La ultima vez que lo vi

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No podía creer que Catarina lo hubiera obligado.

Ahora Magnus se encontraba en el club Pandemónium esperando a Woolsey en una mesa apartada de toda la multitud que se encontraba danzando en la pista, Magnus había pedido un par de tragos mientras esperaba al chico sentado, sus dedos estaban jugando impacientemente, no porque estuviera ansioso de verlo, sino por el hecho de que no quería estar allí, toda esa gente feliz a su alrededor le repugnaba, él no se sentía así, él estaba mal, él quería quedarse en su casa abrazado la almohada de Alec, que poco a poco iba perdiendo el aroma del joven, eso lo estaba matando porque sabía que algún día dejaría detener el aroma de su amado y no quería olvidar ese precioso aroma, era sándalo dulce y delicado, al igual que su chico.

¿Qué pasaba si le olvidaba? ¿Qué pasaba si Ragnor tenía razón y era Alec quien se olvidaba de él? No, eso no podía ser posible, porque Ale que lo amaba demasiado, así que no, simplemente no, eso era impensable.

Magnus suspiró poniéndose de pie pero quedó en shock mirando hacia la barra, no podía creerlo, eso era imposible... Ragnor tenía razón.

Allí se encontraba Jonathan Morgenstern sentado junto a Alec, su Alec, los dos chicos estaban riendo alegremente y Jonathan estaba a una distancia demasiado corta de su chico, su corazón dolió como nunca antes lo había hecho y sintió cómo se partía en mil pedazos. Magnus sintió una furia intensa pero justamente cuando se aproximaba hacia los dos chicos, alguien lo tomó de la muñeca haciendo que se girará hacía tal persona.

-Hola Magnus –saludó Woolsey sonriéndole abiertamente.

Magnus mordió su labio queriéndole decir que tenía que retirarse, pero pensó que eso es sería demasiado grosero, así que suspiró profundamente y le intentó dar su sonrisa más amable al chico.

-Hola ¿Cómo te encuentras? –preguntó Magnus mientras caminaba de nuevo a la mesa e invitó a Woolsey a sentarse. El chico le sonrió brillantemente a Magnus y se sentó junto a él.

-Estoy bien pero te extrañaba –murmuró Woolsey con voz suave Magnus le sonrió pero el chico pudo notar la sonrisa incómoda que hacía, por lo cual se alejó un poco –en fin, Catarina dijo que querías verme.

Magnus golpeó su cara con su la palma de la mano.

-Mira, te seré sincero, acabo de terminar con mi novio... hace tres meses, y no me he sentido muy bien, por lo que Catarina creyó que tú, al estar en la ciudad podrías... -Magnus no terminó la frase, esperando que Woolsey la entendiera, y así fue.

-Esperaba que yo te hiciera olvidar de tu corazón roto -Magnus asintió.

-Sí, bueno, sinceramente no quiero ser el clavo que saque a otro, pero Magnus –el chico tomó la mano del moreno –si necesitas quien te haga compañía, yo siempre estaré aquí para ti –murmuró el chico antes de plantar un suave beso en la mejilla de Magnus, éste le lanzó una sonrisa sincera.

-Muchas gracias, perdona que Catarina te haya hecho venir hasta aquí, ha sido una pérdida de tiempo.

Woolsey negó mientras sonreía brillantemente.

-No te preocupes cariño, solo hazme un favor... hazte un favor –Woolsey acarició la mejilla de Magnus –siempre has sido un chico muy feliz y vivo, no dejes que ese chico te mate –murmuró el rubio antes de besar la frente de Magnus –y si algún día necesitas compañía... cuenta conmigo –dijo con diversión antes de desaparecer entre la multitud.

Magnus sonrió de lado y sintió una gran presión en el pecho cuando miró que Jonathan besar a Alec y al ojiazul no alejarlo.

Ragnor y Woolsey tenían razón, Alec lo estaba matando y él lo estaba permitiendo. Pero Magnus no le daría ese gusto, por supuesto que no.

Mi dulce desconocidoWhere stories live. Discover now