°•Tiempo Después•°
Pasó una semana y fue vivir en un calvario con esos sujetos, todas sus mentiras estaban más que al descubierto. Varios niños se marchaban del grupo, la falta de comida era vital y el agua escaseaba ocasionando la muerte de algunos, ya que el ser humano no puede vivir 3 días sin tomar agua.
Te encontrabas durmiendo y aún tenías la esperanza que Luciano o Flavio vinieran por ti.

-Seguramente estan preocupados al igual que mi superior...-te abrazaste a ti misma.
Se pudo escuchar el rechinar de la puerta y cerraste los ojos para hacerte a la dormida. En toda la habitación se pudo escuchar pasos de dos sujetos.
-¿Lo haremos hoy?-
-Claro, la jefa tiene planeado llevársela mañana, así que hay que estrenarla ¿no crees?-
-(t/n)~-Canturreaban tu nombre. Al ver que no respondias, estos tipos te sujetaron de brazos y pies.

-¡¿Qué quieren?!-exclamaste asustada.
-No llores pequeña, te vas a sentir muy bien después de esto-comentó de forma asquerosa, esa fue la última gota que derramó el vaso, esa fe en la humanidad se había perdido en un gran porcentaje.
Sólo se podía sentir manos comenzando a tocar tu cuerpo, los otros niños lloraban tratando de ignorar los gritos que salían de tus labios.

-¡Ayúdenme!¡Luciano!¡Flavio!-exclamaste por último antes de recordar al menor de los Vargas.
°"(T/n), nadie tiene derecho a tocarte, si pasa algo malo y no estoy ahí... debes luchar por tu seguridad, eres una capital y tus entrenamientos están dando mejores resultados de los que esperaba... protege lo que eres, bambina~"°

-Ahora quítale el vestido...-se escuchó por parte de ellos para comenzar su repugnante intención. Tus ojos (c/o) se tornaron con un leve espiral rojo a su alrededor. Luciano tenía razón, debías luchar por tu bienestar.
-Yo...-
-¿Por qué no lloras niña?-
-Yo no permitiré esto...-al bajar la mirada, viste que un cuchillo cerca del piso que ambos descuidados dejaron.-¡Quíten de encima sus repugnantes manos!-
-¡Maldita!-al intentar lastimarte dejaron una mano libre y tomaste con rapidez el cuchillo para cortar la mano de tu agresor.

-¡Agh!- una vez que te soltaron, hiciste lo mismo  con el otro sujeto atravesando el cuchillo en medio de su mano.
-Estúpida mocosa!¡¿No te cansarás de arruinarlo todo?!-exclamó.
-¿Cómo iba a cansarme de esto?...-sonreiste causado un escalofrío en ambos sujetos-Y si me disculpan, estos niños quedarán libres de sus repugnantes cadenas...-esa pared quedó más manchada de sangre que nunca.

Con rapidez sacaste a los niños de la casa ya que estaban en el sótano y no escuchaban los gritos por parte de los mayores en el segundo piso.
Una vez llegada a la ciudad, te separaste del grupo para que esos niños regresen a casa. Y lo mismo hiciste tú, reconociendo la casa de España. Al abrir la puerta, viste que Andrés y Flavio estaban dormidos en los sillones como si esperaran algo.

-(t/n)...-
-Luciano...-el italiano salió de la cocina y se notaba que no había dormido en varios días por las ojeras que traía. Sin dudarlo dos veces corrió hacia ti para abrazarte.-¡¿Dónde se supone que estabas?!-
Los gritos despertaron a toda la casa.
-¡Mi pequeña (t/n)!-exclamó Flavio, aunque al ver tu vestido con algunas manchas de sangre gritó un poco agudo.-¡¿Qué te pasó?!-

-Me secuestraron...-soltaste de golpe, tu expresión era neutra, ambos italianos escucharon atentamente la historia y al parecer Luciano reconoció el lugar a donde te llevaron.
-Quiero irme a casa...-miraste al menor de los italianos.
-Pero (t/n), no sería mejor que descanses?-te preguntó Romano, por unos segundos lo pensaste y ver esas caras agotadas de ambos italianos , aceptaste esperar hasta la mañana siguiente.

-Las chicas están...-
-No las veré... ellas deben descansar-dijiste al subir las escaleras.
Ambos italianos se quedaron preocupados ante esa actitud. ¿Dónde se fue esa niña dulce?¿Dónde está esa sonrisa que siempre les mostraba?

-Es un alivio que no le hayan hecho nada-comentó el español mientras le daba unas prendas a Flavio.
-En un momento subiré, debo quitar esos harapos de mi linda bambina-comentó el italiano.
-¿Luciano?...-
-En unos momentos subiré, debo salir de la casa, pero volveré pronto...-sonrió el pelicastaño.
-¿Acabarás con ellos verdad?-preguntó su hermano mirándolo de reojo.
-Es evidente ¿no crees?, no le hicieron nada, pero de todas formas pagarán por alejarnos de (t/n), descuida fratello, evitaré que sufran lo menos posible-hubo un silencio incómodo-Claro, ni yo me la creo... nos vemos~-

Italia no permitiría que toquen a su pequeña, el pelicastaño salió con una sonrisa en los labios en camino a la casa de tus captores...
Solo se puede decir que esa noche se escucharon varios gritos desgarradores por parte de hombres y mujeres, algunas casas que se encontraban a varios metros de la construcción aseguraban escuchar los gritos. Pero sólo  las paredes de esa casa presenciaron la masacre que se llevaron por poner la mano encima a la joya más preciada de Luciano.
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Dulces Barreras Del Tiempo  (2P! Inglaterra × 2P! Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora