Capítulo 10 - Bastardo

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Bruno nos miró extrañados, parece que se preguntaba por Santiago, creo que es lo más llamativo que ande con una persona al lado mío.

-¿Quién es este?- Pregunto Santiago mirando a Bruno y su extraña banda en la nariz.

-Mejor dicho, quien eres tu, tu eres el desconocido.- Dijo arrugando la nariz.

-Bruno, Santiago, Santiago, Bruno.- Dije aclarando la situación.

-Y...¿El es tu novio?- Dijeron los dos al mismo tiempo apuntando Santiago a Bruno, y Bruno a Santiago, me quede asombrada con su similitud de pensar igual.

-¿¡Qué!?- Dije encorvando me.- Nadie es mi novio acá, Santiago es un chico que acabo de conocer.- Dije mirando a Bruno.- Bruno es un compañero...- Dije pausando me.- De clases.

-Ah, vale ¿Qué necesitaban ustedes dos?- Dijo apuntando nos a los dos.

-Lápices pasteles.- Dijo Santiago firmemente con una cara agresiva.

-Síganme.

Pasamos por algunos pasillos mientras Bruno iba leyendo los carteles mientras mordía su labio inferior.

-Entonces ¿Trabajas aquí?- Dije rompiendo el silencio.

-Si, así gano mi plata, además mi tío es el dueño de estos locales.- Dijo mientras movía un par de carteles de descuento para destapar los carteles de los cajones.

-Aah, y ¿Cómo te has sentido? Me refiero obviamente a tu nariz...- Dije agachando la cabeza y bajando el volumen de la voz.

-Bien, al menos ya me dieron de alta, pero decidí no ir al colegio.- Dijo mientras habría unos cajones.- Aquí tienen.

-Gracias.- Dije.

-Laura ¿Podrías ir a buscar unos "blocks" de notas.- Dijo Santiago con cara de perro mojado, despreciaba esa cara, pero al mismo tiempo la amaba.

Hice un gesto de afirmación y me fui caminando unos pasillos más atrás de nosotros, doble por otro pasillo, y por otro, leyendo sin parar los cajones, me demore bastante tiempo, parece que el local del tío de Bruno era bastante grande, parece que ganaba mucho dinero.

¡Bravo! Encontré la cartulina, y me fui corriendo hacia donde se encontraba Bruno y Santiago.

Los encontré hablando juntos normalmente y cuando Santiago me miró, el sonrió.

-Gracias, Lau.- Wow, espera ¿Mi primer sobrenombre? Santiago a sido el único que a sido capas de llamarme con un sobrenombre, era el único que podía confiar en mi, y acortar mi nombre, tal vez para ustedes era la pequeña cosa, pero para mi es un gran logro. Me quede como estúpida en mi estado de mute.

-¿Laura?- Dijo Bruno.- Mientras arrugaba sus cejas, parece que estaba preocupado por algo.

-¿Si?- Dije normalmente.

-Ah, nada.- Mire a Bruno a los ojos, y volví a pensar en el "príncipe" que pudo haber sido, el me pudo haber salvado, y me callo un vacío negro a mi corazón.

-Vamos.- Y tomé a Santiago de la mano. Sentí electricidad, y eso que EL no fue quien me tomo, fui yo, eso fue raro.

Corrimos a pagar los materiales, y salimos de la tienda rápido. Caminamos un rato por los pasillos mirando ropa, instrumentos, cosas interesantes. Y cuando pasamos cerca de una tienda, y empecé a llorar.

-Lau ¿Qué ocurre?- Dijo mientras me acercaba a su pecho y me cubría con sus manos.

No respondí, pero en un momento me tomo de la cara y me la levanto, pude ver sus ojos verdosos, azules, era una mezcla muy rara.

-Lau, no te puedes dejar esto guardado, lo mejor es contarle a las personas y estas te ayudarán.- Dijo acariciando mi cabello.

-Es.. es Bruno.- Dije secando mis lágrimas.

-¿Qué pasa con Bruno?¿Es tu ex?- Dijo consolándome.

-No...el me.. me agrede y me maltrata.- Dije, y al instante me puse a llorar.- Pero no es solo eso, si no que todo el colegio, pero Bruno a sido el que más me a afectado.

-¿Porque?

-Es que... yo me enamore de el, y yo supuse que el de mi, pero, un día...- Y me eche contra su pecho, sin parar de llorar.

-Tranquila ¿Para qué piensas en el? Hay gente que te quiere, tu familia, yo, tal vez tus vecinos, créeme que hay más gente en el mundo que se preocupa de ti a que se burlé.- Dijo secándome mis lágrimas.

-Bueno, creo que me debo ir.- Dije mientras acomodaba las bolsas.- Supongo entonces que, adiós.- Y me fui caminando, dándole la espalda.

-¡Espera! No creo que este sea el final ¿Me darías tu número de teléfono?- Me di vuelta y sonreí, que bueno que existen chicos tan especiales como Santi, ellos me hacen sentir mejor. Hice un gesto de afirmación y le dicte el mío y el me dicto a mi el suyo. Nos dimos un abrazo y un beso en la mejilla.

Volví a mi casa contenta a las 18:30, fue el mejor día de mi vida.
Cuando entré mi mamá me abrazo y me dijo que preparara las cosas de colegio para mañana, lamentablemente, tengo que ir al colegio, creo que con ir al mall fue una evidencia de lo bien que estaba de salud.

Ya no temía de ir a la escuela, me sentía, diferente. Tenía muchos ánimos y expectativas, ojalá podría encontrarme otra vez con Santi, al menos me dio su número de teléfono, lo cual me hacía feliz.

Me lavé los dientes y me puse pijama, y me tire hacía la cama. Mire el techo y me acorde de alguien, de mi nuevo amigo petirrojo, que estaba colgado en la pared.

El petirrojo es mi nuevo amigo, siempre me acompañara, igual que Santiago.


NARRA BRUNO


Estaba todavía acostado en la camilla, pero en un instante se abrió la puerta. Apareció la enfermera de siempre, y me dijo que podía ya dejar el hospital y que ya estaba en buenas condiciones.

-¡Al fin!- Dije en mi mente, no soportaba estar en esta aburrida habitación, mirando el techo blanco.

Era aburrido.

Me levanté y me puse mi ropa, y deje normalmente el hospital.

Llegue a mi casa y era típico que no había nadie, ya que mi mamá esta de viaje y mi papá se fue con otra mujer, lo cual me pone muy decepcionado. Si iba y me quedaba en la casa iba a tener el doble de aburrimiento, entonces pensé en el local de mi tío Roberto. El tiene un local en el mall y aveces lo ayudo ahí, como atender a la gente, ordenar, etc.

Fui caminando al mall por que me quedaba bastante cerca.

Cuando llegue mi tío me saludo y me paso al instante el delantal de trabajador, y por supuesto me lo puse. Pasé varias horas ahí hasta que escuche una voz familiar. Pensé que sería Laura, pero tal vez ella fue al colegio, y también sentía una voz de un muchacho.

Alguien me tocó el hombro.

-Disculpe ¿Usted sabe donde hay lápices pasteles?- Era Laura.

Me di vuelta y ella quedo atónita, se le cayeron las bolsas de las compras y un joven inmediato acudió a ella.

Parece que Laura tiene un nuevo novio, pero al final resultaba ser un amigo.

-Laura ¿Podrías ir a buscar unos "blocks" de notas?- Dijo el tal "Santiago".

Laura fue de inmediato a buscar lo pedido y Santiago en un instante se me dio vuelta hacia mi.

-Oye, Bruno ¿Cierto?- Dijo arrugando sus cejas.- Quiero decirte que si tienes algo con Laura, quiero que te alejes y que SEPAS que es mía.- Dijo.

-¿Y quién te da el derecho a decir que es tuya?- Dije acercándome.

-Solo digo, no creo que una chica tan bella como Laura se fijé en un bastardo como tu, además, Laura creo que ya "engancho" conmigo.- Dijo el con tono agresivo.

En un momento Laura vino como un ángel y le paso el "block" de notas a Santiago. En un momento Laura me miro a los ojos, y pude sentirla como me hablaba, el primer día en que la conocí, y como si ella también lo recordara, pero, se fue corriendo.

No se qué había hecho para que mi mirada la hiciera salir de la tienda corriendo, pero sentí en su mirada tristeza, ¿Qué había hecho?


Lover RoutineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora