Capítulo 17

711 93 17
                                    

El día de mi boda llegó con un viento suave y cálido y un cielo azul brillante, el sol brillaba en todo lo alto. Vi por la ventana en estado de shock, esperando que el tiempo reflejara mi estado de ánimo con un cielo gris y nubes de tormenta. Era finales de septiembre, y el buen tiempo, que todo el mundo había afirmado que era un buen augurio en los últimos días, estaba afuera.

—No es justo —dijo Donghwa mientras me veía vestir una túnica escarlata con un cordón trenzado dorado a lo largo de los bordes. Yo había decidido coserla yo mismo, aunque la novia había dicho que ella quería hacerlo. Llevaba un pantalón negro nuevo y hermosas botas nuevas de suave como mantequilla piel café y un nuevo cinturón de piel café con una hebilla de cobre.

— ¿Qué no es justo? ¿Mi nueva ropa? —Sabía que estaba quejándose por Mitzu, que veía con deseo a Donghwa y que había sido objeto de comentarios—. También tienes ropa nueva. ¿No es lo suficientemente buena?

—Sabes perfectamente bien lo que quiero decir. Mitzu me ama y yo a ella. —Cruzó los brazos sobre el pecho, frunciéndome el ceño.

—Habla con nuestro padre. Con mucho gusto me hago a un lado por ti.

— ¡No seas estúpido! —Una copa de peltre del vino que habían traído de la juerga de anoche yacía en el suelo junto a la cama. Donghwa la lanzó a través de la recámara, golpeando la pared de enfrente.

Enfurecido por su infantil comportamiento le grité: —

¡Dientes de Dios! ¿Crees que quiero hacer esto? No lo quiero. Me siento como si estuviera en un caballo fuera de control y corriendo hacia un acantilado. En cualquier momento voy a estar en el mar, avanzando con dificultad y ahogándome.

Tanto miedo e impotencia me tenía cansado, penosamente bajé las escaleras como si no hubiera dormido toda la noche, y en verdad había dormido muy poco. La casa entera estaba llena de gente y era abrumador, cada esquina de cada habitación llena de huéspedes que habían venido a la boda, y los sirvientes estaban más ocupados que nunca. Era muy temprano, y los catres usados por los siervos y mozos de la casa aun no se habían retirado. Durante varios días los cocineros y cocineras habían estado preparando dulces, y pasteles. Toda la noche la casa había olido delicioso por los pasteles salados y dulces que fueron horneados y numerosos venados que se asaron. Decenas de pollos estaban embalados en bandejas de asar listos para entrar en el enorme horno. Un cerdo había sido sacrificado el día anterior, y también asado en un asador exterior.

Caminé a través de la cocina, tomando un poco de pan y leche, que siempre me gustaba por las mañana. Nunca podría beber cerveza tan temprano como se hacía en la mayoría de los hogares. Las ayudantes de cocina me vieron e inclinaban la cabeza en una rápida reverencia. No las había visto desde la última Navidad cuando preparé en la mesa dulces de mazapán con formas de frutos pequeños y los teñí de colores brillantes para la fiesta. Con el pan y la leche en la mano, salí y encontré a mi madre en el jardín con el reloj de sol al lado del estanque. Le ofrecí mi copa y bebió un poco de leche.

—Todo el mundo me ve diferente, madre. ¿Es porque me casaré?

Mirándome de arriba abajo usando mis mejores galas, quitó una mota de polvo de mi túnica. —No, es porque caminas con los hombros hacia atrás, mirando a la gente en lugar de al suelo. He oído de Jeno sobre tu práctica con la espada con el mayordomo Park.

—Podría haberlo hecho mejor, pero la espada y la coraza no eran las mías, y no tuve ninguna advertencia de la práctica.

—Eso no importo. Impresionaste a tu padre —dijo.

— ¿En serio? —Realmente solo tenía curiosidad por saber. Hace un año, habría arriesgado mi vida para que mi padre me dijera una palabra de aprobación. Ahora casi no me importaba.

Knightly Love [EunHae]Where stories live. Discover now