Para cuando acabé de desayunar salí para la universidad. No esperaba que alguien me felicitara, ya que nunca nadie se había enterado de mi cumpleaños, pero al menos si esperaba que Justin lo hiciera. O si no se acordaba o no la sabía con solo verlo para mí era sufuciente.

Entré al aula de clases y me senté, aún no empezaba la clase. Un papelito me cayó en las piernas, volteé a mirar quien lo había tirado y Caitlin estaba ahí.
Dudo que ella me lo hubiera tirado pero luego sonrió e hizo señas de que lo abriera, miré el papel un poco confundida y lo abrí.

Feliz Cumpleaños” en letras grandes yacía escrito en el papel. Sonreí, a pesar de todo lo que ha pasado entre ella y yo aún la sigo queriendo como una hermana y que se acordara de mi cumpleaños significaba mucho para mi.

En otro papel escribí “Gracias” y al lado unos corazoncitos. Volteé la miré y sonreí, se lo di de vuelta y sonrió al leer el contenido. Guardé su felicitación en mi bolso y volví mi vista al frente. Estaba esperando a Justin, quería verlo, pero ya iba emepzar la clase y no había llegado. Y ni loca me atreveria preguntarle a Cait por él, asi que suspiré, alguien se sentó a mi lado y era Ryan, que llegaba con una sonrisa.

- Feliz cumpleaños. – Susurró. ¿Cómo sabía Ryan que era mi cumpleaños? Tal vez Justin se lo habia dicho.

- Gracias. – Dije sonriendo.

Durante la clase no estuve atenta ya que mi atención estaba en la puerta, esperando el momento preciso que él la cruzara con esa típica sonrisa y me felicitara, pero no llegó, estabamos en la clase de historia y la maestra hablaba.

- En el siglo 20 la pintora famosa Lyan publicó su primera pintura delante de los medio en un dia como hoy 16 de septiembre, que por cierto tambien es el cumpleaños de ________(tn). ¡Felicitaciones, cariño! – Sonrió y yo la miré sorprendida. ¿Cómo sabia cuál era mi fecha de nacimiento? Varios chicos me miraron sonrientes y yo hice lo mismo.

- Gracias, maestra. – Después de eso todo el mundo se enteró que era mi cumpleaños y varios chicos y chicas me felicitaron. ¿Desde cuándo me volví tan sociable y tan agradable con las personas? Se lo debo a mi maestro.

Por cierto, pasó toda la mañana y ni rastro de Justin. Era como si se lo hubiera tragado la tierra, y ahí estaba yo en mi casillero un poco desilucionada.

- Hola. – Dijo Ryan sonriente.

- Hola. – Saludé.

- ¿Cómo la has pasado hoy? – Preguntó mientras me daba un abrazo.

Ryan era muy dulce, un chico fantástico. Me recordaba a mi hermano Pablo. Y estoy segura de que si no estuviera enamorada de Justin, me gustaría estarlo de él.

- Bien. – Dije no muy convencida, separandome para mirarlo.

- ¿Qué te parece si te invito a almorzar?

- Claro, me encantaría.

- Entonces vamos. – Dijo dandome su brazo para que me agarrara de el, reí. – Eso si, te aviso que no puedo demorarme mas de 2 horas porque debo ir a la empresa de Jeremy y mi papá.

- Claro, es suficiente para que nos divertamos un poco. – Fuimos a Mc Donald's, como la vez pasada seguimos hablando de muchas cosas. Nos contabamos experiencias de nuetras vidas, o vergüenzas de la niñez. Ya ne dolía el estómago de tanto reirme.

Ryan me habia comprado un paquencito con una velita para que la apagara, reí. Eso me habia parecido muy tierno.

Cunado eran como las tres de la tarde dijo que debía irse, y como había traido su moto ofreció llevarme a casa.

Aún era muy temprano para volver así que le pregunté si no le molestaba darme un aventón hasta el centro comercial. Quería dar una vuelta y comprarme algunas cosas.  Nos despedimos al llegar y yo entré al establecimiento.

 El resto de la tarde di vueltas en el centro comercial, entré en algunas tiendas y me compré algunas cosas por mi cumpleaños. Compré un helado y seguí caminando mirando las vitrinas con ropa, en una de esas alguien me tocó el hombro y volteé.

- Chris. – Chillé de emoción y me avalancé sobre el pobre Christian.

- Hola ________(tn). - Dijo riendo. – Se nota que me has extrañado.

- Claro que si. ¿Pero qué haces aquí?

- Vine con algunos amigos y a comprar esto. – Me dió una pequeña cajita con un moño.

- ¿Qué es?

- Es para ti. Feliz cumpleaños. - Sonreí y abrí la cajita, en ella había un collar de oro con mi nobre escrito. - Pensaba llevartelo a tu departamento pero te encontre aquí. – Chris era la cosa más dulce, con tan solo 16 años y era todo principe azul.

- Gracias.  – Volví a abrazarlo.

- De nada, ah y mamá y papá te quieren llamar pero les da un poco de vergüenza despues de lo que pasó. Bueno ya que casi nadie le habla Caitlin por tratarte así.

- ¿Cómo que nadie le habla?

- Si, pero es larga historia, me tengo que ir o sino me dejan, adiós. – Me abrazó y luego se fue.

Quedé pensando en lo último que había dicho. Estuve en el centro comercial como hasta las 07:00pm, luego tomé un taxi y fui a casa. Cundo entré tire todo al sofá, me quité los zapatos, y me senté, estaba triste.
Justin no había aparecido en todo el día.

 Miré por la ventana y empezó a llover, gracias a Dios llegué antes de que se largara la tormenta. Tomé el telefono y pedí una pizza. Después me puse a ver los mensajes que habian dejado en la contestadora, eran muchos, de mi familia, primos, abuelos, tíos, viejos amigos, Chaz.
Pattie y Jeremy tambien, eran tan dulces, y en eso se fue la luz.

- Mierda. – Susurré levantandome para buscar velas. Tropesé y me pegué en el pie, no veía nada.

Tocaron la puerta, con dificultad fui a abrirla, debía ser la pizza. Al abrirla me quedé inmóvil ante la imagen delante de mis ojos. Era él, todo mojadito con un pequeño pastel en sus manos que tenia velas encendias y alumbraban todo el pasillo, lo miré y llevaba una sonrisa, con esa que me enloquece, se veía un poco pálido.

- Pasa. – Le dije sonriendo, y así lo hizo, luego puso el pastel en la mesa de centro de la sala y volteó a mirarme.

- Feliz cumpleaños. – Me tiré a abrazarlo con lágrimas en mis ojos, lo había esperado todo el día.

- Gracias. – Susurré, el cogió mi metón y me obligó a mirarlo.

- ¿Por qué lloras?

- Pensé que lo habias olvidado. – Justin sonrió y limpió mis lagrimas.

- Claro que no, nunca lo haría, solo que se me presantaron algunos problemas. – Lo acaricié, y me di cuenta que estaba caliente y respiraba con dificultad.

- ¿Estas enfermo? – Pregunté preocupada.

- Por eso no me habias visto. – Rió.

- Estas mojado, quitatela te traeré ropa seca. – A pesar de la luz tenue que nos rodeaba pude identificar un tono juguetón en su mirada.

- ¿En serio quieres que me quite la ropa? – Me sonrojé.

- Si. – Dije apartandome de él. Fui por toallas y una camisa, lo obligué ponersela y lo sequé. - No debiste...

- Claro que si, por ti si. – Dijo mirandome. Una vez ya sentados en el sofa, sin luz y con el pastel en el medio nos mirabamos a los ojos.

- Pide un deseo. – Susurró.

Cerré mis ojos y apagué las velas. Luego abri mis ojos y la luz de la luna entraba por la ventana, podia ver su sonrisa, se acercó a mi y me besó, era lento y dulce, como si quisiera demostrarme sus sentimientos.

Nunca me cansaría de esto.

Nos tuvimos que separar por falta de aire, pero seguíamos abrazados.

- ¿Qué pediste? – Preguntó cerca de mis labios.

- No importa. – Susurré. – Mi deseo ya se cumplió. - Sonrió y me acerqué a besarlo de nuevo.

Fall - Justin Bieber y Tu. [En edición]Where stories live. Discover now