Capítulo 12

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Para cuando volvemos a palacio la fiesta está en su apogeo pero no tengo ni fuerza ni ganas de ir, Stefen dijo que él tampoco volvería a la fiesta pues le dolía la cabeza.

Al estar en la tranquilidad de mi habitación simplemente me quito el hermoso vestido de Kate para sustituirlo con un camisón rojo con encaje negro sobre mis pechos y a los costados y un pequeño listón entre pecho y pecho formando un pequeño moño.

Me meto a la cama y casi al instante caigo en un dulce y profundo sueño ambientado por una melodía suave y romanticona, un sueño mágico en donde los lagos resplandecen como cristales, y hay sonrisas cual diamantes, también están esos ojos, esos ojos que te dan paz y dulzura con una sola mirada, que te hacen sentir protegida son necesidad de hablar, con esa imagen me dejo ir al mundo de Morfeo.

Escuchar Jon Mclaughlin - So Close

https://www.youtube.com/watch?v=CJ6JC7Edfi4 


......


En la mañana, si es que aquí se le considera mañana a las 6 de la madrugada, me levanto con una sonrisa en el rostro, maldita sea Stefen, una noche juntos y ya me tienes como tonta.

Voy al baño y tomo una larga y relajante ducha hasta que mis dedos parecen pasas de tan arrugados que están, al salir del agua me seco y envuelvo en una bata de seda morado lila para poder moverme por la habitación si tener frio, pues no quiero enfermarme pero principalmente para no tener ningún inconveniente alguien llega a tocar la puerta antes de que decida vestirme.

Me siento en la cama tarareando la misma melodía que en mi sueño a la par que comienzo a cepillar mi cabello que ahora ya me llega al busto, me gusta, talvez me lo deje crecer esta vez.

Al terminar me visto con un conjunto simple y me siento en el balcón a leer un libro, 17 cartas de amor de la autora Jackeline C. Lucas, es uno de mis libros favoritos y de tanto releerlo sus páginas ya están desgastadas y la portada esta un tanto opaca.

Al cabo de unas horas uno toquidos en la puerta me hacen levantar mi húmeda mirada del libro, pongo el separador en la página que me he quedado antes de limpiar mis empapadas mejillas e ir a abrir la puerta.

—Buen día ángel –me saluda sonriente pero su alegría se borra al instante que nota mis lágrimas- ¿Por qué lloras preciosa?

—Un libro –rio- un libro muy hermoso pero siempre que lo leo termino llorando –sonrió- ¿A qué has venido?

—Anoche dijiste que no conocerías mucho de Rusia, y eso es un gran desperdicio de tu visita, motivo por el cual yo mismo te la mostrare –dice con una sonrisa dejando claro lo orgulloso que esta de mostrarme su amada ciudad-

—Es verdad, mas nunca creí que llegarías hoy a decirme esto –rio- de hecho no te lo pedí –el sigue sonriendo pero ahora es más una sonrisa forzada, ¡mierda!- no, no, no, es decir, lo agradezco solo me sorprende- niego- suelo hablar demasiado y lastimo a mucha gente sin quererlo –sonrió- si aún lo deseas me encantaría conocer tu Rusia

—No me has lastimado en absoluto –toma mi mano y deposita y un suave y cálido beso- andando ángel

Fuimos a las , caminamos por las pintorescas calles de San Petersburgo, durante el paseo le digo a Stefen que me encanto el lago de anoche y él me dice que no era un lago sino más bien un río, el río Volga para ser más específicos, y el asegura no es su mejor momento pues entre agosto y septiembre allí mismo florece el loto del caspio, no se mucho de floreces pero si él dice que es hermosa debo creerle y anotarme mentalmente para buscarla en línea más tarde.

También comimos una sopa llamada , que está hecha de papas y carne, debo admitir que estaba deliciosa, la acompañamos con una ensalada Olivié, que en Illéa la conocemos como ensalada rusa a base de papa, chicharos y mayonesa aunque mi madre acostumbraba ponerle zanahoria igual para darle un poco más de sabor y que nos rindiera en casa. Bebimos una cerveza llamada Báltika, es sabrosa más un solo vaso provoco que el suelo se me moviera y los carteles dieran vuelta, cosa que a Stefen le causó gracia y pudo envolver su brazo alrededor de mi cintura casi todo el día, hasta que se me bajo un poco la borrachera.

Por mi parte concluí la comida con un plato de Stroganoff que, hoy descubrí era una carne tan deliciosa y suave que me dieron ganas de aprender a cocinar, Stefen por el contrario después de la carne comió un como postre burlándose de lo poco que comí poco antes de besar mi mejilla, provocando que me pusiera tan roja como mi cabello, decidí comprar una bolsa de para poder probarlos, no podía juzgar los postres de Rusia si no los probaba ¿cierto? Ok, vil mentira, el azúcar corre por mis venas pero mi estómago estaba a reventar en este instante más bien me los puedo comer en la noche. Los son dulces de jengibre. Los más comunes son de miel, pero también los hay de chocolate o rellenos de mermelada, yo compre de y .

No logramos recorrer toda la ciudad pues es enorme y solo teníamos unas cuantas horas antes de volver a palacio pues Stefen sigue siendo un príncipe y tiene obligaciones, sin embargo en estas horas puedo decir que me agrada pasar el tiempo con él y me entristece un poco tener que volver a Italia tan pronto, solo espero poder volver a verlo algún día.

Stefen parece darse cuenta de mi cambio de humos pues me toma de la mano antes de correr por el jardín mientras ríe como un niño pequeño, me encanta su risa, es una lástima que no la escuche tan seguido.


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Y si algo fuera diferente?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz