Sueño

2.9K 228 39
                                    

Después de acostar a mi bebé sonó mi celular, era Luhan.

Últimamente llamaba más seguido desde que me acompañó al hospital para encontrar a Tao, ni pensar que hace unos momentos estaba hecho una furia. Quisiera poder ignorarlo pero eso solo empeoraría todo así que suspirando conteste.
-¿Qué sucede Lu?- con voz cansada. Me senté,seguramente esto tardará horas.
- Solo quería saber si estabas bien. -me dijo con tono serio.

Un momento¿Estoy alucinando? O acaso se escuchaba preocupado por mi?

-Andas más gruñon que antes de Tao, me preocupa que empieces a sacar fuego por la boca.- Se escucharon sus risitas de su propio chiste. Claro, no podía tratar de ser un buen amigo, sin reírse de mí desgracia. Bueno,ese es el ciervo que conozco.

- El único que saco fuego por la boca has sido tú, me acabas de sacar de MI empresa hace unas horas. Deberías de ir a que te folle alguien para quitarte toda esa tensión.- se escucho un bufido a través de la bocina. Si, probablemente di en el punto.

- Es culpa de ese bombón de lindo cabello, que me ha estado ignorando desde el hospital- Me respondió haciendo rabieta. ¿Habla de la bola de algodón andante?
No recordaba que estaba con Tao en el hospital.
-Pensé que estabas preocupado por cosas más importantes que ligar cuando me acompañaste. -gruñí.
¿Cómo podía pensar en tirarse a la cabeza de arcoiris cuando mi Tao había sufrido tal perdida?
-Vamos Kris no fue intencional, pero el chico es lo más impactante con lo que me he cruzado. Además tú estabas consolando a tu pareja cuando me di cuenta de su presencia no soy tan insensible.
Suspiré. Si tenía razón, probablemente me esponje muy facil pero no iba a pedir disculpas.
-Como que no te hace caso, ¿Te dio su número?- escuche como se aclaraba la garganta.
-B-bueno no exactamente, trate de hablarle en el hospital, pero se fue después de dejar a Tao contigo sin siquiera mirarme. Entonces un día pase por pura casualidad enfrente de la universidad de Tao y lo vi, lo salude pero me ignoro de nuevo, y eso ha estado pasando estas semanas que ya me desespero. ¡No puedo creer que sea tan maleducado! -Obviamente mi amigo estaba acosandolo y todo fue apropósito pero mejor para mi. No pude evitar soltar una risa al imaginarmelos, esto es lo mejor ya decía yo que no había visto a ese arcoiris al ir por Tao, el pobre ha de estar pasándola mal siendo acosado por Lu.

Que mejor para mí, así ninguno molesta y puedo quitar por lo menos a uno de los "amigos de Tao" que les gusta tocarlo.
En serio me molesta cuando toquetean a mi pandita.
-Bueno amigo, Tao ya se siente un poco mejor deberías de pedirle mañana el celular de su amigo, seguramente te ayudará- Sip, así esa bola de algodón tendrá algo más en que ocuparse además de coquetearle a mi bebé.
- ¡¿En serio?! Dios me alegro que Tao se sienta mejor, gracias Kris mañana le pediré el número.
Me voy, ya casi empieza mi novela de medianoche y no me quiero perder a la ricura de actor principal. Te veo en el trabajo, jefecito!
Colgó y yo suspire. Solo hablar con Lu a veces cansa, lo bueno es que ahora será problema dell pókerface.
Deje mi celular en la cómoda, me desnudé y me acosté en la mullida cama, estaba exhausto, con lo de mi bebé y el chillón de Lu sentía como si hubiera corrido un maratón. Sentí como mis ojos se cerraban con pesadez y me acurruqué más entre las sábanas.
Escuche la puerta de la habitación crujir, de un momento a otro la luz del pasillo dio directo a mis ojos, me removí un poco en mi lugar por la intensa luz del pasillo.
Todavía algo desorientado trate de abrir mis ojos, cuando una sombra cubrió la luz que me cegaba, me senté en la cama haciendo que se recorrieran las cobijas y sabanas, dejando al descubierto mi pecho. Ya que solo me había quedado en ropa interior.
-¿Kris?- escuche apenas un susurro de mi dulce pandita desde la puerta, apenas lo había acostado hace unas horas, aunque no dudaba que las películas hubieran echo un efecto retardado en su coraje de dormir solo después de ver dos películas de terror.
- ¿Qué paso Taozi?- pregunte y el se removió en su lugar con su extremo superior apenas asomándose a través de mi puerta. Fue ahí cuando me di cuenta de que mi bebé estaba descalzo y con este frío se enfermaría.
- Pequeño, no te puedes quedar ahí, ven a la cama te enfermarás- preocupado estire mi mano esperando que mi bebe la tomara. El un poco nervioso y con la cabeza gacha avanzó hacia mi, sus pijamas de ositos le quedaban muy anchas haciendo que se viera de lo más adorable haciendo sus lindos pucheritos.


SucumbirWhere stories live. Discover now