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Creo que ahora mismo soy la viva imagen de un universitario en verano.

Camiseta por las rodillas, calcetines gorditos -aunque haga un calor del demonio, los adoro-, moño mal hecho, gafas enormes de pasta negra y un querido sofá que me acompaña en mi tarde de series.

No sé qué narices está haciendo Cam. De hecho no estoy segura de si está en casa, pero ahora mismo casi que me alegro. Si estuviese aquí se estaría comiendo todas mis palomitas.

Suena el timbre y miro la puerta con rencor, como si fuese su culpa que me tenga que levantar. Vuelve a sonar y me levanto enfurruñada. Arrastro los pies hasta la puerta y la abro. Al otro lado me encuentro con Matt y Kate.

No, perdón. Matt y Kate totalmente arreglados como si fuesen a salir de fiesta.

—¿Qué haces así? —pregunta Kate con cara de horror.

—Pues... esto... —me giro y veo el sofá junto el bol de palomitas que me reclaman. Vuelvo a mirar a los rubios.— Estaba viendo series y tomando palomitas.

Se miran entre ellos y pasan.

Sí, claro. Adelante.

Bueno, seguramente habrán estado aquí más días que yo. No me extrañaría en absoluto.

—¿Cam no te ha avisado? —pregunta la rubia.

—¿Avisarme de qué? No me ha dicho nada, creo que está en el baño. —hago una pausa. Un momento... Matt y Kate arreglados, Cam en el baño y su sospechosa afirmación de que hoy no haríamos nada ni vendría nadie. Ese capullo.— ¡DALLAS! —grito a todo pulmón, y a los cinco segundos aparece en lo alto de las escaleras con un vaquero y sin camisa.— ¿Cuándo pensabas decirme que íbamos a una fiesta? —medio grito enfadada.

—Cuando no te diese tiempo de decir que no.

—Ahora tampoco me da tiempo de arreglarme, chico listo. —le fulmino con la mirada.— Me quedo comiendo mis palomitas, gracias. —me giro hacia el sofá y descubro que Matt está sentado comiendo las palomitas y mirándonos.

—¿Qué? La discusión estaba interesante. Por mí no paréis. —dice y se lleva otro puñado de comida a la boca.

Miro a Cam, que me mira haciendo pucheros. Por favor, esa mirada la inventé yo.

—No, Alexander. Encerronas no. —me cruzo de brazos y baja las escaleras de dos en dos.

—Por favor.

—No.

—Por favor. —se pone de rodillas.

—No. —niego con la cabeza.

—Friego el baño las próximas cuatro veces. —pone mirada de cachorrito. Le fulmino con la mirada. Eso es una oferta muy tentadora, pero tengo que aprovecharme de la situación.

—Cinco. —eso es casi lo que queda de verano.

—Hecho. —dice al instante y me abraza.— Corre, ve a arreglarte.

Miro a Kate suplicante y ella asiente. Subimos al piso de arriba y entramos a mi habitación. Abro la puerta del armario donde están los vestidos, faldas y demás.

—Necesito que escojas algo que me vaya bien. Voy a ducharme corriendo. —salgo corriendo al baño de abajo.

Antes de entrar veo a Matt viendo Big Bang por donde lo había dejado.

Entro en el baño y me ducho lo más rápido que puedo. Al salir me cepillo el pelo y me hecho una crema para que se me formen ondas en las puntas. Me pongo la ropa interior que llevé y vuelvo a salir enrrollada en la toalla.

Fame » Old Magcon BoysWhere stories live. Discover now