Martes

1.3K 85 1
                                    

Definitivamente la profesora de informática me tenía manía. Ya no podría verla hoy por su culpa. ¡Media hora echándome la bronca porque sí! Claro y dirán, seguro está exagerando. Pues no, ojalá fuera eso. 10 Minutos para que acabara la clase, yo tenía prácticamente acabada la tarea, solo me faltaba enviárselo, ¿y adivinen qué pasó?, exacto, el ordenador se apagó. Se lo intenté explicar, pero cómo siempre, me ignoró. Cuando sonó la alarma, vino gritando hacia mí, yo le expliqué calmado que había pasado, pero se puso a gritar cómo una loca, al final me enfadé y me fui a buscar al director. Se lo expliqué todo y él sí me creyó, me dejó ir y se quedó regañando a la profesora.
Para colmo por mucho que corrí, la guagua se fue sin mí. De verdad que hoy no era mi día.
Cuál fue mi sorpresa, al girarme y verte ahí, sentada. Levantaste la mirada del libro y me sonreíste.
Me señalaste tu lado con la cabeza, indicándome que me sentara allí.
Tú no lo sabías, pero con ese simple gesto, me alegraste el día y me dejaste una sonrisa para todo el día, que no se borro ni dormido.

La chica del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora