Capítulo 10

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       La muchacha menor cuando terminó de atender a la pelinaranja fue subiendo desde su centro dejando otro camino de pequeñas mordidas y besos húmedos por todo su delicado y tonificado torso hasta que llegó a un claro destino en sus labios, los cuales se encargó de morder, succionar y besar profundamente mientras sus manos inquietas recorrían una vez más aquellas curvas, Vanessa le correspondía a aquel beso de manera hambrienta y con sus propias manos acercaba a la otra chica por la nuca, de manera que pudiera prolongar aquel beso lo máximo posible hasta llegar a separarse por completo y unir sus frentes a la vez que se entremezclaban sus agitadas respiraciones.

       —Parece que alguien había venido sin cenar. ¿No sabes que cuando vamos de tragos hemos de comer? —El tono de la inspectora podría describirse como acusador pero al mismo tiempo se podía sentir algo fingido, aquello pudo sacarle a Stef una suave risa juguetona.

       —¿Que acaso no fue suficiente cenarte a ti?

       Montoro abrió los ojos medio sorprendida y un tanto ofendida mientras le pegaba golpecitos a su acompañante en el hombro y la escuchaba reír más libremente ahora, está de más decir que le divertía aquello de sobremanera.

       —Serás... —Reclamó tratando en vano de esconder un muy sutil sonrojo.

       —¿Debería pensar que estás interpretando el rol de tomate para una obra de teatro?

       —¡Stef! —Exclamó más indignada aumentando la risa de la chica —. Sí, tú ríete pero ya llegará tu momento —la señaló algo severa, la otra simplemente asintió con su cabeza portando un aire algo irónico pero conservando su sonrisa burlona —. Ya lo verás —volvió a afirmar y abrazándose al cuerpo de la de ojos cafés decidió hablar —. ¿Ahora sí puedes explicarme cómo sabías aquellos movimientos?

       —Bueno, ahora sí, seriedad... Básicamente yo misma les hackeé el sistema, mi informante tenía un chip en su pie y así descubrí que esa ruta es una de las que ellos utilizan, intentaron desaparecer el cuerpo tirándolo ahí pero el chip seguía activo y supe de ese pequeño movimiento que seguro les desestabilizó un poco la mercancía. Seguramente Winchester estará unos días escondido.

       Con cada cosa que le revelaba, la inspectora se sorprendía un poco más aunque consideraba que era un acto algo peligroso de su parte, sin embargo, también tenía en claro que dijera lo que le dijera, Estefanía actuaría por su cuenta.

       —Sabes qué opino al respecto.

       —Sí, que es un peligro pero por algo estamos en donde estamos —se encogió de hombros ganando un suspiro de parte de Vanessa.

       —Stef, no siempre voy a poder salvarte o cubrirte...

       —No estoy para que me salves, Nessa —negó medio seria —, con tal de vernos cada cierto tiempo tenemos —esta vez le guiñó un ojo pero pensaba aún algún asunto que le quedaba por resolver en esos días.

       —¿Piensas matar a alguien pronto?

       —Nessa, esas cosas no se dicen así como así, simplemente suceden cuando tocan y ya, tú mejor que nadie lo sabes —la vio afirmar ese hecho —. Pero ¿por qué de pronto esa pregunta tan directa?

       Observó como la inspectora se tensaba medio recordando alguna cosa y titubeaba a la hora de encontrar la manera correcta de formular una respuesta lógica.

      —El comisario Filippidi últimamente ha estado más irritante de lo normal, nos presiona demasiado, ha querido incluso investigar mis contactos y los de un compañero y el haber sabido exactamente la ubicación del velero y el yate despertó aun más su curiosidad... no quiero que por mi culpa él te ponga el ojo o algo así, pienso que tendríamos que disminuir o limitar muchísimo más nuestros encuentros... lo lamento, de verdad.

Lealtad por SangreWhere stories live. Discover now