4. EL viaje inesperado

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Asiento y me subo a la moto. No quiero ir a casa ya, pero podríamos hacer otro tipo de cosas... Sonrió y me aferro a ella cuando acelera. En casa... Podría utilizar la lencería nueva...

Me relajo tanto que cuando me doy cuenta no sé donde estamos, esta no es la dirección a casa... No puedo hacer nada más que esperar, Alessa no puede contestarme mientras estemos en la moto.

La verdad es que tengo un poco de miedo... Miedo de que Alessa piense que estoy obsesionada con ella o de que se aburra de mi... ¿Y si se aleja de mi? Yo no tengo experiencia en muchas cosas de las que ella hace... ¿Que debería hacer?

Paso todo el viaje pensando en ello.

-Pequeñaaa

Parpadeo un par de veces y me doy cuenta de que ya hemos llegado.

-¿En qué pensabas?

-Pensaba en...-¡Piensa rápido, Sara! - En que no sé donde estamos.- Sonrió un poquito.

-Es una sorpresa.- Dice tapándome los ojos. Me sienta y me dice que los mantenga cerrados. Yo sé que es algo del boleto que le ha dado la madre del niño al que hemos salvado.

Alessa me levanta en brazos y yo de la sorpresa me aferro a ella, quizás más de lo que debería. Últimamente no puedo evitar pensar que va a alejarse de mí.

Oigo la voz de una mujer. ¿Sera hermosa? ¿Sera más delgada que yo? ¿Más lista? Quizás hasta compartan alguna mala experiencia... Eso une a la gente.

La abrazo más fuerte, pero ella se detiene. ¿Qué ocurre? Su pelo me acaricia cuando gira la cabeza. ¿La está mirando?

Entonces oigo cono abre una puerta. Solo estaba abriendo una puerta, Sara. Relájate. Me deja dentro y abro los ojos. Una habitación enorme aparece sobre mis ojos, el suelo es de madera blanca y las paredes son de un blanco puro también. Veo que la cama es enorme pero lo que más llama mi atención es la gran ventana corredera que hay al fondo. Es increíble... Parece sacada de un sueño.

-¿Te gusta?- Alessa acaricia mis hombros. Asiento.- Me han dicho que el baño es espectacular.

-¿Puedes prepararlo?

-¿No quieres verlo? ¿Estás bien?- Frunce el ceño. Bueno, aparte de tener el corazón desbocado estoy bien.

-Sí. Es que quiero que sea sorpresa y bueno... Estoy cansada.

Alessa me da un beso en la frente.

-Entonces habrá más espuma.- Sonrió.

Cuando desaparece dentro del baño, cojo las llaves de la moto y abro la puerta de la habitación. Abro el maletero y saco discretamente la lencería. Cuando vuelvo a la habitación rezo para que Alessa no abra la puerta y me cambio lo más rápido que puedo.

Justo cuando acabo oigo como cierra el grifo. Me tenso. Rápidamente abro mi bolso y saco la barra de labios. No me suelo poner este tipo de cosas así que espero hacerlo bien... La dejo en la mesilla, entonces Alessa abre la puerta del baño.

Se le cae el bote de sales que tenía en las manos, las sales se esparcen por la habitación pero ella no deja de comerme con los ojos. Con paso decidido voy hasta ella y le rodeo el cuello, acerco mi cuerpo al suyo. Ella intenta mantener la vista en mi cara pero no lo consigue y acaba dándome un buen repaso. Se detiene en mis pechos, sabía que el sujetador de encaje negro le encantaría.

Ella muerde mi cuello, entonces veo la gran bañera, es como una pequeña piscina. La empujo y caemos las dos a la bañera, me libro de su ropa y Alessa muerde mi labio. Me agarra de la cadera y me quita la fina chaqueta, dejándome en lencería intima. Alessa nos gira a ambas, del movimiento el agua de la bañera se sale y mi lencería se llena de agua y espuma que Alessa no tarda en quitar.

Recorre cada parte de mi cuerpo con los labios y la lengua, dejando lo mejor para el final. Mi sujetador vuela y ella muerde por mi cuello y va bajando poco a poco chupando y acariciando con la lengua. Haciéndome arder por dentro, cuando deja mis pechos baja hasta mis bragas, las muerde y sonríe. De un rápido giro con la mandíbula rasga la tela y la deja caer para observarme.

Deposita un beso en mi zona intima y se levanta para observarme de nuevo. Me besa en los labios y enlazamos nuestras lenguas, rodeo su cadera con mis pies. Ella desliza la mano por mi cuerpo hasta mi zona intima y ahí empieza a moverla.

No deja de besarme en ningún momento, cuando gimo ella me muerde el cuello y el labio antes de volver a besarme. Su lengua se mueve contra la mía y cuando algo se arremolina en mi interior le rodeo el cuello. Cuando la sensación es demasiado gimo muy alto y ella introduce un par de dedos dentro de mí, con el pulgar sigue acariciándome.

-Vas a ser toda mía.

Susurra, suena como una pregunta pero no le doy demasiada importancia. La sensación es demasiado, me estiro completamente cuando el orgasmo me llena de sensaciones.

Ambas respiramos agitadamente. La bañera apenas tiene agua.

-Buen truco el de la bañera.- Dice en mi oído. Sonrió. - Pero yo también tengo trucos. - Agarra otro bote de sales y me lo vacía en el pelo. Abro la boca completamente sorprendida pero seguido la cierro y escupo sales. Alessa ríe.

-Mejor date una ducha.- Dice riendo y cerrando la puerta detrás de ella.

Suspiro pero sonrió feliz. ¿Son cosas mías o parecía nerviosa cuando ha salido del baño? Mientras estoy en la ducha le doy vueltas en la cabeza pero no saco nada en claro. ¡Con Alessa nada está claro!

Una vez fuera, me doy cuenta de que se ha llevado mi ropa y la suya... La ventana corredera está abierta. Abro la boca cuando veo la playa. ¿En serio hemos venido tan lejos? Y yo sin darme cuenta... Todo está en completo silencio. Espera... Ella no está en la habitación.

¡Ámame Como Yo Te Amo! ¡3! - ¡Chica Mala Vs. Niña Buena!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora