capítulo 20.

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Canción en multimedia
Narra Sky:

El constante bullicio de las personas conversando, riendo o simplemente caminando, me provocaba un dolor de cabeza que a cada minuto aumentaba más.
Con una gran idea en mente me dirijo a la azotea de el Instituto. La salvación de muchos y la distracción de otros.

Al llegar a ese pequeño pero acogedor espacio, me siento en el borde de esta, dejando así mis piernas colgando.

Busco entre mis bolsillos los audífonos, para poder escuchar libremente Nirvana, pero mientras que escucho where did you sleep last night, siento una mano en mi hombro. Lo que provoca mi rápida reacción, golpeando a el intruso que logró asustarme, ocasionandole un gran dolor en el brazo a aquella persona.

Me volteo lentamente, mientras escucho mi nombre en la boca de...¿Ryan?

Narra Ryan:

Después de apoyar mi mano en su hombro, sentí un jalón en el brazo, y que luego terminó con un dolor que me hizo gritar como un niño pequeño.

SKY!- Como les decía, me hizo gritar su nombre como un niño.

-¿Ryan?- por lo menos sabe a quien golpeó.
-no sky, soy una ilusion- lo último lo dije con sarcasmo e ironía pura.

Al escuchar mi respuesta, ella sólo rodó los ojos. Como si no le importara mi comentario.

-que haces aquí Ryan, se supone que estás en clases, específicamente en matemática- la miré con mi mejor cara de seducción. Moviendo mis cejas de arriba a abajo y con mi típica sonrisa sacarrona.

-Sky,no seas tan pillina. ¿Cómo es que te sabes mi horario?.

Sip, está confirmado. Sky tiene un grave problema en los ojos, ya que siempre los anda rodando.
-Sólo sabía que te tocaba matemática porque lamentablemente vamos a la misma clase.

Creo que eso ah sido un golpe demasiaado bajo..., para mi autoestima claro.

-Sólo venía a decirte que la "cena" la haremos esta misma tarde- por un momento vi confusión en su mirada, como si No supiera de que hablaba. Eso hasta que su mirada se transformó en una mueca, que luego terminó en su habitual "tic". Rodar los ojos.

Narra Sky:

No sé que me molesta más, que me esté confirmando el horario de la cena, en vez de preguntarme. O que tengo que ir a una cena con el, "planes" que aparentemente fueron cambiados para esta tarde.

Decido no responderle de manera sarcástica o irónica, ya que no quiero más problemas. Me quedo unos segundos pensando o mejor dicho en mi mundo.

- Sky, sé que no te gusta que te mand...- y antes de que termine de hablar lo interrumpo.
-¿tienes el lugar escogido?- con sólo decir esas palabras se le iluminan los ojos, como si fuera un niño habiendo los regalos en Navidad. Pero eso no dura ni un minuto cuando Ryan ya se encuentra con esa típica sonrisa de engreído.
- Tengo todo listo, el restaurant no es tan costoso y el ambiente es perfecto.

-Nos vemos en el instituto a las 18:00- se preguntaran por qué no le dí mi dirección a Ryan, fácil.
No me gusta estar en aquel lugar, y menos con una persona que recién estoy "conociendo".
Escucho un carraspeo que logró sacarme de mis pensamientos.

-como te decía Sky, antes de la cena te llevaré a otro lugar, por eso tienes que irte conmigo después de la salida-. Mi mirada lo dice todo. Y no es precisamente una mirada de amor, más bien es una de "odio".

-Ryan te dije que sólo saldría contigo a cenar, no me dijiste que también querías ir de paseó por ahí- lo último se lo digo rodando los ojos mientras bufo.
-Sólo será un rato Sky, te prometo que no te aburriras- si antes tenía que aguantar a Ryan en la cena. En que probablemente me deje sola por ir a coquetear con las camareras. Ahora tendré que aguantarlo todo el maldito día.
-Ryan te doy un segundo para que me digas a donde me llevarás después del Instituto- lo miré atentamente, para así poder obtener mi tan preciada respuesta.
-esta bien, te diré a donde vamos-.

(...)

Luego de que Ryan me dijiera a donde íbamos acepté sin ningún problema. Ya que aquel lugar era uno de mis favoritos. El parque de atracciones. La maravilla de esta ciudad, el paraíso de los niños y aparentemente también de Ryan y mío.

Luego de estacionarnos en un lugar cercano a la salida nos dirigimos a la fila para comprar nuestras entradas. Una fila que duró más de 20 minutos, hasta que al fin nos tocó.
Ryan pagó por ambas entradas, ya que el se ofreció a hacerlo, y que textualmente dijo.
"No puedo dejar que una damisela como usted, pague semejante precio, por esa mísera entrada. Y es que como soy tan caballeroso, le regalaré a usted bella dama la entrada a este castillo".

Sip, definitivamente Ryan se quedó en la época medieval.

Estuvimos al rededor de tres horas en aquel lugar. Ya que después nos dirijimos a el tan esperado restaurant.

THE MAGIC FOOD. El cartel se leía perfectamente a unas 30 cuadras de aquel lugar.

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Lamento mucho la tardanza, pero traté de recompensarlos con este capítulo más largo.
PD: GRACIAS por los votos y prometo que actualizaré pronto.

Cielo ilegal© (Pausada)Where stories live. Discover now