¡Corre, Nina, crece!

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Nina es Nina y cuando se le zafan los clavos hace cosas de ¿su edad?: como pedir una mordida a un total desconocido a media acera una mañana en el primer capítulo. Atascarse mentalmente es su especialidad: como le pasó la vez que de manera épica fue atrapada in fraganti bailando muy sensual en clases. Domina el "ebrio" como si fuera una lengua muerta y fundamenta con historia un simple apellido.

Y, si no me equivoco, siente cosquillas en su vientre; pero, científicamente y según ella, es culpa de las hormonas. ¡Oh, malditas las hormonas!

Nina, la pelirroja miope que se embarca cada mañana en dos autobuses para cruzarse media ciudad e ir a estudiar a un colegio jesuita, es una señorita de escasas dieciséis temporadas que está adoleciendo y de cuando en cuando se queja. ¡Pero sus quejas no son las comunes de no tener el guardarropa para tres cambios por 365 días! Tampoco se queja del bullying, o porque está flaca o rellenita, o porque le salió un granito en medio de su estela de pecas. No, ella se queja porque desea que todo o casi todo sea como antes y por eso se ha empecinado en correr para crecer. Como si la adolescencia fuera un obstáculo en una maratón de la cual se pudiera escapar con apurarse y meter músculo a las piernas.

‹‹¿Antes de qué?››, me pregunté un par de veces, y a medida que leía me di cuenta de cuál era la razón posible de su llanto silente y su doler.

Quienes llevan al día la lectura sabrán a qué me refiero y, aunque lo esperé con ansias, fue muy crudo develar la verdad tras la puerta ancha de la casa familiar de los Cassiani Almeida, a tal grado de que se cuestionarán si todavía existen chicas como Nina; y yo creo que Nina sí camina, sí respira y es tan real a través de la pantalla, que a ella se le puede tocar.

Personajes

Es aquí adonde le doy una muy bien merecida alabanza a la autora, pues ha creado dioses y monstruos de arquetipos en carne y hueso de puras letras y tan reales, que juro que quienes leemos los hemos comenzado a buscar entre la sociedad.

Cada personaje, desde la protagonista hasta el que parece que no tiene peso, va cobrando una fuerza inmensurable a medida que se desarrolla la trama, y con la forma de narrarlos tan detallada y a la vez tan esquiva deja leer entre líneas la humanidad que cada uno de ellos esconde.

¿Qué chico/a no quisiera encontrar a una Nina Cassiani? ¿Quién va a una panadería y lo que espera es toparse con Reuben Costa? ¿Quién no quiere a un Darío Elba en cada salón de clases?¿Quién no quiere como amigos a Moira Proust y a Javier Bloise? ¿Quién no deseó abrazar a Moira cuando supo la verdad tras su eléctrica personalidad? Hasta yo que soy hombre siento repulsión por Illías Alcott.

Lo que me lleva a recordar: hombres, teman cuando sus novias les pidan ser un poquitín más como Darío Elba o que trabajen tan arduamente como Reuben Costa. Son zapatos algo difíciles de llenar. Créanme lo que les digo, leer para creer.

Basta decir con que hasta los nombres son musicales, son icónicos con todas sus virtudes y errores, porque no son perfectos... Hasta el que parecía no tener ni una veta de fragilidad en estos momentos (capítulo 45) está mas agrietado que el viejo jarrón de mi abuela para hacer una comparación más exacta.

Y si por si fuera poco: hay un salón de clases con quince, sí, quince, adolescentes efervescentes; que hasta donde he descubierto no están utilizando un espacio de relleno en la obra. A través del desarrollo vemos a cada personaje "extra" que fue estructurado con un propósito y es el crecer también al lado de Nina.

Oh, no lo he olvidado: ¿existen un madre, un padre y unos hermanos? ¿Hay adultos? Sí, los hay y también están en creciendo a su edad, aunque no pareciera cierto.

Extras

Geográficamente la historia se desarrolla en su propio mundo, no hay una localización exacta, mas se sabe que es puramente latinoamericana y eso, a mí no sólo me trasporta a una tierra ajena, sino que me hace querer vivir en ese o esos países sin nombre en donde habita Nina.

Para quienes buscan ver la obra desde un punto más crítico, cada cierta cantidad de capítulos aparecen unas "viñetas", darles un nombre, con una sencilla palabra; el extracto de un poema o el pensamiento de un personaje y ojo, es de suma importancia, porque esto tan sencillo permite desentrañar el todo con el todo de ese volumen en general.

He notado que la autora gusta mostrar las raíces etimológicas de las palabras: ella sabe usar el diccionario y lo hace de una manera tan sutil que a su vez está educando al lector.

¿El libro tiene canciones o imágenes? Sí, las tiene comedidas y cada una es magistralmente escogida. Se ve que lleva su tiempo hacer elecciones tan certeras para un sólo capítulo.

¿El libro tiene un cast? Tiene y maravillosamente elegido. Para un cinéfilo es fácil ver a los actores que ha escogido la autora encarnar a sus personajes.

¿Hay buena ortografía, gramática y concordancia? Sí, sí y sí. Claro está que a veces hay una o dos palabras de entre miles que se escapan a las tildes, pero eso no es nada grave que no se pueda editar en el camino.

¿Hay citas o frases "bonitas" que se puedan rescatar? No, no son "frases bonitas", son casi sentencias o máximas, así como una que otra respuesta ocurrente y azucarada de los personajes.

¿Hay citas o frases "bonitas" que se puedan rescatar? No, no son "frases bonitas", son casi sentencias o máximas, así como una que otra respuesta ocurrente y azucarada de los personajes

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CONCLUSIÓN:

La conclusión es que en Wattpad hay joyas literarias escondidas y "¡Corre, Nina, crece!" es una de ellas. Hay magia en sus páginas así como en sus personajes. Lo diré en palabras de Darío Elba: ‹‹Existir es lo único que debes de hacer, Nina, todo lo demás que hagas después de eso: es magia››. El libro ya existe y a, vosotros lectores, nada más les toca dejarse envolver por esta novela. Me despido diciendo que Nina no sólo es para los ojos adolescentes, esta obra se puede degustar aún teniendo la mayoría de edad.

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