Una Dosis Peligrosa [1&2]

36.

KEIDEN

Estoy nervioso, muy nervioso, nerviosísimo. No sé cómo Sam se tomará el verme después de tanto tiempo, después de ignorar sus llamadas y mensajes, espero que entienda mi explicación, ni siquiera estoy seguro de que le voy a decir, ni como reaccionaré, como ella lo hará ¡Estoy sudando!

Me subo a mi auto, todos los caminos conducen al mismo lugar ¡Mi Sammy! Tengo el presentimiento de cuando la tenga de frente seré como gelatina, me golpeará y llorará, no espero lo contrario.

Siento que el camino se me hace largo, no esta tan lejos y siento que está en la otra punta del país, estoy ansioso, quiero ver su cara, su reacción al verme, ver el hermoso vestido que tiene que estar llevando ahora mismo de pensar solo en lo hermosa que se tiene que estar viendo sonrío como idiota.

Veo el gran edificio a pocos kilómetros de mí, ahora si estoy nervioso ¡Dios!

Me bajo y le entregó las llaves al sujeto de la entrada.

- Disfrute de la fiesta joven - sonríe

- Gracias - respondo con amabilidad

Ahora el problema más grande ¿Entro o no entro? Claro que sí, mi Sam espera por mí. Subo las largas escaleras y ya me siento que esto no fue buena idea. Al entrar por las grandes puertas me pierdo un segundo, aquí hay demasiada gente.

Después de mirar por todos lados la localizo con su hermoso vestido, hermosa como siempre, la veo sonreír y eso me encanta, que sonría, de pronto algo me trae a la realidad ¿Mike? Esto no puede estar pasando, mi amigo está aquí, pero con Sam, recuerdo cuando traía sentimientos por ella que no disimulaba nada. Ojalá nunca hubiera vuelto.

Con mi trago en mano observo desde una esquina del salón todas sus jugadas ¡Tsss cabrón! ¡Es mi chica! ¿Dónde está Kilian en este momento? Bufé, esto va a terminar matándome.

Veo como le susurra al oído y ella sonríe ¡Me está matando!

Los veo alejarse por el pasillo ¡Eso sí que no! Suelto mi trago y sigo tras de ellos.