Día 4

1.6K 86 1
                                    

Llegaba tarde, ya no era la hora, había perdido el autobús. Pero ya había perdido la esperanza de verla otra vez. Cuarto día, cuatro días llorando por ti...
Me subí a la guagua 120. Y qué grata sorpresa la mía, ahí estabas, leyendo tranquilamente, ajena a mi dolor.
Me senté en mi sitio habitual, pero ella no estaba sentada en el suyo. Estaba enfrente mío.
Juraría que se me caía la baba...
Pero estaba feliz, ahí estaba ella otra vez.

La chica del autobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora