Camila me miró con una sonrisa de diversión en su rostro que me hizo rabiar. Comencé a gritar mil veces que la odiaba y golpearla en el pecho cada vez con menos fuerza debido a mi llanto, ella trataba de calmarme, pero simplemente no podía.
—No te iba a dejar—dijo cuando ya no la golpeaba, solo estaba llorando con las manos en el rostro—Yo no sé cómo se te ocurren esas cosas tan absurdas
—¿Me estás diciendo estúpida?
—No, amor, no—se rio y cuando trato de acercarse nuevamente le di una cachetada. Me quede impactada al igual que ella—Tranquila, no iba a dejarte, jamás lo haría, eres la mujer de mi vida
—Pero estabas a punto de salir de la casa, con maletas, mientras yo dormía—la acusé
—Sí, pero no es lo que parece—se sobo la mejilla e hizo una mueca—Era una sorpresa pero supongo que debo decirte ahora, en esas maletas también están tus cosas, planeaba despertarte y decirte que saliéramos a algún lugar pero en realidad te llevaría a Londres
Me sonrojé muchísimo, estaba completamente avergonzada, le armé toda esta escena y ella solo estaba tratando de darme una sorpresa, de llevarme a donde le conté que era mi sueño conocer algún día.
Mis hombros cayeron e involuntariamente hice un puchero comenzando a llorar nuevamente, esta vez fui yo quien se acercó para que me abrazara.
—Perdóname—solloce en su cuello—Soy una idiota y tú eres la mejor novia del mundo
—No fue nada, mi amor—beso mi cabello—Aunque pegas fuerte
Rápidamente comencé a besar repetidas veces la mejilla en la que la golpee, estaba un poquito roja y eso me hacía sentir muy mal conmigo misma.
—Perdón—murmure contra su mejilla—Yo no debí desconfiar de ti, es solo que eres muy buena para mí y yo pensé que te habías cansado de mi presencia
—No digas eso, princesa—tomo mi rostro con ambas manos para que la mirara a los ojos—Yo nunca voy a cansarme de ti, te he dicho una y mil veces que eres la mujer de mi vida
—Ya lo sé, pero soy muy insegura, esa sensación de que vas a dejarme nunca me abandona—susurre avergonzada, nunca le había dicho eso
Con mucho cuidado me guio hasta que nos sentamos en la sala, yo escondida en su cuello sobre su regazo.
—Pensé que ya habías superado esa etapa—susurró y beso mi oído—Amor, si sigues así es necesario que vayas con un profesional para que te ayude
—Si tú piensas que eso me va a ayudar, estoy de acuerdo en ir con un psicólogo
Nos quedamos en silencio unos minutos, yo no dejaba de acariciar su mejilla, seguía sintiéndome culpable.
—Amor—rompí el silencio—¿Aún me vas a llevar a Londres?
Camila se rio ligeramente y pensé que se estaba burlando de mí.
—Por supuesto que voy a llevarte a Londres—acaricio mi cintura donde tenía sus manos—Mañana temprano sale el vuelo
**
Camila's POV.
Estábamos ya en el avión listas para despegar, Lauren de lado de la ventana porque le gusta ver el cielo desde las alturas, esta es la segunda vez viaja en avión, la primera vez, fueron simplemente dos horas, pero ahora, es un camino más largo por recorrer.
Tenía a mi novia acurrucada a un lado de mí, era aún muy temprano, pero yo no podía dormir. Mi mente solo podía pensar en ella, en su bienestar mental, no es que estuviera loca, pero si tenía serios problemas de autoestima.
Y eso me partía el alma.
—Camz—me llamo entre sueños, levante la separación entre los asientos para que pudiera acurrucarse contra mí—Camz...
—¿Qué pasa, mi amor?—bese sus labios castamente haciéndola despertar por completo, le sonreí y ella simplemente volvió a cerrar los ojos y prácticamente recostarse sobre mí—Claro, si para eso es lo único que me quieres, para usarme de cama
—Eres muy cómoda, cariño—murmuró sin abrir los ojos—Me gusta que me abraces
—Y a mí me gustas tú—bese su cabello—Me fascinas, me encantas
(...)
Varias horas después estábamos en un taxi rumbo al hotel donde nos quedaríamos durante la semana que pasaríamos en ese maravilloso lugar, Lauren miraba por la ventana como una niña en navidad, estaba fascinada con Londres, yo estaba fascinada con Lauren.
—Esto es mucho mejor que en las fotos—murmuro sin parpadear, me daba un poco de risa su emoción, más que eso, me daba mucha ternura verla así de feliz—Nunca pensé que algún día podría estar aquí realmente, gracias por esto, Camz
—No agradezcas, con esa sonrisa tuya me doy por bien servida—la atraje a mis brazos—Por la noche iremos a un club para que conozcas a unos amigos
Nos instalamos en el hotel, ordenamos comida y después de comer nos metimos al jacuzzi.
—¿A qué hora tenemos que ir con tus amigos? —me preguntó. Estaba desnuda entre mis piernas, recargada en mi pecho y se giró a verme
—Quedamos en vernos en la zona VIP, dentro de—mire la hora en el reloj, marcaba las 6:34 p.m.—Tres horas y media
Asintió y se acomodó de una manera en mi regazo para poder besarme, sin exagerar, estuvimos como casi dos horas besándonos suavemente, me encantaba poder sentirla tan cerca de mí, no necesariamente teniendo sexo, pero aun así, tenerla en mis brazos era la gloria.
Nos salimos del jacuzzi cuando Lauren decidió que era hora de ir a arreglarnos, no le gusta la impuntualidad. Estuvimos en el club justo a tiempo, deje a Lauren en la barra del área VIP cuando mire llegar a mis amigos, los muy idiotas no me vieron y por eso tuve que ir tras ellos.
Al alcanzarlos, nos saludamos con emoción, ya teníamos algunos meses, tal vez ya un año sin vernos en persona.
—¿Ya vieron a la de vestido rojo en la zona VIP?—comento uno de mis amigos, Zack, mordiéndose el labio
—Está buenísima—le siguió Matt—Yo si me la tiraba
—100 dólares cada uno si voy y la beso y ella me corresponde a la primera—les aposté
Todos me miraron incrédulos, Matt, Zack, Tobias, Hannah y Sarah aceptaron.
—Quien se lo fuera a imaginar, la pequeña Cabello siéndole infiel a su novia—canturreo Hannah—Tanto que decías que Lauren es el amor de tu vida, que vas a casarte con ella y mira nada mas
—Si ella no se entera, no pasó—arquee una ceja con una sonrisa de diversión
Les guiñe un ojo antes de llegar a la hermosa chica de vestido rojo que se encontraba de espaldas, ellos sonrieron y gritaron dándome ánimos. Sin pensarlo hice que volteara tomándola por la cintura y la bese sin decirle nada. Me correspondió al instante rodeando mi cuello con sus brazos, el beso se puso algo más intenso y ya la tenía arrinconada contra la barra, nos separamos jadeando.
Miré a mis amigos y ellos estaban boquiabiertos, simplemente me reí de sus caras asombradas.
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