Capítulo 5

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-¿Me seguirás ignorando? -Pregunté entrando a tu habitación. Me miraste y volviste tu vista al computador. -¿Qué haces? -Me senté a tu lado pero no respondiste. -Yo puedo ayudarte con eso.

Estabas traduciendo un texto de español a ingles y dado a que este último es mi lengua materna me ofrecí a ayudarte pero tu no aceptaste. Te levantaste de la cama, tomaste el computador y te dirigiste a la puerta.

-Lo siento. -Te detuviste pero no giraste a verme. -Fui un tonto, me tomaste de sorpresa con aquel abrazo. Pensé que me odiaras y nunca esperé que me recibieras con tanto cariño.

Te giraste y note que estabas furiosa. -¿Por qué debería odiarte? -Cuestionaste con la vista fija en mi.

-Por lo que pasó hace años entre tu y...

-¿Por haberme besado y luego salir huyendo como si te hubiese dado asco? -Escupiste cada palabra con rabia. -Lo siento si te decepcione, pero tu no vales tanto la pena como para odiarte.

Saliste de la recamara dando un portazo y dejándome sin palabras, nunca pensé que las palabras de alguien me lastimaran tanto como aquella frase que tu me dijiste, te mentiría si te digo que no me afecto, porque si lo hizo y bastante.

-Recuperaré tu cariño Hael, volverás a ser mi amiga. -Dije totalmente decidido.

Tomé las llaves del auto de Matías y fui a la sala, me miraste y vi como te sonrojaste. Me acerque a ti y bese tu mejilla.

-Vuelvo en un instante.

-No puedes salir por ahí solo, no conoces aquí. -Referiste tratando de no parecer preocupada.

-Aprenderé.

-Ni lo sueñes. -Te pusiste de pie y cerraste el computador. -Yo te acompaño. -Sonreí y te cruzaste de brazos. -Esto es solo una tregua, no quiero andar en el cuartel de la policía rindiendo declaración, cuando tu no aparezcas y yo sea la única persona sospechosa de tu homicidio.

-No seas dramática. -Apretuje tus mejillas y me diste un manotazo. -No iras vestida así.

-¿Qué tiene mi ropa?

-Es muy corta, los hombres pensarán cosas lujuriosas y no soportaría escuchar como te dicen cosas asquerosas.

-¿Provoco pensamientos lujuriosos en ti? -Negué y sonreíste. -Pues no me importan los demás.

Me quede en silencio tratando de encontrar el significado en aquella frase.



***


Fuimos a la heladería, a la pizzería y a la librería compré unos libros que necesitaba y te regale unos cuantos los que escogiste fueron de Stephen King y todavía los tienes añorándolos como un valioso tesoro.

-Quiero ir a ver la puesta del sol. -Dijiste feliz. -Vamos por favor.

-Solo si me das un beso en la mejilla.

-Te estas aprovechando. -Dijiste entre risas. -Pero me llevas a ver el atardecer.

-Por supuesto que si Hael.

Me diste un beso en la mejilla y sonreí como idiota, te estaba recuperando. Llegamos al malecón de Santo Domingo, nos sentamos en uno de los bancos y miramos al mar, no decíamos nada solo observamos la inmensidad del océano y como poco a poco el sol se iba ocultando.

Recostaste tu cabeza en mi hombro y enlace nuestras manos, me sentí feliz al tenerte cerca de mi, sin discusión, ni reproches.

Solos tu y yo...

Mi PequeñaWhere stories live. Discover now