Capítulo 55

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Claudia

En cuanto Victoria me termino de curar me fui directamente a mi recamara, tenía que hablar con él, cerré con seguro la puerta antes de marcar.

–Poulain, que milagro –contesto burlón.

–Damián me ha pegado un tiro en el brazo gracias a que Esteban no dijo lo que se supone que debía decir cuándo le preguntará sobre Dimitri y Victoria –solté, no estaba de humor para rodeos.

–Uy, siento lo del balazo –se quedó en silencio un momento– le dio miedo a nuestro querido Esteban –lo escuché reírse– Y ¿Cómo es qué estas viva?

–Gracias a Victoria y Dimitri, ellos testificaron que Esteban fue el contacto que me los envió –una duda asalto mi mente– ¿Cómo fue posible que ellos dijeran eso? ¿No era algo entre tú y yo?

–Dijeron eso porqué es verdad –dijo sarcásticamente– a los ojos de ellos dos, Esteban fue el que los llamo de sus respectivos países para que trabajaran con Rochester, pero ¿Quién contrato a Esteban para eso?

Me quede pensando, tiene lógica.

–Entonces ¿Por qué Esteban mintió?

– ¿Crees que soy psíquico? No lo sé, pero no te preocupes, ese dolor en tu brazo será muy bien vengado –volvió a reír– ahora deja de ser tan llorona y vuelve a lo tuyo, luego te llamo –y colgó.

Me quedé un poco más tranquila después de la llamada, maldito Esteban, pero bueno, no era "mentira" lo que Victoria y Dimitri dijeron, al menos no del todo, Dios, este lío me va a dejar loca.

Me serví un poco de whisky y prendí un cigarro, espero que Katia haya calmado un poco a Damián, no necesito verlo todos los días cómo lo vi.

Sin temor a equivocarme, puedo decir que Damián me dio miedo hoy más que nunca.

Victoria

Ya habían pasado un poco más de dos horas y nosotros 4 estábamos todavía en la cocina, debatiendo entre cuál entrada era la mejor y cuál no, sin embargo no podíamos dar con ninguna, maldita cárcel de máxima seguridad.

En eso estábamos cuándo sonó el teléfono de la cocina, nos miramos sin saber qué hacer, hasta que Dimitri fue el que contesto.

– ¿Quién habla? –dijo bruscamente.

Por un momento no se escuchó nada más que nuestra respiración, lo que sea que le estuvieran diciendo lo tenía completamente concentrado ¿Quién sería?

–Bien.

Dejó el teléfono colgando y se dirigió a nosotros.

–Es para cualquiera de ustedes.

Fruncí el ceño y al final decidí ir a contestar.

– ¿Quién habla?

– ¡Victoria! –reconocí la voz de Luna. ¡Madre mía!

– ¡Luna! –conteste asombrada, Ian e Isabella casi se caen de la silla– ¿Qué pasa? ¿Estás bien?

–Escúchame, no tengo mucho tiempo, este celular lo pedí prestado, verás, tengo un plan un poco menos complejo que cualquier cosa que ustedes planeen para sacarme de aquí –la escuché reír por lo bajo.

–Pues cuenta ¡Ya!

–Ya se lo dije al chico que me contesto, por cierto ¿Quién es?

–Uno nuevo –le dije mirando a Dimitri que tenía la vista fija en la mesa– es de confianza.

–Bien, qué él se los diga, solo quería hablar con alguien conocido, me voy –diciendo esto, colgó.

En cuanto puse el teléfono en su lugar, agarré a Dimitri de los brazos y lo hice que me viera.

– ¿¡Que te dijo Luna!? ¡¡Contesta!! –le dije sacudiéndolo, él sonrió.

–Calma, te lo diré sin necesidad de que me maltrates.

Me senté y Dimitri nos contó con detalle todo lo que Luna le había dicho que hiciéramos. Definitivamente era mucho fácil que cualquier cosa que planeáramos hacer, tan fácil que parecía ridículo.

Terminamos de hablar y decidimos ir inmediatamente a contárselo a Damián.

Luna

En cuánto terminé de hablar, le di el celular a mi compañera de celda, que ahora sé que se llama Katlen.

–Gracias –le dije, me subí a mi litera y le pasé el teléfono.

–No hay de qué –lo tomó– Cómo me gustaría ir contigo –escuché su risa– pero sospecharán, aparte de que va a ser más complicado de lo qué crees.

–Lo sé, pero yo confió en mi gente, solo espero no morir en el intento.

Las dos reímos irónicamente, pero yo lo decía en serio, mi enfermedad avanzaba demasiado rápido según me dijo la doctora de la cárcel y le creía, ya que cada vez me sentía más débil, al parecer no ingerir los medicamentos está haciendo más daño a mi cuerpo que la misma enfermedad, que avanza por mi organismo rápidamente, por eso me urgía salir de aquí y terminar de una vez por todas con esto.

Damián

Isabella, Ian, Dimitri y Victoria me dieron una de las mejores ideas del mundo, aunque al principio me enoje porque no me dejaron hablar con Luna, después de que me contarán el plan que ella diseño, no podía estar más feliz. ¡Era brillante! No sé cómo no se me había ocurrido antes.

Llamamos a todos los de la casa y les contamos el plan, todos se veían más relajados ahora que teníamos algo más fácil de seguir, vaya, había extrañado lo ingeniosa que puede ser Luna.

El plan se llevaría a cabo mañana, así que preparamos los autos y todos los detalles, que no eran muchos, seleccionamos a la gente que nos acompañaría y decidimos ir a descansar para tener fuerzas y ánimos mañana.

De repente un pensamiento me hizo detenerme en seco.

¿Debería de decirle a Hamilton y a su gente?

Y después de pensarlo mucho, decidí que esto era algo entre nosotros solamente.


*Otro capítulo más, y ya estamos llegando al final, ya ya en serio ahora si prometo subir más seguido, ya que en Octubre entro a la escuela y necesito terminarla antes de entrar! OH POR DIOS! Osea, tengo menos de un mes para terminarla!


En fin, los amo! Espero que les siga gustando! Les mando un abrazo!*

Una Hermosa MentiraOn viuen les histories. Descobreix ara