Capítulo 7

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Paso las manos por mi rostro tratando de ahuyentar el malestar en lugar del sueño.

-¿por qué no te quedas, hija?

-mamá, no quiero quedarme todo en día en la cama.

Estornudo por quinta vez desde que estoy en la cocina y mi madre me pasa una pastilla.

-tómala -dice, extendiendo su mano -. Te sentirás mejor.

Vuelvo a estornudar, y tomo la pastilla.

-gracias.

-vamos, o llegarás tarde.

Salimos de casa, y nos ponemos en marcha al instituto. Durante el camino estornudo una veces más, pero con los minutos, la alergia se va calmando. Para cuando llegamos, he dejado de estornudar, pero mi nariz sigue hecha agua y no deja de picar.

Extiendo la mano, y la estrecho con la de mi madre que frunce el ceño pero la estrecha con la mía.

-¿y eso?

-no quiero que te enfermes, esto es terrible -suelto un bufido y mi madre ríe.

Bajo del auto y camino hasta la entrada, saludo algunas personas conocidas y me dirijo a la cafetería. En el camino, me encuentro a Daniell, que al verme, se acerca a saludarme con un beso en la mejilla.

-¿estás bien? -pregunta, ladeando la cabeza.

Suelto una risita y asiento: -sí, no te preocupes.

-¿te refriaste o algo?

-no- sonrío-. Sólo tengo una alergia.

Al llegar a la cafetería, nos sentamos junto a los chicos y comenzamos una animada charla. El timbre suena y cada uno se dirige a su clase.

-¿ya tomaste algo, verdad? -pregunta Dana, cuando entramos al salón de clases.

-si, ya sabes como es mamá. Me dio una pastilla antes de venir.

La veo asentir y saca sus cosas, yo voy hacer lo mismo pero las ganas de estornudar me ganan, haciendo que me cubra el rostro con el pañuelo.

-¡Vaya, señorita Abbado! -dice la profesora, entrando al salón.

-disculpa es que...

-¿por qué no se quedó en casa si esta engripada?-me cuestiona, dejando sus cosas sobre el escritorio.

-no me agrada mucho la idea de quedarme acostada todo el día.

La profesora asiente y se dispone a dar la clase. El timbre suena y mi amiga y yo nos vamos directo al patio del instituto. Tomamos asiento en una banca bajo un árbol y comenzamos a desayunar.

Cuando estoy por darle la tercera mordida a mi emparedado, mi bolsillo vibra. Lo reviso sin fijar y leo el mensaje.

¿Donde están?

Veo el nombre de Daniell en la parte superior y le contesto. No pasa mucho tiempo cuando Mike, Jamie y el rubio llegan.

-¿sigues haciendo explosiones? - pregunta Mike divertido.

Ruedo los ojos y estornudo: -mira lo que has hecho.

Todos reímos y continuamos con el desayuno mientras charlamos.

-¡Hola, chica del cereal! -la voz de Theo nos saca de nuestra burbuja de amistad.

-Hola.

-¡Woow!-abre un poco los ojos-. Tu voz está extraña, ¿estás enferma?

Niego con la cabeza: -algo...

-parece porque...

-¡Hola, chicos! -esta vez quien saluda es Max.

Nunca he tratado con él, pero al parecer al grupo de amigos de Agustín, todos los conocen. Max es como los chicos de las películas; tez blanca, cabellos alocados y lindos ojos por los que la protagonista, pierde la cabeza. Sin embargo, yo no soy una protagonista de película que se enamorará de él, honestamente, Max me parece normal.

-¡Hola! -saludan Daniell y Mike al unísono.

Miro a Jamie confundida, y el ceño fruncido de ella me hace reír. Observo a Dana, pero ella parece estar concentrada en devorar su trozo de pizza. Dirijo mi mirada de nuevo a Max, y una sonrisa se hace en su rostro mientras mira a Dana.

Bueno... al parecer estos dos se hicieron amigos. Aunque no seria la primera vez que hablan.

-¡Hola, Dana! -saluda.

Mi amiga levanta la mirada y al ver a Max, sonríe. Éste le devuelve la sonrisa y se quedan así unos segundos.

-¿Podemos sentarnos? -pregunta Theo.

-¿Qué? -suelta Jamie, con el ceño aún más fruncido.

-lo... lo siento pero ustedes no

-Vamos Mia, sólo esta vez -Theo hace un pequeño puchero y frunzo el ceño, aun mas confundida.

Miro a los chicos y Daniell y Mike asienten, Dana está mordiendo su pizza y Jamie me pide con la mirada, que nos los deje sentar.

Estoy por contestar pero las ganas de estornudar me ganan.

-¿Qué mierdas hacen aquí? -pregunta Agustín, acercándose a nosotros en compañía de otro.

Vuelvo a estornudar y la mirada de Nathan, el chico que venía con Agustín, se dirige a mí.

-¡Vaya, explosiones! -se burla.

Me cubro el rostro y me quedo así unos segundos.

-No te cubras el rostro -quien habla esta vez es Max -. Necesitas aire fresco.

Theo suelta una carcajada y Max lo mira con el ceño fruncido.

>¿Qué te pasa? Es la verdad.

-¿Me dirán que hacen aquí? -vuelve a preguntar Agustín, pero no lo estoy mirando, pues tengo el rostro cubierto.

Alguien me quita el pañuelo del rostro, haciendo que me encuentre con los ojos de Agustín. Su rostro tiene una dura expresión, como si estuviese molesto. Siento mis manos sudar, pero no sé si es por el malestar o son los nervios.

-Aun enferma te ves linda -comenta Nathan.

Agustín le una fugaz mirada y de nuevo la posa en mí, nos quedamos mirando unos segundos pero luego se da media vuelta, encaminándose lejos de nosotros.



¡Mis amores! ¿Como les va? Lo prometido es deuda y aquí está. Disculpen por la demora, pero las clases ya comenzaron, y con ellas, las tareas. De todos modos, subiré capítulos mas seguido.

¿que piensan de Agustín? ¿acaso está celoso de lo que Nathan dijo?

¿ustedes que piensan?

Si les está gustando, voten y comenten.

¡Besos!

Ocultandome en las notasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora