Capítulo 15

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El reencuentro con tu mamá fue emotivo, ambas habían dado el paso para empezar a reconstruir su relación. Ya no llorabas y hablabas todo el tiempo con ella.



Estaba feliz porque tu lo eras, aunque tenía que soportar los constantes desplantes de tu madre. Pero todo sacrificio trae su recompensa. Y ese era verte sonreír.



-Vamos Nico no me vengas con que estas cansado. Yo también lo estoy y este examen es muy importante. -Hiciste un puchero y lo tome entre mis dedos.



-Eres extremadamente insoportable Hael, estuve cuarenta horas en el trabajo y me sales con esto. Pídele ayuda a Matías. -Solté tu labio y estaba ligeramente rojo.



-Por eso te traje esto. -Abriste tu mochila y sacaste una caja de donas y dos pequeños contenedores que por el olor supuse que era café.



-Me convenciste Hael. -Me hice a un lado para que pudieras entrar y te ayude con lo que cargabas... Hoy en día me pregunto ¿Cómo entraron los libros, la caja de donas y los dos contenedores en la mochila?



-Siempre consigo lo que quiero Nicolás.



Empezamos a estudiar, tenias una prueba de ingles en dos días de la cual dependía si pasabas de año o no. -Hael pero tu ingles es maravilloso, no entiendo porque querías mi ayuda.



-Lo se querido. Pero la verdad es que necesitaba verte para hablar de algo que escuche. -Dijiste apenas pude escucharte. Te levantaste del comedor y te sentaste en el sofá.



-¿Qué es lo que escuchaste?



-¿Por qué dices que fuiste tu quien mato a tu novia? -Te mire con rabia y tu retrocediste. -Lo siento no debí venir. -Intentaste irte pero no lo permití.



-¿Querías saber? pues ahora lo sabrás.



-No ya no quiero. Cuando estés mas calmado y no me estés sosteniendo como lo haces ahora volveré. -Baje la mirada y vi que tenia una pierna en medio de las tuyas y te tenia fuertemente sujeta de las muñecas. -Nicolás ya basta me estas lastimando, si quieres me quedare esta bien.



Te solté y me senté en el sofá y tu a mi lado. -Ella era mi paciente y me enamore... -Te conté toda la historia y ya para el final estaba llorando.



Me abrasaste y me sentí liberado como si hubiesen quitado un peso de mis hombros. -No fue tu culpa, era su hora partir. Ahora solo piensa en esa sonrisa tan hermosa que dices que tenia y en todos los momentos felices que estuviste junto a ella. Tu la hiciste feliz sin importar nada y debes estar orgulloso por eso.



-No es tan fácil Hael.



-Pero puedes intentarlo. -Acariciaste mi espalda y sentí algo no se que era pero me gustaba. -No es fácil pero puedes lograrlo Nico. -No te respondí y seguiste con tus caricias en mi espalda. -Ahora duerme lo necesitas. -Y como si fuera una orden quede dormido en tu cuello.



***



-¿Pero que esto? -Tus gritos me despertaron te busque y apareciste con un folleto en la mano. ¿Dime que estas inscrito en esto?



Era un folleto que daba indicaciones sobre unos puestos que se iban a abrir en el hospital y otros que ya existían pero el personal seria rotado.



-No vuelvas a gritar así casi me matas del susto. -Me deje caer pesadamente de espaldas en el sofá. -Y respondiendo a tu pregunta... Estoy inscrito, pero no se si participe formalmente.



-¿Estas loco? -Gritaste indignada. -Eres muy bueno en tu profesión y no soportaría que dejaras pasar esta maravillosa oportunidad. -Te tiraste a mi lado pero en el suelo y suspiraste. -Te imaginas yo presumiendo que tengo un novio que es por ejemplo.... -Ojeaste en el folleto. -Jefe de residentes eso se escucha importante, o quizás el director de el área de oncología pediátrica, eres oncólogo así que podrías optar por ese puesto.



-Hael -Seguías hablando y hablando, estabas tan entusiasmada con el tema que no me permitiría decepcionarte. -¿Hael me puedes escuchar?. -Hiciste silencio pero te levantaste y saliste huyendo a la cocina.



-¡Maldición se quemo la cena! -Gritaste furiosa. -Matías me asesinara. -Saliste de la cocina con lagrimas en tus mejillas. Te veías tan inocente -Soy una tonta, no puedo ni para impedir que una carne se queme.



-Hey cálmate pequeña, Matías no tiene porque enterarse.



-¿Enterarme de que? -Cuestiono mientras entraba a mi departamento con tres cajas de pizza, dos botellas de vino y una soda gigante. -¿Qué es lo que me ocultan?



-Es que por mi culpa se quemo la carne. -Dijiste con la voz entrecortada y Matías se hecho a reír. -No es un chiste Matías.



-Si pudieras observar lo tierna que te vez cuando lloras. -Espeto Matías mientras dejaba todo lo que trajo en el comedor. -No debes estar así por eso, a cualquiera le pasa. Solo hay que agradecer que no le incendiaste la cocina a Nicolás.



-Estoy de acuerdo contigo Matías. -Respalde su punto de vista.



El quitaba tus lagrimas y te abrazaba como si su vida dependiese de ello. En ese instante recordé a mis hermanos menores, cuando algo no salía a su gusto y yo tenia que darles una extendida charla sobre el porque de las cosas y luego abrazarlos y hacerlos sonreír por cualquier estupidez. Cuanto los extraño.



-Bien yo iré a calentar las pizzas, Hael acompaña a Nico no quiero que vayas a tocar el vino y lo evapores. -Dijo entre risas.



-Te odio Matías.



-Pero yo te amo enana al igual que tu a mi. -Te dio un beso en la frete para luego perderse en la cocina.



-¿Hael? -Me miraste y moviste tu cabeza a un lado. -Participare en lo de el hospital. -Sonreíste y eso fue suficiente para yo ser feliz.



Mi PequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora