Four (part I)

1.2K 125 8
                                    

Pit pat tat

La vacía calle era acompañada por una fuerte lluvia. Un fuerte aguacero se fusionaba con las estrechas aceras provocando cascadas. Bajo el cielo nublado estaba sentado en el cemento húmedo un joven muchacho empapado hasta los huesos. La brisa de octubre era fría y el niño nada más estaba vestido con una camisa blanca mojada que se aferraba a su delgado cuerpo, a través de ella se lograban ver muchas noches de hambre soportadas.

Pero eso era algo que a KyungSoo ni siquiera le podía molestar. Era insensible al aullido del viento y las pesadas gotas. No sentía el bajar de la temperatura que le calaba a través de la piel para llegar a los huesos. ¿Cómo podía sentirlo si él ya estaba muerto por dentro?

Acerco sus piernas más cerca de su pecho y enterró su cara en el nido que hizo con sus brazos encima de sus rodillas.

Ellos le habían dicho que su tobillo estaba totalmente recuperado. Le dijeron que no tendría ningún problema para caminar o correr. Dijeron que ahora estaba bien. Pero, ¿Por qué le dijeron que no lo podía hacer más?. Que no podía estar en un escenario mostrando todos los conocimientos que había afinado y perfeccionado durante toda su vida. Él había practicado hasta que los huesos de sus pies se rompieron y se fundieron a las ganas de un bailarín luchando consigo mismo por la constante tentación de comer más de las escasas 300 calorías que se le permitían al día.

Por su oficio, apenas y le había dado un vistazo al mundo.

Y ahora todo había terminado.

KyungSoo no lloro, los muertos no sienten.

KyungSoo estaba muerto.

Ahora ha estado sentado por un poco más de dos horas bajo las lágrimas del cielo, pero para el niño parece que el tiempo se ha detenido.

Él no se dio cuenta de los numero de personas que pasaron a su lado, seguía ahogado en su cuna de dolor. Entonces sintió un par de zapatos enfrente suyo. Lentamente alzó la vista.

De pie delante de él había un hombre sin expresiones y emociones mirándolo hacia abajo. KyungSoo de inmediato tomo nota de la mezcla de colores poco común que tenía su cabello. Trago duro inconscientemente. No iba a mentir, aquel hombre parecía intimidante. Aquel no le iba a dar una paliza o algo por el estilo, ¿cierto?

KyungSoo se sorprendió cuando el hombre le arrojó a un lugar seco una sudadera con gorro.

-Vete a casa-, dijo el desconocido monótonamente en japonés con un cigarrillo colgando de la comisura de su boca mientras hablaba. Sus ojos eran penetrantes mientras miraban al niño.

¿Casa?, KyungSoo reprimió una sonrisa amarga. Tokio, la cuidad que nunca duerme, donde los sueños fácilmente van, vienen y hay un hogar. Siendo realista, aquel instituto o agencia de rendimiento no era su hogar, tal vez fue en el momento que lo arrojaron fuera, cuando sus administradores se enteraron de su condición. Incluso ahora las calles no aceptarían su presencia.

Luchaba contra aquel nudo dentro de su garganta, KyungSoo se levantó por sí mismo del mojado suelo. Su cuerpo se sentía pesado, hasta la última gota de agua estaba acomulada en las microfibras de su ropa pesada; pero su espíritu pesaba una tolenada de ladrillos que le oprimía hacia abajo sus estrechos hombros.

SeHun observo al niño de pie frente a él con el rostro apagado, pero eso no le impidió que mirara hacia ese pelo húmedo castaño que acariciaba esos finos y delicados rasgos, y a esos pozos de amargura que reflejaban una pasión extinguida. Observo como aquella camisa se aferraba al cuerpo del niño, la cual aún era enorme sobre ese delgado cuerpo.

JUST A HOBBY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora