9- Quien Juega con Fuego...

Comenzar desde el principio
                                    


-"Perfecto entonces. Adiós, ¡bebe mucha agua!"- dijo gritando, aunque riendo.


-"¡OUCH! Ya te llamaré, Harry, adiós."- se despidió riendo y colgó.


Harry buscó el cargador del móvil y lo enchufó. La semana se le iba a hacer eterna y se le haría aún más eterna cuando Michael le confirmase la fecha en la que volverían a quedar todos. Menos mal que no tenía el número de Malfoy porque no sería capaz de aguantar la tentación de llamarle para verle. Porque quería verle. Para seguir poniéndose al día y para disculparse de todas las estupideces de las que aún no se había disculpado, pero sobretodo para hablar de lo que pasó al final de la noche. Porque fue muy raro, sí, pero no le molestó en absoluto. Bueno, le molestó que el cabrón se durmiera justo cuando pensaba que iba a besarle.


-"Idiota..."- murmuró para sí mismo. -"¡IDIOTA!"


¿Cómo iba a besarle Draco Mlafoy? Por muy borracho que estuviera, habría encontrado la manera de reaccionar y apartarse del moreno. Y si hubiesen acabado besándose, seguro que el rubio luego le habría echado la culpa al estado de embriaguez en el que se encontraba. Harry podría poner también esa excusa, pero siendo justo consigo mismo, no lo haría. Porque realmente se encontró a gusto, en paz, cuando el rubio le abrazó tan de manera tan íntima. Y no le habría importado besarle, es más, esa noche estaba deseando hacerlo.

Tuvo que sentarse un momento ante esa revelación. No era muy normal querer besar a alguien a quien odiaste por años. Sí, quería besarle ayer y no, no era por el alcohol, porque si pudiera, le besaría ahora.

Le llevó unas cuantas horas aceptar cómo se sentía en realidad por Draco Malfoy. Le gustaba, seguramente era más que eso.  Y por lo visto, a Malfoy podía gustarle él. Tampoco es que se estuviera haciendo ilusiones, para eso mejor esperar al siguiente encuentro, en el que esperaba poder tratar el tema de la escena romántica en la puerta del bar. Una vez que supiera con seguridad cómo se sentía el rubio por él, decidiría qué hacer a continuación. Aunque ya lo tenía decidido: quería besar a Draco Malfoy hasta dejarle sin aire en los pulmones. Y si después de eso el corazón aún se le paraba cuando pensaba en él, entonces admitiría que a lo mejor estaba enamorado de él.

A lo mejor.


__________________________


-"Déjame pasar, hace frío"


-"Buenos días, sí, estábamos despiertos un domingo a las nueve de la mañana, pasa, no hace falta que avises de que vas a dejarte caer por aquí."- Ron sujetaba la puerta en pijama con los párpados pegados y el pelo alborotado. Se apartó para que entrase su amigo, que se había presentado allí sin más y no dejó de tocar el timbre hasta que el pelirrojo tuvo que resignarse a salir de la cama y abrirle.


-"Harry, ¿ha pasado algo?"- dijo preocupada Hermione, algo más despierta que su marido pero con el pelo muchísimo más desordenado.


-"No, no, todo está bien. O sea, sí ha pasado algo, pero estoy bien. Bueno, estoy un poco nervioso, pero no hay heridos ni nada, mira, no sangro."- Harry hablaba deprisa y andaba aún más deprisa por el salón de sus amigos, enseñándole la cara a Hermione para que comprobara que no tenía ni un rasguño.


-"Pues si no hay nadie herido, ¿por qué nos despiertas un domingo a las nueve, por Merlín?"- Ron se quejaba con voz de niño pequeño.

Nuestra(s) Nueva(s) Vida(s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora