Día cincuenta y uno - setenta.

8.2K 914 19
                                    

Lo sé, ha pasado mucho tiempo desde que te escribí. Pero no te quiero aburrir con lo que he hecho estos días con mis hermanas, mi madre y mi padrastro.
Porque, cada día era básicamente igual al anterior.
Me despertaría por los jalones de cabello por parte de Phoebe y Daisy, riendo diciéndome que tenía que bajar a desayunar. Normalmente, siempre rechazaba su invitación y ellas dejaban mi habitación decepcionadas. Dormir sólo tomaría poco, ya que mi madre entraría a mi cuarto con un plato lleno de comida, se sentaría al final de la cama hasta que me terminara el último trozo de comida antes de irse de la habitación con una sonrisa. Después de eso querría dormir pero obviamente, no me lo permitirían. Siempre me sacarían de la conformidad de mi cama para ir a la tienda de dulces o algún otro lugar que las gemelas quisieran. Ellas jugarían mientras yo caminaba somnoliento junto a ellas, preguntándome que haría si tú estuvieras caminando a mi lado, tomados de la mano y sacándome de mi miseria. No es que no me guste cuidar de mis hermanas, porque después de un tiempo suele ser algo molesto.
Mi familia también te extraña, ¿lo sabías? Ha habido algunas –muy pocas, pero algunas–discusiones acerca de ti. Mi madre no hablará de ti por más de unos cuantos minutos, piensa que hablar sobre ti, me lastima más. Pero para ser honestos, siento que es un peso menos de mis hombros cada vez que digo tu nombre. Al mismo tiempo duele, sí. No sé muy bien cómo explicarlo, pero es así.
Mark vino a mí el otro día, preguntando cómo me sentía. Le dije que bien, como les decía a los demás, pero por alguna razón él no me creyó como todos los demás. Nos sentamos por un tiempo, hablando sobre cosas para asegurarse que me sentía bien. Pero como siempre, los buenos sentimientos nunca se presentan. Especialmente cuando te sientes culpable en lo más profundo de tu corazón.
Mis hermanas han notado el cambio en mí, y me siento horrible. Estoy lastimando a todos a mí alrededor y lo odio. Cuando ven mi mal humor, al menos ellas intentan sacarme una sonrisa y reír, pero ahora simplemente se alejan lentamente, ya que no saben cómo tratar conmigo. No las culpo, ni siquiera sé cómo tratar conmigo mismo.
He ganado peso y me siento saludable, todos están felices por eso. Pero sigo sintiéndome vacío por dentro. Mi peso simplemente ha incrementado el peso de mis hombros.
No sé si te estoy diciendo mucho de lo que ha pasado estos días, pero como te dije, no fueron tan importantes. El dolor había disminuido por unos días, pero ha regresado.
Ni que decir, no me ayudó tanto como todos creían.

99 dias sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora