Capítulo 20 - Tórtolos.

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Nos besamos un rato. Era, perfecto.
El día, soleado, las flores, el aire puro que se ve poco en Santiago. Pude sentir como Bruno se aferraba de mis caderas.

Me dio un ataque de nervios y me solté de el bruscamente. Lo mire a los ojos y me sonroje, el también estaba de ese color, rojo.

-Me debo ir.- Dije nerviosa y tomé mi skateboard y me marche.

El era el chico perfecto. Definitivamente me gustaba y ya no tenía miedo a ocultar lo. Y ahora se que Bruno también esta enamorado de mi. Eso me hace feliz. La felicidad aumentó y empece a gritar.

-¡Bruno, TE AMO!- Dije muchas veces.

Pero para mi mala suerte no me di cuenta que Santiago estaba cruzando la calle al frente mío. Primero me miro con una cara de asecho. Se acerco hacia mi. Trate de escapar, pero el ya me había agarrado del brazo.

-¿Bruno?¿No es ese tal "buller"?- Dijo enojado.- ¿No que te agredía?- Dijo confuso y enojado a la vez.

-El...- Dije nerviosa.

-Eres una mentirosa Laura.- Dijo empujandome.- Y yo tratando de ayudarte, soy un idiota, y tu tal vez también.

-Mira quien lo dice, ¡Tú también eres un mentiroso Santiago!- Dije llorando.- Tu me engañaste con otra. ¡Yo me enamore de ti!- Dije casi gritando.- ¿Pero quien es el que trató de ayudarme? Nadie, tu empeoraste las cosas, en cambio, Bruno me a ayudado.

-Bruno esto, Bruno aquello, ¿Qué tiene el que yo no tenga para hacerlo tan especial?- Dijo.

-A diferencia, el me ama en verdad, tu, solo eras un estúpido que engaña a la gente con ilusiones, adiós.- Y me di vuelta.

Camine llorando, idiota, idiota, idiota, pensé. ¿Por qué todo debe ser tan perfecto y de repente se arruina todo? Hombres bipolares, mejor dicho, vida bipolar.

Cuando estuve cerca de mi casa pare a secarme las lágrimas, que corrían por mis mejillas rojas de ira.
Cuando ya me veía bastante decente, entre a mi casa. Pase rápido por el living, subí las escaleras, y entre a mi habitación. La ventana seguía abierta, entonces la cerré. Me eché a mi cama boca a bajo y grite contra la almohada, necesitaba relajarme.

Desperté a las 3:00 de la noche. ¿Había dormido tanto? Me levanté y me puse pijama, para dormir más cómoda. Y me acosté.

Me levanté a las 6:50, era lunes. Esta semana era la última de clases, lo cual era bueno, y malo. Me fui corriendo hacia abajo y hice mi rutina diaria, comer una tostada con mantequilla y leche con colacao. Subí rápidamente y aproveche de ir al baño a lavarme los dientes. Salí con gran velocidad y me puse una polera de tiras blanca con una chaqueta sin manga de jeans. Y unos shorts, y unas vans rojas.

Tomé mi mochila y grite hacia la casa.

-"Chao, me voy."- Dije cerrando la puerta.

Tomé mi skateboard y me fui hacia el colegio. Al llegar me encontré con Bruno, me sonroje y el también, pero después al parecer el de tranquilizo y se acercó hacia mi. Dios.

-Laura, ¿Qué tal?- Dijo acomodando su mochila.

-Eh.., bien, ¿Y tu?- Dije tomando con firmeza mi skateboard.

-Bien.- Y sonrió bellamente. Era muy lindo.

El se acercó y tomó mi mano. Empecé a respirar fuerte, ojalá que el no notara el sudor de mi mano. Nos fuimos hacia la sala, tomados de la mano, y a veces el me miraba, y yo a el, nos devolvíamos las sonrisas y nos reíamos. Nunca creí que el fuese así.

-Me recuerdas a una vieja amiga mía.- Dijo mirando el cielo.

-¿Ah si?- Dije curiosa.

-Si, en mi pueblo natal, cuando yo tenía 6 la conocí.- Dijo con tono motivador. Pauso y después siguió hablando.- Laura, me haces sentir tibio, cálido, en casa. Tienes, algo que no se explicar, que me hace sentir seguro, eres alguien especial.- Me dijo y se acercó lentamente hasta llegar a un dulce beso.

-Bruno, nunca creí que fueses así de lindo con la gente.- Y lo besé. Era como una melodía, los movimientos de los labios eran el ritmo, y los sentimientos las notas.

Cuando estuvimos cerca de la sala, nos separamos y entramos seriamente. Al entrar Alberto nos miro extrañados, en especial a Bruno. Algo enojado y decepcionado. ¿Qué le ocurría? Y de ahí me acorde de lo que pasó el sábado. Bruno le había pegado a Alberto para defenderme.

Pasaron las horas de clases, era recreo, estaba sentada en mi banco, leyendo "Si tu me miras". Cuando me di cuenta que Bruno me hacia gestos de "Ven aquí".

Me fui donde el, afuera, y empezamos a hablar, y llegamos de eso, a los besos y caricias. Pero en una de esas llego Alberto impactado. Tomo a Bruno de los hombros y lo echó contra el árbol.

-Miren los tórtolos...- Dijo mirando a Bruno hacia los ojos, giro su cabeza hacia mi.- La rata y el sapo juntos.- Dijo pateando a Bruno.

-¿¡Cuál es tu problema!?- Dije ayudando a Bruno.

-Ustedes, ¿No se nota?- Dijo empujando me.

-Idiota.- Dijo Bruno levantándose y pegándole un combo a Alberto en la guata.

Alberto le pego en sus partes, Bruno se retorció, y cayo, y Alberto le empezó a pegar. No sabía que hacer, estaba preocupada. Me tire encima de Alberto y caímos rodando por el suelo. Y cuando estuvimos quietos, tuve la capacidad de pegarle una cachetada. El me empujo, toco su mejilla y frunció el ceño. Me empezó a pegar patadas en las piernas, no podía hacer nada, estaba ahí en el suelo, sufriendo.

Llego Bruno sangrando de nariz y le pego a Alberto en la cabeza, y este se quedo quieto. Me asuste, y al parecer Bruno también. Tomé a Alberto de los hombros y vi que no reaccionaba, lo agitaba le pegaba suavecito en las mejillas, le gritaba, pero no respondía. Con los ojos sollozos mire a Bruno, tenía los ojos bien abiertos y preocupados, ¿Qué le paso?

Lover RoutineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora