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El trayecto a la mansión Kang le hubiera llevado tan solo unos minutos a Byun con sus capacidades sobre naturales, pero además de sentirse débil, estaba demasiado expuesto por todas sus heridas, y a cada segundo su piel se cortaba y se abría más. Estaba en una zona de peligro, su sangre hibrida ponía alerta a muchas criaturas que darían su vida para cazarlo o comerlo, su carne era especial, y si olían su debilidad, perderían por primera vez una lucha.

Odiaba sentirse débil, él no era débil pero sentía como su cuerpo se magullaba, y ahí estaba su karma, tantas años haciéndole pagar a Baek Hyun por sus monstruos, haciéndole vivir un infierno, y ahí estaba el arrastrándose, lleno de sangre con la piel que le escocia hasta por el roce del aire.

Se merecía este destino. Se merecía este crucifico.

Un fuerte dolor le atravesó todo el cuerpo, haciendo que aullara en un grito de dolor tremendamente salvaje, sintió como su bestia tomaba el control de su cuerpo, los conductos sanguíneos de su cuerpo parecían reventar a través de sus brazos, sintió como la piel de su espalda se abría, y volvió a gritar cuando otra herida más se abría en aquel lugar, tomo aire tembloroso, viendo la sangre caer a gotas manchando la tierra, sus largas uñas apretando la tierra, su cuerpo forzando el cambio de anatomía y sus salvajes ojos, demostraban la poca cordura que tenía para mantener a sus demonios, mordió con fuerza su labio y busco aquel rincón en su consciente que le traía paz, que lo calmara, apretó los ojos en dolor y tomo y largo aire, recuperando un poco de su cordura, y poniendo a sus bestias en una quietud momentánea. Dicha quietud lo beneficio porque le permitió sanar algunas heridas y brindarle un poco más de fuerza en sus piernas, no importara como, debía llegar rápido a casa, pues Baek Hyun estaba en problemas.

Corrió lo más rápido que su cuerpo herido le permitió, ni siquiera tuvo la oportunidad de abrir la puerta cuando el olor a sangre llego a casi voltear sus sentidos, la sangre, el aroma de Baek Hyun estaba en todos lados, dio pasos con cautela y se adentró en su hogar, el hogar donde había crecido, donde había aprendido a compartir, a sonreír, a enojarse, donde amo, donde lloro, ya no existía. Todo estaba destruido, cuadros y muebles partidos en pedazos, las paredes arañadas, todo estaba hecho pedazos, todo era un lio. Habia sangre por todos lados, había tanto oscuridad en aquel lugar también, el silencio si vio interrumpido por un fuerte grito desgarrador que le llego a poner la piel de gallina, Byun siguió el rastro de sangre que daba hacia arriba, el trayecto de las escaleras, le daba asco y repugnancia ver como la sangre se esparcia por la mansión, le traía memorias.

Baek Hyun se estuvo arrastrando como yo... Pensó. Intento buscar a su hermano, pero como de un fantasma herido se tratase había pasado por cada habitación y destruido todo con su paso, lo oyó gritar una vez más y oyó su llanto también, y corrió hacia donde percibía que podía llegar a estar.

-¿Baek Hyun?-dijo con la voz temblorosa, después de tanto tiempo sintió una especia de miedo recorrerle el cuerpo, se pasmo al ver la escena frente a sus ojos.

Su pequeño y estúpido hermano, el niño débil que algún tiempo amo y protegió, aquel de quienes recibía abrazos y a veces lo hacia reír con sus curiosidades o pensamientos, había desaparecido al fin. Era un completo desastre.

Ahí estaba, ahí lo tenía. Baek Hyun quien destruía... se estaba destruyendo a sí mismo.

Puñalada tras puñalada, atravesaba su abdomen, sin pudor alguno, repetía el acto con violencia, la sangra chorreaba por el piso, un charco bajo sus rodillas.

-Morir. Morir. Morir. Morir. Morir...- siguió mutilando su cuerpo sin descanso.

-Baek Hyun detente ahora mismo.-utilizo su voz de mando, se sentía furioso, pero sentía el dolor atravesarle el cuerpo, el maldito vinculo de los hijos de la luna no se rompería por nada en el mundo.

BÊTE DU GÉVAUDAN   [CHANBAEK ]Where stories live. Discover now