Three (part I)

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Kai le dio una larga calada a su cigarrillo y lanzó el humo al aire de la medianoche. Desde hace cuatro semanas había estado espiando al chico de cabello rojo. Se apoyó en el capo de su coche y dirigió su cabeza al apartamento del cuarto piso.

El jefe de los Deadly Ones se sorprendió cuando descubrió que el bailarín vivía en uno de los distritos más ricos de Gangnam. Tenía la idea de que D.O estaba con un hombre rico, pero a la semana del acecho nocturno el niño no tuvo ninguna visita. Por los hombres que puso a vigilarlo también supo, que el chico no había salido ninguna sola vez de su apartamento. Kai sintió una especie de satisfacción al saber que el niño no había visto a nadie.

A veces podía echar un vistazo a esa hermosa cara, pero al parecer no esta noche. A diferencia de las ultimas seis noches, la casa del niño estaba a oscuras.

Las facciones de Kai se ensombrecieron y tiro la colilla del cigarrillo al cemento antes de entrar a su carro. Él sabía que el chico había salido desde las cuatro, ¿Dónde carajos pudo haber ido? Apretó la mandíbula mientras marcaba un número.

-¿Dónde está?-, apretó los dientes, sus ojos se volvieron negros por la respuesta de la otra línea. -Tráemelo.

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D.O no había salido de su casa desde la semana pasada.

D.O sabía que lo estaba buscando. También sabía que sus hombres estaban en ese momento en Corea. Inconscientemente su mano fue a su espalda para tocar la inicial del entintado. Tomo un trago de tequila. Le quemo pero momentáneamente lo hizo olvidar.

Bailar en el escenario solía ser su salida... Lo era hasta que un idiota lo alejó de el. Lo más parecido a eso era el sexo duro, todo tipo de sexo que le dejara marcas que quemaran su cuerpo.

D.O miro a todas las caras del club hasta que se topó con un par de ojos felinos que miraban hacia atrás con la misma intención. El bailarín le regalo una seductora sonrisa y observo al otro hombre caminar como una polilla en llamas.

-¿Qué hace solo un niño bonito como tú en un lugar como este?-, preguntó el desconocido con un brillo inconfundible en los ojos. D.O una vez más le sonrió y fue sorprendido con una caricia de el hombre.

-Toda la noche he estado esperando porque un hombre como tu me de una buena cogida-, sin rodeos respondió D.O antes de llevar al hombre a un beso de lengua y dientes.

El hombre sonrió mientras que en el beso mordisqueaba el labio superior de D.O entre los suyos. Estaba empujado su lengua en aquella caverna húmeda cuando un fuerte golpe en el hombro lo tiro hasta el suelo, chocando su cuerpo con un par de mesas en el camino.

-El jefe quiere verte-, declaró el atacante, su estatura era un muro entre D.O y el hombre al que su jefe no tardaría en mandar a decapitar.

D.O se congeló. ¿Jefe? ¿Ahora pedía que lo llamaran así? Se estremeció al recordar la expresión de aburrimiento que solía usar siempre. Aquella manera de convertir sus ojos en medias lunas y fruncir al revés ese permanente ceño. La tinta en su espalda le quemo la piel.

No estaba listo para verlo.

-Yo no puedo-, D.O tartamudeo mientras daba un paso atrás.

-Me temo que esa no es una opción-, el hombre alto respondió antes de que una oscilación dirigida a su hombro y cuello noquearan al chico.

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Cuando la conciencia volvió a D.O le dolía todo el cuerpo. Levantó su cuerpo de aquel frío suelo e inmediatamente el sonido metálico de distintas cadenas llamaron su atención. Levantó una mano hacia arriba y sintió los pesados grilletes instalados en sus muñecas y piernas.

Enjaulado dentro de cuatro paredes blancas, una tristeza adorno sus labios mientras miraba al rededor de la habitación vacía con solo un solitario sofá. Otra vez lo habían hecho prisionero. Esto era exactamente algo que él iba a hacer.

El pulso de D.O aceleró cuando sus oídos atraparon el sonido de unos pasos. El contacto de los zapatos con el azulejo se estaban haciendo más y más fuertes al igual que su corazón. Observo el movimiento del pomo de la puerta conteniendo su respiración.

D.O no estaba preparado. En absoluto estaba preparado para volver a verlo. Así que cuando el visitante entro en la sala, D.O cerró los ojos dispuestos a no reconocer su presencia.

Oyó como se sentó en el sofá, podía visualizarlo observándolo en toda su divina gloria. Oyó otro movimiento, entonces sintió una suave mano levantar su barbilla.

-D.O-.

Los ojos del niño se abrieron al oír aquella extraña, pero familiar voz y, se encontró con un par de aburridos ojos. Pero no eran sus ojos. Sus tensos músculos se relajaron. D.O dejo escapar un tembloroso suspiro.

-Kai-, lo llamo después; más bien para asegurarse así mismo que era.

La mirada de Kai era suave antes de que aterrizara en los hinchados labios de D.O. Sus ojos se volvieron helados y sus dedos se clavaron en sus mandíbula. -¿Por qué no me dejas tenerte?-, escupió, -Pero dejas que otros te cojan como la puta que eres, ¿Qué eres?-, agregó.

D.O tembló bajo aquella ardiente mirada y le quemo como ácido aquel tono hostil. Kai estaba enojado, pero había algo más ahí que hacía que no dejarán que le pusieran un dedo encima. Si no lo supiera habría dicho que esos eran celos. Una risa amarga casi se le escapó. ¿Que habrá hecho para que el hombre se pusiera celoso? Ellos sólo follaron dos veces, D.O era una puta, solo eso.

Eso fue todo.

El Niño tomo una profunda respiración. -¿Así que solo vas a encerrarme aquí?-, susurró. Kai percibió el tono de voz roto.

-Si-, respondió. -No voy a dejar que nadie más te tenga-, declaró mientras se preparaba para los insultos que estaba seguro el bailarín le lanzaría.

-Bien-.

Estar aquí significaba que no sería encontrado. Era un negocio justo igual de extremo.

-¿Está bien?-, Kai pregunto, no estaba seguro si escucho correctamente, mantuvo la mirada en el niño mientras continuaba. -¿No tienes miedo? Te puedo matar aquí y nadie lo sabría.

-Admito que eres un poco loco-psicopata-asesino que secuestra a la gente-, D.O soltó mientras el fuego volvía a él. -Pero sé que no eres una mala persona.

El rostro de Kai se endureció y su actitud se volvió rígida. -Tu no sabes nada.

-Sin embargo, al menos conmigo, no me has herido-.

-Eso no quiere decir que no lo voy hacer-, Kai espero antes de sacar su pistola y colocarla la base en la garganta de D.O. Kai odiaba que cuestionaran su autoridad.

Durante los pocos minutos de silencio, ninguno de los dos dijo una sola palabra cuando la pistola besaba esa capa de piel pálida. Por último, Kai se levantó y se dirigió hacia la salida fuertemente custodiada.

-Voy a volver.

JUST A HOBBY (traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora