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—Buenos días. —escuché la voz enérgica de Cam y gruñí adormilada.- Aaron viene a pasar el día. Para que luego digas que no te aviso. —noté que daba saltos y palmadas y me pregunté internamente si tendría pilas por algún lado y estaría enchufado a la corriente, porque, ¿quién narices tiene tanta energía por la mañana?

—Déjame dormir. —gruñí mientras le tiraba una almohada. Ni me molesté en abrir los ojos, sabía que había fallado.

Escuché que cerraba la puerta y me dispuse a seguir durmiendo, pero ya no fui capaz. Me levanté y miré la hora en mi móvil. Las doce de la mañana. Tenía una llamada perdida de Cody de las diez de la mañana, así que decidí llamarle.

—¿Muchas marcha ayer? —preguntó nada más descolgar.

—Sólo una noche con los amigos. —me encogí de hombros como si pudiese verme.— ¿Cómo vais con el piso?

—Ya hemos acabado de acomodar todo. Estoy de guardia en estos momentos. No te lo vas a creer. —su entusiasmo no pasó desapercibido y supe lo que venía ahora.— Ayer llegó un chico con quemaduras de tercer grado y tuvimos que...

—No quiero saberlo. —le corté cerrando los ojos y escuché que se reía al otro lado de la línea.— ¿Cuándo entenderéis lo desagradable que me resulta escuchas esas cosas?

—Está bien, llamaré a Zoe para hablar de estas cosas. —ambos nos reímos y recordé que debería llamarla.— ¿Sabes? Tengo moto nueva. —casi pude ver como sonreía.

Cody es amante incondicional de los coches y las motos. Y también de ir a mucha velocidad. Con el tiempo me acostumbré a ir con él en el coche a 160km por hora. No es de esos chicos que hacen carreras clandestinas y tienen coches increíblemente buenos, tampoco de los que saben el nombre de cada tipo de tornillo del motor, pero le encantaba conducir y poder pisarle.

—Y ahora me dirás que es para ir al hospital.

—Por supuesto. La otra se quedó vieja. Se le jodió el motor. Por lo que me costaba arreglarlo, me compensaba comprar una nueva.

—Eres un caso perdido. —bromeé mientras bajaba las escaleras para entrar en el baño. Preparé las cosas para la ducha sin escuchar lo que mi hermano me decía. Algo sobre piezas de motores, creo. Al parecer lo que se había estropeado era muy característico de cada vehículo y realmente le compensaba comprar otra. Me habló sobre sus amigos y las normas que estaban poniendo en el piso y no pude evitar reír. Los cuatro amigos viviendo en el mismo piso iba a ser una locura.- Me voy a duchar, me alegra que estés contento.

—Está bien, hablamos pronto. —se despidió y colgó. Busqué la lista de música que tenía hecha para la ducha y empezó a sonar All I Want de Kodaline.

Me tomé mi tiempo, duchándome en agua prácticamente fría. Cuando hace tanto calor es imposible ducharse con agua caliente, aunque quieras.

—But if you love me, why you leave me? —canté el estribillo en voz baja, por mucho que intenté no hacerlo.

Salí de la ducha envolviéndome en una toalla blanca. Lavé mi cara con un gel especial y eché crema.

Creo que es el único hábito que tengo, ya que casi nunca me maquillo y no tengo que quitarmelo luego.

Paré la canción que estaba sonando en ese momento y me puse a pensar en la primera. Reflexioné sobre lo que la canción significaba. ¿Por qué dejar a alguien que amas? Nunca he sentido nada parecido al amor por nadie. Un par de cuelgues, pero nunca mariposas en el estómago, o elefantes. Nunca he sentido ningún tipo de animal en mi estómago por amor.

A veces me agobio al pensar que tengo 18 años y que nunca he tenido un novio serio. Cam se encargó de espantar al único que hubo, cuando yo tenía dieciséis años.

Fame » Old Magcon BoysWhere stories live. Discover now