Capítulo 2 - Destrúyela

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Lo mire, era castaño oscuro, con tonos rojizos, ojos negros, profundos, era un mar negro.

-El es Bruno, se acaba de mudar a esta ciudad, viene del campo, en el sur. Espero que se hagan amigos de el, o que alguien le enseñe su nuevo colegio como bienvenida- Dijo formando una sonrisa- Siéntate al lado de Laura.

Mire al lado mio, se me había olvidado que había un puesto de sobra al lado mio. Era de Lucas, que se había ido del colegio por malas notas.

Bruno sacó de su mochila su cuaderno y libro de matemáticas, vi su cuaderno, era un tipo andando en ski. El me miro con una mirada rara al ver que yo estaba observando su cuaderno. Me puse roja puse mi mano en la frente y me apoye con el codo en la mesa y mire para abajo.

-Me llamo Bruno- Me estrecho la mano-Bueno, creo que tú ya lo deberías saber- Dijo mirando el suelo.

-Laura- Dije tímidamente, apenas
atreviéndome a tomar su mano.
Me miro la mano, y vi que estaba observando mi pulsera, se quedo quieto, lo mire a los ojos, y me perdí en ellos, su expresión, y nariz, ¡Qué digo mujer! No debo caer en trucos, tal vez, será como siempre. Entonces puse mirada sería y le quite la mano.

-Linda pulsera, en mi pueblo, si le regalas una pulsera de bronce a alguien, es símbolo de amistad o un lazo muy fuerte entre 2 personas.

-Que tradiciones tan raras tiene tu pueblo- Y me di vuelta.

-Si la verdad es algo raro, creo que ya me di cuenta por que mis padres quisieron que me mudara.
Solté una risita de niñita pequeña.

Estábamos en almuerzo y, yo sola como siempre, me senté en el pasto y me acomode en el tronco de un árbol. De repente vi alguien que se acercaba hacia mi corriendo. Era Bruno, ¿Qué quería? Ya no tenía ganas de hablar con el, no podía dejar que me distrajera. Hice que no lo vi, y gire la cabeza hacia mi lonchera, que contenía mi almuerzo.

-¡Eh Laura!- Gritó fuerte agitando su mano.

Se sentó junto a mi, y empezó a hablar sin parar ¡Parecía loro! Siempre le respondía con un hum, ahá, si, y oh.
De repente miro a lo lejos, se quedo quieto, mire a donde miraba el, y me di cuenta que habían unos chicos que se reían de el. Creo que fue mala idea que se juntara conmigo.

-Creo que será mejor que no almuerces conmigo- Dije mirándolo a los ojos.

-No importa, Ahora vuelvo- y se levantó y fue hacia el baño de chicos.

NARRA BRUNO

Esta escuela no es tan mala como me dijo mi madre, creo que hacer amigos es fácil, y mejor dicho, amigas. Cuando entré a la sala de clases me sentaron junto a una chica simpática, familiar, pero desconocida. Se llamaba Laura. Era hermosa, no es que me guste pero tiene un gesto en su cara que me hace sentir en casa. Es algo tímida, pero eso no cambia nada. Cuando tocó para salir a almuerzo, la perdí de vista, entonces fui a buscarla por toda la escuela.

-¿Ustedes han visto a una chica "Laura"?- Le dije a 2 chicas que veían su celular. Después de terminar la pregunta, se rieron y me dijieron que estaba sola en la zona "verde". Que al parecer es como un mini bosque o un patio con harta naturaleza.

Corrí con mucha fuerza y la encontré en una posición "dramática", estaba con la cabeza dada vuelta, haciendo que su pelo cayera.

-¡Eh Laura!- Grite para que tratara de oírme. Se dio vuelta y me sonrió. Pasamos el almuerzo charlando, y perdiéndome en sus ojos verdes, que los tenía mirando el suelo, y aveces se daba vuelta y ella me miraba ami. De repente, escuché risas, miré al fondo y había 2 chicos riéndose a escondidas. Laura los miró también y me dijo :

-Creo que será mejor que no almuerces conmigo

-No importa, ahora vuelvo, que debo ir al baño.

Fui caminando por un pasillo, y me tope con dos chicos, uno rubio, y otro colorín.

-¿Porqué te juntas con esa rata?-Dijo mirándome con desprecio, el rubio.

-Alberto, creo que no lo sabe...

-Mira, esa cosa, es un asco, es rara, ¡Y no tiene amigos! Y habla raro, es una rana.

Mire asustado a los chicos, y seguí la corriente.

-¿De qué hablan? Cómo yo me podría juntar con una mocosa? Obviamente, le voy a molestar con una broma.

-Aah, vale, entonces síguenos- Y corrió en dirección opuesta.

Lo seguí, cruzamos todo el colegio, y llegamos a la entrada.

-Esa, ¿La vez? Es de ella.

-¿Qué le vamos a hacer?

-Destrúyela.

Lover RoutineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora