Capítulo 21 - Como si fuese ayer.

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Pude ver que respiraba, pero con poca frecuencia, tenía los ojos cerrados, pero me preocupaba de su respiración. Seguía, se cortaba aveces, y después seguía, y después no volvía a respirar. Esto era grave.

-Yo me encargo.- Bruno tomó a Alberto en sus brazos y se lo llevo a enfermería, y por supuesto, yo al lado corriendo desesperada.

Al llegar a enfermería la enfermera nos miro atónita, y en seguida nos dijo que lo pusiéramos en una camilla.
La señora nos dijo que saliéramos de la habitación.

Rato después salió la señora buscando el teléfono, desesperada.
Marco rápidamente unos números.

-¿Aló?¿Clínica Alemana?- Dijo.- Necesito una ambulancia, ahora, tengo a un escolar grave.- Y colgó diciendo la información y dirección del colegio.

-¿Ustedes saben lo que le paso a este chico?- Dijo sería.

Yo y Bruno nos miramos mutuamente, no sabíamos que decir.

-Es una gigantesca historia.- Dijo Bruno nervioso.

La enfermera nos miro amenazadora. Como que si leyera nuestras mentes. Cruzo los brazos y refunfuño, y se fue hacia la habitación donde estaba Alberto. Yo y Bruno esperamos afuera nerviosos, viendo como de apoco se asomaba la ambulancia.

Salieron 3 señores de la ambulancia con una camilla, y entraron rápidamente a la habitación. Escuchamos como hacían algunas revisiones ahí adentro, y también como interrogaban a la enfermera. Cuando le empezaron a hacer preguntas a la enfermera, Bruno desesperado salió de la enfermería, dejándome sola. Que estúpido.

Salieron de la habitación, Alberto, en la camilla, los 3 señores de la ambulancia y la enfermera. 2 se encargaron de llevar a Alberto hacia la ambulancia, mientas tanto el que quedaba y la enfermera se pararon al frente mío.

-¿Usted sabe lo que le paso a ese chico?- Dijo el señor arrodillando se al frente mío.

Me quede muda, ¿Qué debía hacer?¿Mentir, para salvar a Bruno?¿O decir la verdad para el bien de Alberto? Me quede pensando, mientras dudaba.

-Este... yo solo pude ver a lo lejos un joven golpeándolo, fui a acudir con mi algo hacia el.- Dije tratando de combinar la verdad con la mentira.- Vi que le estaban golpeando fuerte en la cabeza.- Y me empece a poner nerviosa.

El señor me miro dudoso, como que si detectara todo, sus fuertes ojos cafés penetraban mi cara, haciéndome poner más nerviosa. Empece a sudar, mis manos tiritaban, podía ver las manos del señor que tomaban mis manos.

-Querida, necesito saber la ver...- Y lo interrumpí soltando sus manos, y dejarme llevar por mis pies, que fueron corriendo hacia la salida de la enfermería.

No sabía donde ir, me tope con una reja y la trepe, quedando en un bosquesillo, donde me había caído, si ese río. Se me vinieron recuerdos a la cara, como cachetadas y golpes. Al parecer el daño que me hizo Bruno se transformó en un trauma.

Me senté al frente del río, ¿Por qué Bruno? Porque me tenía que dejar sola en la enfermería y también golpear a Alberto. Sabía que no era su intención, dejarlo así, o tal vez si. Estaba confundida, joder.

Mire hacia todos lados, desesperada, como si me estuvieran observando, y también como si me cayera una idea o milagro de los arbustos.

Me tire en el pasto boca arriba, mientras suspiraba y lloraba. Me levanté mirando hacia el río y pude ver que la Margarita seguía ahí. Se había atrapado con un palo.

Me pare y caminé hacia la Margarita, me agache para tomarla y poder mirarla mejor, estaba intacta, sobrevivió todos estos meses, a la corriente del río.

Me levanté con la Margarita aún en mi mano, la mire fijamente y me la guarde en el bolsillo, esto era un milagro.

De repente sentí los recuerdos de las peleas, de Bruno y Alberto, de mis bajones de mi vida y los momentos más felices como cuando conocí a Santiago, también cuando este me engaño, cuando me empezó a gustar el arte, de los sueños, de el mural de dibujos, de mi pulsera de bronce, de Bruno y el corrector, y finalmente de el beso en el baño con Bruno.

Al parecer era verdad, Bruno me había causado una fobia hacia el, que era incurable.

Lover RoutineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora