CAPÍTULO 29

5.2K 603 46
                                    


Los días comenzaron a transcurrir sin inconvenientes, ¿cuándo fue la última vez que me sentí tan feliz? Desde que por fin me di cuenta de mis sentimientos por Jimin, he conseguido sentirme más en confianza con él, aunque sigue siendo raro sentirme así. No quiero incomodar a Jimin, pero no puedo alejarme de él, no quiero separarme de él, ni que él me aleje.

Tengo miedo de eso, miedo de que si se entera de lo que estoy sintiendo por él me aleje, se vaya y nuevamente quede solo, ¿por qué tuviste que enseñarme lo que era estar con alguien? ¿por qué me hiciste experimentar lo que es que alguien se preocupe por ti?

– ¿Jungkook? - La voz de Jimin me trajo a la realidad, refregué mis ojos un tanto somnoliento, un pequeño bostezo se me escapó de mis labios. Miré la hora y nuevamente Jimin seguía llegando tarde.

– ¿Te dije que dejaras de esperarme? - Bajé mi mirada al escuchar aquello, mordí mi labio de manera nerviosa intentando ignorar aquella punzada en mi pecho. Me encogí al sentir una mano en mi mentón levantando mi rostro.

– Es muy tarde, estás cansado. No quiero que te esfuerces en esperarme si estás por caerte dormido en cualquier momento. – Murmuró atrapándome con su mirada, mi corazón comenzó a latir como loco al escuchar su voz, se oía tan gentil y preocupado. Sonreí levemente mientras levantaba mi mano para luego dirigirla a su mejilla.

– Queria verte, no me gusta comer solo...- El cuerpo de Jimin se puso rígido por un momento, pero fue tranquilizándose al sentir mis caricias en su mejilla.

– Tú ganas. Comamos rápido para que vamos a dormir, ambos estamos cansados. -

Desde hace días me di cuenta de que Jimin se siente incómodo con mis caricias, pero aún así nunca me aleja. Cada vez que me acerco a él, cuando lo abrazo, hasta cuando yo mismo era quien comenzaba nuestros besos su cuerpo se ponía tenso como si temiera que yo me acercara a él, pero cada vez que acaricio su rostro todo rastro de nervios e incomodidad se iban a un lugar muy lejano, cosa que me dejaba inmensamente feliz, puedo ponerle nervioso y ser yo mismo quien calme esos nervios...

– ¿C-cómo te fue? - Mi voz sonaba nerviosa, no sabía muy bien donde se dirigía Jimin cada vez que salía, pero por la sonrisa que traía en su rostro cada vez que volvía tiene que ser algo muy bueno. Mis dientes comenzaron a torturar mi labio inferior, me ponía nervioso no saber qué era lo que hacía Jimin, ¿y si encontró a otra persona? aquel pensamiento atormentaba mi mente...

– Vamos a dormir. - Levanté mi mirada al escuchar aquello, miré su plato y casi no había probado nada ¿no le gustó? Me levanté y sin esperarle me dirigí a la habitación.

Me recosté en la cama bien apegado a la orilla para no acercarme a él, cerré fuertemente mis ojos. Sentí cuando la puerta se abría, Jimin comenzó a cambiarse entonces, la cama se hundió dándome a entender que ya se había recostado.

– M-mañana no te esperaré...- Murmuré sintiendo mi voz temblar, un nudo se formó en mi garganta sin que pudiese evitarlo. Ambos nos quedamos en silencio, esperé a que Jimin se durmiera y así poder levantarme.

Me dirigí al baño sin hacer algún tipo de ruido, lavé mi rostro con abundante agua helada tratando de calmar mi corazón ¿por qué tengo que sentirme así?

Cuando ya me sentía más tranquilo salí del baño. Me recosté sin hacer ruido, un pequeño quejido salió de mis labios al sentir como unos brazos me arrastraban hacia un cálido pecho, aprovechando aquello envolví de inmediato mis brazos en su cintura escondiendo mi rostro en su cuello.

– Quiero que me esperes...- Escuchar aquello fue todo lo que necesite para que mi corazón volviera a latir, para que todas mis inseguridades se fuesen muy lejos...

PLEASE SAVE ME TONIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora