#Ariolo •capítulo bonus•

2K 131 27
                                    

—Me vas a agradecer, luego, algún día dentro de algunos años —comenta Apolo jalándome de la muñeca a lo que pueda ser mi final—, o tal vez, dentro de algunos milenios.

—Te voy a castrar, luego, algún día dentro de algunos años —digo forcejeando—, luego de tener nuestros hijos, claro.

Apolo se detiene en seco y se voltea a mirarme.

—¿Nuestros hijos? —pregunta picaresco.

¡Qué Hades acabó de decir!

—Obviamente te... Te tengo que... Que... Castrar —tartamudeo un poco—. Solucionaría la vida de muchas mujeres.

Apolo solo sonríe. Y lo miro embobada... ¡Aria compórtate!

—Gracias —dice al final.

—¿Por qué? —le preguntó todavía medio embobada.

—Por hacerme el dios más feliz del Olimpo.

Siento mi cara ponerse roja y muy caliente.

—Sabes que que igual te te voy a cas-castra —trato de decir pero me calla con un beso. Siento su sonrisa en mis labios.

—No, no lo vas a hacer —responde sin separarse de mí.

Bien, antes de que me pierda en sus labios de sabor a chocolate de vainilla... Voy a hacer en recuento de lo que pasó después de que el tarado del chico que me está besando interrumpiera la ceremonia hasta hoy, pues creo que se quedaron como, pero si odiabas a muerte a Apolo y hoy lo estás besando. Bueno pasé una noche con él, quiero decir que sólo pasó una noche. Sí admito que dormí con él, aclaro que no pasó nada, pero la sensación de nuestros cuerpos juntos, en sincronía y perfecta armonía, y nuestros ritmos encajando a la perfección, me hizo perdonarlo de corazón. No me sentía tan viva desde que... Bueno para qué recodarlo. Pero aclaro, no tuvimos sexo anoche, solo dormí junto a él. Claro que a Artemisa no le gustó nada que estemos los dos en una sola carpa de su campamento, pero prefirió eso a que estemos separados y que su hermano aprovechará para ligar/molestar o incomodar a alguna de sus cazadoras.

Alguien carraspea y me saca de mi ensimismamiento.

Me encuentro atrapada entre el cuerpo de Apolo, quien por cierto me sigue besando, y la columna. ¿Duro contra la columna?

Empujo levemente a Apolo, pero no logro apartarlo, y me sigue besando.

¿Los dioses no respiramos?

Mi mente ordena a mi boca para de besarlo automáticamente, pero nuestros labios siguen su propio y único ritmo.

—Seré Eros, pero no me acuerdo de haberlos flechado para que sus ligues parezcan de películas porno.

¡Hades!

Esta vez si lo empujo más fuerte.

—¿Ah? —dice rascándose la nuca medio atontado.

—Aria, está bien que te maquilles para tu re-presentación, pero me parece que te has echado mucho rubor —dice burlón haciendo gesto con la mano.

Le dirijo una mirada asesina.

—Creo que tenemos que irnos —sugiere Apolo.

Eros y yo lo miramos con cara de "no me digas".

Suspiro.

—Sí, sí, vayan rápido —comenta Eros negando con la cabeza por la sugerencia de Apolo—. Zeus está impaciente y Artemisa no quiere decir para qué los ha citado.

Abrazo rápidamente a Eros y corro hacia el salón donde me espera mi final–comienzo.

Me detengo a una cierta distancia al notar que Apolo no venía detrás mío. Volteo y lo encuentro todavía conversando con Eros, me enfado un poco. Pero me percato que Eros le entrega algo, él lo mira y rápidamente lo mete a su bolsillo, su cara se torna roja, me mira, le dice algo rápido a Eros que no logró escuchar y viene corriendo hacia mí.

—¿Qué te dio Eros? —pregunto curiosa, alargo mi mano hacia su bolsillo pero me detiene.

—No es nada —responde un poco nervioso. Su cara se vuelve a tornar roja—. Pero me dijo que vayamos rato, si quieres conseguir a Zeus de un mejor humor que de sus días normales.

Asiento. Sin miedo tomo su mano, encajando perfectamente con la mía, y corremos juntos.

Al menos me siento más segura sabiendo que lo tengo a mi lado para apoyarme.

Lo malo, voy a encontrarme con mi padre y mi madre Hera.

Una lágrima sale de improviso.

Apolo me detiene y me abraza.

Está por besarme pero lo interrumpo— Tenemos que llegar primero allí, y si sobrevivo... —exagero—. Te aceptaré otro beso.

Él ríe—. Por eso te amo.

Y esta vez es él quien toma mi mano y me jala con dirección a la sala de tronos.

Una nueva diosa en el OlimpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora