Mis hermanos...- habló, dándose cuenta de que, no sólo el había perdido a su padre, a sí como tampoco su madre a su esposo, ni Ghrian a su Rey, su madre asintió, sabiendo que debían dar tan terrible noticia

Sus brazos ya sin fuerza, resbalaron de los de su hijo, cayendo a cada lado de su cuerpo >¿Cómo decirle a tus hijos que, su padre había fallecido?<, mirando a la llama danzante, sin más pensamientos se permitió entregarse al dolor, a ser una mujer que había perdido a su pareja, y no, a la Reina, tan fuerte como el hierro que solía ser

-debemos dar el aviso madre –susurró, siendo consciente de las lágrimas que escapaban de sus propios ojos, mostrando la tristeza abismal que le carcomía, tras una respiración, limpió sus mejillas, ahora él era el pilar de su familia, del reino, no podía dejar de ser fuerte, por mucho que desease hacerlo, así que se separó de su madre y con zancadas comenzó a bajar las escaleras, ¡debía mandar una expedición de inmediato! ¡Tenía que haber alguien con vida! ¡Alguien que le explicara qué era lo que había pasado!, pero antes de dar un paso más, un sollozo le llegó a los oídos, su madre sufría, había perdido a su compañero

The King [Haehyuk +18] -PAUSADA HASTA NUEVO AVISO-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora