Yo literalmente no podía más.
Cuando la noche llegaba, significaba encerrarme en el baño a llorar, pensando en aquellos días en lo que todo estaba bien.
Nunca me había sentido tan miserable, tan poca cosa, tan mal conmigo mismo.
La única pregunta que circulaba por mi mente era "¿Qué hice mal para que te alejaras de esa forma tan cruel?"
Me dolía tanto su indiferencia, pero aún así lo amaba más que a nadie, y eso me daba tanta rabia.
Él ya no era el mismo de antes, me insultaba y hasta llegaba a golpearme.
Pero aún así, yo seguía a su lado, esperando a que él me pida disculpas para poder contestarle con un "Todo está bien, mi amor. Tuviste un mal momento, eso es todo. Ven, acuéstate junto a mi."
Pero claramente, eso aún no llega, y yo como un idiota, sigo esperando ese momento.
Me molestaba ser tan débil ante él, aún cuando fue un hijo de puta conmigo.
Y lo peor de todo, es que lo sigo siendo.
Él, a comparación de todos los demás miembros, no ha venido a visitarme aún, pero estoy seguro de que si el cruzara esa maldita puerta, aunque sea para insultarme, yo lo recibiría con una sonrisa, porque de verdad lo extraño.
Y eso es triste.
Porque aún estoy muy enamorado de él.
Estoy tan jodido.
Soy tan patético, pero no me molesta serlo por él.
